La firma de convenios colectivos se sitúa en mínimos ante el bloqueo de los empresarios a subir los salarios

Laura Olías

13 de noviembre de 2022 22:20 h

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La firma de convenios colectivos, que rigen las condiciones laborales de millones de trabajadores en empresas y distintos sectores de actividad, está en mínimos de la última década, exceptuando el periodo extraordinario de la pandemia. En lo que va de año, se han suscrito y registrado un total de 762 convenios, según los datos del Ministerio de Trabajo, la cifra más baja desde 2011. En un momento de gran inflación y de bloqueo patronal a negociar un gran pacto salarial, esta herramienta clave para las subidas de sueldo de las plantillas, entre otras medidas, se muestra en horas bajas y muy por debajo de los niveles de prepandemia.

Aunque en los últimos meses se está agilizando, el registro de convenios refleja un importante descenso de los convenios suscritos en lo que va de 2022 respecto al periodo de “normalidad” previo a la pandemia. Los 762 convenios firmados y registrados hasta octubre suponen un descenso del 16% respecto a 2019. En los años previos a la COVID, a estas alturas del año los convenios suelen superar los 900.

Este año la negociación colectiva está atravesada por el conflicto salarial entre los sindicatos y las patronales mayoritarias a cuenta de la inflación disparada. CCOO y UGT reclaman a los empresarios que se pacten alzas que, aunque ahora sean moderadas, incluyan cláusulas de garantía según los precios para que los trabajadores no se empobrezcan y se garantice su poder adquisitivo en un plazo de dos o tres años. La CEOE se opone en redondo a vincular salarios e inflación, en un momento delicado para su presidente, Antonio Garamendi, que se enfrenta este mes a las elecciones internas de la patronal para intentar renovar su liderazgo por otro mandato.

Ante el rechazo patronal, los sindicatos advirtieron a comienzos del verano de que iban a “tensionar” la negociación colectiva. Es decir, a endurecer la postura sindical “convenio a convenio” para que estos no salieran adelante sin los mínimos que se reclaman en el tema salarial.

Los convenios regulan multitud de cuestiones, muchas muy importantes en materia de jornada, contratos, derechos y teletrabajo, entre otras. Pero las direcciones sindicales advertían de que la batalla salarial es clave y que debía imperar en estos momentos. “Ahora toca conflicto”, emplazaban los lideres de CCOO, Unai Sordo, y de UGT, Pepe Álvarez, ante 1.500 negociadores de convenios de todo el país reunidos en Madrid en junio.

Pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores

El año comenzó con un total de algo más de 1.500 convenios colectivos con efectos económicos en 2022, que recogían una subida salarial media del 2%, según las cifras provisionales. Hasta octubre, el total de convenios con aplicación económica en este mismo año se ha ido actualizando hasta alcanzar un total de 2.800, que cubre a 8 millones de personas trabajadoras, con un aumento de las remuneraciones del 2,6% de media.

El dato, como se puede ver en el siguiente gráfico, queda muy por debajo de la inflación interanual. El IPC se están moderando en los últimos meses y ha pasado de superar el 10% en verano hasta el 7,3% el pasado octubre. Aun así, los salarios sufren una importante pérdida de poder de compra. Crecen tres veces menos que los precios.

La subida media se compone tanto de incrementos pactados en convenios pasados, así como de sus revisiones y los aumentos salariales acordados este nuevo año. En los convenios firmados en lo que va de 2022, el alza salarial es más elevada: del 2,9% de media, con más intensidad en los convenios de empresa (3,8%) frente a los acuerdos de ámbito superior, con un alza del 2,8%.

Al mirar el número de personas trabajadoras cubiertas por los convenios, hay otro dato destacable que refleja cómo los acuerdos suscritos este año contemplan mayores alzas. A comienzo de año la gran mayoría (77%) de los trabajadores estaban bajo convenios con incrementos salariales de entre el 1 y el 2%, mientras que un 10% de los asalariados tenía subidas a partir del 3%. En los últimos meses han ido ganando peso quienes están en este último escalón: ahora hay un 25% de los trabajadores cubiertos por la negociación colectiva con alzas salariales por encima del 3% y quienes se ven cubiertos por incrementos entre el 1 y el 2% han caído a la mitad (50%) del total.

“Ha habido una mejora en los convenios firmados en últimos tres meses en lo referido a las cláusulas de revisión salarial”, destaca Mari Cruz Vicente, secretaria de Acción Sindical y Empleo de CCOO. Cifra en casi la mitad, un “48%”, los trabajadores de convenios firmados este año cubiertos por esta garantía de actualización posterior del sueldo según los precios. En el total de convenios vigentes en 2022, el dato se sitúa en casi en 24%. Es decir, uno de cada cuatro trabajadores.

Fernando Luján, secretario confederal de UGT, destaca que los datos sobre cláusulas de revisión son “esperanzadores” y apunta que aumentarán con el registro de convenios recientes, “como el de la construcción”, que alcanza a mucha gente: 1,3 millones de trabajadores. “Hay convenios que están parados, en los que no llegamos a un acuerdo, fundamentalmente por la postura de patronal sobre salarios”, apunta Luján. No obstante, destaca un elemento positivo consecuencia de la reforma laboral: que los convenios de empresa ahora recogen mayores incrementos salariales, al impedir la legislación de nuevo que se firmen condiciones por debajo de las sectoriales.

Negociación colectiva “a dos velocidades”

En CEOE consideran que la firma de convenios sigue “las pautas habituales” en un momento de “gran incertidumbre” como el actual y destacan que las cifras de trabajadores cubiertos por convenio está en línea con otros años. “No entendemos que el ritmo de la negociación colectiva tenga claves que nos lleven a tener que estar preocupados”, indican desde la organización empresarial.

Los sindicatos sí miran con más cautela la fotografía de la negociación colectiva. Mari Cruz Vicente subraya que “hay muchos convenios sectoriales de carácter provincial pendientes de negociar. En el conjunto del Estado, unos 500 convenios”. Estos han finalizado su vigencia, explica Vicente y están pendiente de renovación. “En este tipo de ámbito de negociación, los AENC (acuerdo estatal de negociación colectiva) tienen mucha incidencia, contribuyen al desbloqueo de las mesas. Sin AENC, se nota de una manera importante”, explica la sindicalista.

CCOO y UGT comparten una premisa: allí “donde hay lucha, hay convenio” con una subida salarial más potente, destacaron sus líderes en la manifestación del pasado 3 de noviembre en la capital. “El metal es un ejemplo bastante claro de esto”, apunta Mari Cruz Vicente. Este año este sector industrial ha protagonizando numerosas protestas y, tras el pulso a las patronales, firmas de convenio con altas remuneraciones.

Fernando Luján, secretario confederal de UGT, considera “irresponsable el mensaje que están mandado los empresarios, que donde hay conflicto se están subiendo los salarios”. En su opinión, esta situación empuja a la conflictividad, en lugar de a las mesas de negociación, algo en contra de la estabilidad del país. Considera también que la postura patronal desvela que “sí es posible” establecer cláusulas de garantía y mayores incrementos en las remuneraciones. “Si no fuera posible, como dicen, daría igual el conflicto”, resuelve Luján.

Pero, además, no todo el tejido productivo es como el del metal. El músculo sindical en otras actividades no es el mismo, ni tienen tanta capacidad de movilización de las plantillas, por lo que estas subidas salariales más potentes solo llegan a un grupo de trabajadores y no a la mayoría. “Para nosotros es un problema que en una situación de estas características pueda haber una negociación colectiva a dos velocidades, que creo que se está produciendo ya”, teme Vicente. Esa polarización además parte de situaciones desiguales de base, porque a menudo quienes están más movilizados han logrado mejores condiciones salariales y son colectivos menos precarios.

Los sindicatos exigen por tanto a los empresarios que sean “responsables” con el país y se sienten a negociar un AENC, ya que consideran que un empobrecimiento generalizado de los trabajadores como el que se está produciendo en estos momentos deteriorará el consumo y dificultará la marcha económica de España. CCOO y UGT apelan además a la “justicia social” en el reparto de la riqueza, dado que las empresas han superado los beneficios previos a la COVID y mantienen “altos” márgenes, según el Banco de España.

Desde CEOE recuerdan que a final de año el número de convenios suele aumentar, con el cierre de ejercicio de las empresas y su previsión de gastos para el siguiente, por lo que esperan que el número de acuerdos se incremente. En cualquier caso, en la patronal insisten en que “hay que hacer pedagogía para evitar la vinculación de los incrementos salariales a la inflación” y tener en cuenta otros factores “como la productividad y el empleo”.