Caja Madrid, aún existe. Aunque el oso y el madroño hayan desaparecido de cientos de sucursales de la antigua entidad financiera, reconvertidas en Bankia, aún pervive el germen de la que fue la antigua Caja de Ahorros y Monte de Piedad a través de la Fundación que aún conserva su nombre. Y esa Caja Madrid, dueña en parte del patrimonio de la extinta caja y gestora de la Obra Social, es una de las afectadas por el pago sistemático de dinero 'en negro' que durante años se hizo a consejeros de la entidad y que por ahora no tiene intención de reclamar. Es más, su presidenta (Carmen Cafranga) y otro de los miembros del patronato (Antonio Cámara) aparecen en la lista de consejeros que utilizaron los dudosos plásticos.
Según un informe de Anticorrupción, hasta 86 consejeros y directivos de Caja Madrid (y cinco de la actual Bankia) gastaron 15,5 millones de euros mediante el uso de unas tarjetas opacas que les facilitaba la propia entidad y que estaban ocultas al fisco. eldiario.es ya publicó en diciembre pasado un correo de Miguel Blesa (presidente de Caja Madrid en la mayor parte de los años en que se dieron estas circunstancias) en el que se daba cuenta de la existencia de estas tarjetas, de sus importes y de sus beneficiarios. El correo ya lo dejaba muy claro: los miembros de la comisión de control y varios consejeros tenían una “tarjeta black a efectos fiscales”. Esta información fue destapada por eldiario.es gracias a una fuente anónima derivada por el Partido X.
A la espera de que la justicia aclare ahora la carga penal de estas tarjetas, que no estaban recogidas en los contratos y de las que Hacienda no tiene constancia, toca a Caja Madrid y Bankia reclamar la devolución del dinero gastado y que fue contra patrimonio público. Bankia ya ha reclamado la parte del montante que corresponde a los cinco directivos que habían cobrado 200.000 euros de estas tarjetas desde 2010, cuando ya se realizó la fusión de las cajas y se pasó a la actual Bankia. Entre ellos, Rodrigo Rato, que había gastado 54.800 euros mediante estas tarjetas.
Pero el grueso del montante, algo más de 15 millones de euros, Bankia entiende que lo debe reclamar la Fundación Caja Madrid. Así lo dice el auditor independiente contratado por la entidad financiera, la firma británica Herbert Smith Freehills, que en el informe encargado por Bankia asegura que la entidad debe (y puede) reclamar el cobro indebido que se hizo desde la creación de la sociedad, afectando a Caja Madrid la reclamación del resto de los montantes.
Sin embargo, la Fundación Caja Madrid no se da por enterada por el momento. Fuentes de la Fundación han indicado a este diario al preguntar si se iba a reclamar el dinero que se están “realizando actuaciones de comprobación sobre este particular y hasta que no se finalicen no se tomará una decisión al respecto”.
Se da el caso de que la actual presidenta de la Fundación Caja Madrid, Carmen Cafranga, y otro de los cinco miembros del actual patronato, Antonio Cámara, aparecen en la relación de personas que cobraron de estas tarjetas y que ha publicado Expansión. Cafranga y Cámara comparten además ser amigos personales de José María Aznar (como lo era Miguel Blesa). Cámara llegó a ser el secretario personal del exdirigente popular. Así las cosas, la Fundación (o Bankia) debería reclamar a su propia presidenta y a su patrono 175.000 euros por cabeza, que es la cifra que se habrían gastado cada uno en este tipo de plásticos ilegales.
Lo saben desde junio
La Fundación ha tenido tiempo para decidir si pedía el dinero o no a estos exconsejeros, puesto que Bankia, en un escrito incorporado a la documentación que maneja la fiscalía, asegura que antes del 25 de junio ya puso en conocimiento de la entidad estos hechos. Sin embargo, cabe destacar que el Frob (la sociedad estatal dueña del banco) discrepa del criterio del asesor externo y considera que Bankia también debe pedir ese dinero por haber supuesto un dolo en el momento del rescate. Entre que unos y otros se ponen de acuerdo, nadie reclama ese dinero a los que lo disfrutaron indebidamente y dos personas que aparecen en el listado siguen administrando los rescoldos de la Obra Social que se crearon con las aportaciones de todos los madrileños.
eldiario.es ha hablado con al menos dos personas que aparecen en la lista de las que cobraban de las tarjetas. Aseguran que, a día de hoy, nadie se ha puesto en contacto con ellas (ni la Fundación, ni Bankia, ni la Justicia) para reclamar o hablar del uso de estas tarjetas. Aunque no quieren dar su nombre, defienden que no está clara la ilegalidad del uso de estos plásticos pero no niegan haberlos utilizado ni su existencia.
Lo cierto es que el gasto por esta vía puede no llegar a ser delito fiscal por los montantes defraudados y por la prescripción de algunos ejercicios, pero a ojos de los informes presentados en la Audiencia Nacional hay pocas dudas de la inmoralidad o el cobro indebido que implicaron estos gastos. El Frob no entiende, como sugiere el auditor externo, que se pueda tener una tarjeta que no tributa a Hacienda sin saberlo. Máxime cuando no está recogida de forma contractual en las percepciones salariales o cuando se utilizaba, según constató Bankia, para comprar en supermercados o sacar dinero en efectivo. Tampoco cree que, de haber vivido en la ignorancia, los consejeros se puedan quedar como estaban, habida cuenta de que la entidad acabó en quiebra y rescate público.
Según Expansión, los principales beneficiados durante la etapa de Caja Madrid son Ildefonso Sánchez Barcoj, que se benefició presuntamente de 484.200 euros 'en negro' entre 2003 y 2012. Le sigue de cerca el consejero nombrado en su momento a propuesta de Izquierda Unida José Antonio Moral Santín, con 456.500 euros. Moral Santín está en estos momentos suspendido de militancia. En cuarto lugar de la lista por importe gastado está Miguel Blesa, con 436.700 euros. A cierta distancia, Carmen Cafranga, que era consejera en aquel momento, y Cámara, que estaba en la comisión de control.
Es fácil entender el quebranto que puede conllevar para los afectados devolver de golpe estos elevados montantes que cobraron, en algunos casos como Santín o el sindicalista Francisco Baquero (que gastó 266.000 euros) repartidos durante casi una década. Quizá sea una de las razones detrás de la dilación en reclamar estas sumas. También aparece el socialista Antonio Romero, con 252.000 euros, o el entonces director de la Fundación Caja Madrid, Rafael Spottorno, que terminó siendo jefe de la Casa del Rey.
Los beneficiarios de la tarjetas 'black' en la época de Bankia eran Rodrigo Rato, que presidió la entidad, y que había recibido 54.800 euros por el citado mecanismo entre 2011 y 2012. Completan la lista José Manuel Fernández Norniella (9.700 euros cargados a cuenta de Bankia pero 175.000 no reclamados de la época de Caja Madrid), Ildefonso Sánchez Barcoj (90.900 por Bankia pero pendientes de devolver 484.000 de Caja Madrid), Matías Amat (42.000 pero con 389.000 antes de la fusión de las cajas) y Francisco Servando Verdú, que no hizo uso del plástico.