El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha actualizado sus perspectivas de la economía mundial y ha aprovechado para pedir a los estados que preparen un 'colchón' de dinero ante el riesgo de nuevas turbulencias bancarias. El organismo advierte de que “el susto” de marzo de este año, tras el colapso del Silicon Valley Bank de California y el contagio a otras entidades estadounidenses, hasta alcanzar al Credit Suisse en Europa, podría repetirse durante los próximos meses.
“La turbulencia en el sector financiero podría retornar conforme los mercados se adaptan al nuevo endurecimiento de la política [monetaria] por parte de los bancos centrales”, advierte el organismo en el informe publicado este martes, en referencia al agresivo ciclo de subidas de los tipos de interés que los bancos centrales empezaron hace algo más de un año para luchar contra la inflación.
El FMI observa que los mercados financieros [bolsas, mercados de deuda pública y privada...] “siguen previendo una política monetaria menos restrictiva de lo indicado por las autoridades [por los propios bancos centrales: el BCE en la eurozona, la Reserva Federal en Estados Unidos, el Banco de Inglaterra en Reino Unido...]”.
Es decir, esperan menos subidas de los tipos de interés o que empiecen a bajarlos en la primera parte de 2024, “lo que agrava el riesgo de que si se anuncian datos de inflación desfavorables —como en el primer trimestre de 2023— se desencadene un aumento repentino de las expectativas sobre los tipos de interés y una caída en los precios de los activos”, continúa el FMI. Exactamente, tal cual pasó en marzo de este año.
“Estos movimientos podrían hacer aún más restrictivas las condiciones financieras y generar tensión en los bancos y las instituciones financieras no bancarias cuyos balances siguen siendo vulnerables al riesgo de tipo de interés, en especial los que tienen fuertes exposiciones en el mercado inmobiliario comercial [oficinas, centros comerciales...]”, incide el organismo.
“Cabe esperar efectos de contagio y una fuga hacia activos de alta calidad [por ejemplo, deuda pública de Estados Unidos o de Alemania], con una consiguiente apreciación de las monedas de reserva [el dólar, principalmente], y con repercusiones negativas para el crecimiento y el comercio mundiales”, añade el FMI.
Más supervisión y herramientas para inyectar liquidez
La doble tarea que el organismo encomienda a los estados desarrollados no es fácil: “Preservar la estabilidad financiera y prepararse para la tensión”. Según aconseja, “es necesario reforzar la supervisión y vigilar los riesgos para anticiparse a episodios” como los de marzo, cuando todo el sector bancario volvió a estar en cuestión.
“La intensidad de la supervisión tiene que ser proporcional a los riesgos y la importancia sistémica de los bancos, y es esencial subsanar las deficiencias de supervisión en el sector financiero no bancario”, recalca. “En caso de tensiones en el mercado, con el uso de herramientas que aporten liquidez de forma oportuna y contundente, y que mitiguen el riesgo moral, se limitaría el contagio”, prosigue.
Y, según concluye, “dado que los bancos centrales no están equipados para hacer frente a problemas de insolvencia, es importante que los gobiernos recompongan el espacio fiscal [es decir, que reduzcan el déficit o desequilibrio entre gastos e ingresos] en caso de que sea necesario movilizar recursos reales [en otras palabras, rescatar bancos u otras entidades]”.
El riesgo moral al que se refiere el FMI es el concepto económico según el que un actor, en este caso los directivos y gerentes de los bancos u otras entidades financieras, asume más riesgos si sabe que va a ser rescatado con fondos públicos o si cree que las pérdidas que podrían generar sus decisiones no tendrán consecuencias.
Tras la caída del Silicon Valley Bank, el 'gigante' JPMorgan absorbió el First Republic y las autoridades de EEUU anunciaron una ventanilla de emergencia para inyectar liquidez a otras entidades en problemas para apaciguar una crisis que ya resonaba en Europa, y también en España, y que acabó con el rescate de Credit Suisse, que en su caso fue engullido por UBS.
Mejora la previsión de España
En su informe de perspectivas, el FMI ha elevado la previsión de crecimiento de España del 1,5% al 2,5% en 2023, “ante la mayor solidez de los servicios y el turismo”. Se trata del mayor incremento entre las grandes economías desarrolladas y se une a las mejoras previas de la Comisión Europea, la OCDE o el Banco de España.
El organismo espera que el PIB (Producto Interior Bruto) de la eurozona apenas avance un 0,9% este año y que la economía de Alemania se contraiga un 0,3%. En 2024, nuestro país mantendrá un ritmo del 2%, frente al 1,5% del conjunto de países que comparten el euro, según las mismas estimaciones.