Los empleados públicos que sean padres podrán disfrutar del permiso de lactancia con pleno derecho, indepedientemente de si su pareja trabaje o no. Así consta en una resolución del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, que da la razón a un funcionario de prisiones de la cárcel de Herrera de la Mancha, que reclamó por habérsele denegado el permiso de lactancia.
A.M.R.S fue padre de mellizo y la administración le denegó el permiso porque consideró que el titular de derecho es la madre salvo en los casos en los que esta le ceda expresamente la potestad al padre. Entonces, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-F) recurrió esta resolución “por sexista y discriminatoria”. Las alegaciones del sindicato se basaron en jurisprudencia europea.
Ahora, Hacienda ha reconsiderado la decisión, que sienta precedentes. “Desde este momento, en la Función Pública se desvinculará el permiso de lactancia del hecho biológico de dar el pecho, entre otras cosas, porque hoy en día la lactancia natural se puede sustituir por un biberón de leche artificial o un sacaleches”, dice CSI-F, que califica la resolución de “avance histórico en igualdad”.
“La lactancia debe considerarse como un tiempo de cuidado en favor del hijo y por lo tanto, una medida conciliadora de la vida familiar y laboral. Es decir, aunque la mujer no trabaje, no tiene por qué dedicarse de manera exclusiva al cuidado del recién nacido (también puede buscar trabajo, formarse y por supuesto disfrutar de su tiempo libre) y el varón, de manera paralela, ejercer su condición de padre corresponsable”, señala la central.