La portada de mañana
Acceder
España, locomotora de Europa: aporta el 40% del crecimiento económico
La basura del diluvio dos meses después
OPINIÓN | '¿Y si Trump repensara la globalización?', por Enric González

La posible fusión de Bankia y BMN reabre el melón de los matrimonios de la banca

El Estado ha dado el primer paso para la fusión entre Bankia y BMN (las siglas de Banco Mare Nostrum), ambas en manos del Frob, al anunciar que analiza una posible unión. El rumor sonaba en los mercados desde hace meses y sobre él se habían pronunciado tanto el ministro de Economía en funciones, Luis De Guindos, como el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, que veían posible la unión de las dos entidades.

La fusión, que los analistas interpretan más bien como la inclusión de BMN dentro de Bankia, iría en la línea marcada por el BCE que aboga por una concentración del sector. “Hay demasiados bancos en Europa”, dijo Mario Draghi, gobernador del BCE, hace una semana.

La unión de las dos entidades nacionalizadas en España era un runrún del mercado, aunque la situación de incertidumbre política parecía apuntar que el movimiento quedaría dentro de los deberes del próximo Gobierno. Sin embargo, tras dos elecciones y la ausencia de un nuevo Ejecutivo, ahora se da un paso hacia esta unión, aunque todavía en una etapa muy inicial. El Frob se cura en salud y asegura además que se están “explorando, al mismo tiempo, otras posibles alternativas para maximizar el valor de las mismas”.

“Se contempla la posibilidad de una operación porque estamos además en un mercado donde ya se pronunció el BCE sobre que hay demasiadas entidades”, apunta Marc Ribés, trader y fundador de BlackBird Wealth Managememt. “Se está pensando en integrar bancos, aunque España es quizá el país europeo donde más se ha hecho en los últimos años”, apunta. “Será complicado ver una gran fusión”, señala.

Nuria Álvarez, analista de Renta 4, apunta en este sentido que no ve “un gran número de fusiones a corto plazo”. Para explicar esto, señala que hay que tener en cuenta los costes que supone una operación como esta. “Supone un consumo de capital en un entorno donde el mercado lo mira mucho”, apunta al explicar que el mercado no solo se fija en la capacidad sino en que se mantengan determinados ratios de capital. Relativo a esto, plantea el caso de Caixabank que utilizó su autocartera para comprar el portugués BPI.

Respecto al potencial de la nueva entidad, los analistas de GVC Gaesco Bekae aseguran que la entidad resultante “no cambiaría el ranking de la banca española” que tendría un valor en Bolsa de casi 9.000 millones de euros. Por su parte, los expertos de BPI estiman un potencial de creación de valor de un 5% para los accionistas de Bankia ante un posible acuerdo. La cantidad se basa en las sinergias que se crearían al unir las dos entidades. El negocio y el área de influencia de BMN (que es fruto de las fusiones de Caja Granada, Caja Murcia y la balear Sa Nostra) completaría el de Bankia.

Los bancos italianos

En España, los rumores sobre matrimonios bancarios casaron a Popular con Sabadell. Finalmente, el banco presidido por Ángel Ron anunció una ampliación sorpresa de capital de 2.500 millones para hacer frente a la crisis del modelo bancario, lo que parece descartar, por el momento, un movimiento de compra.

En este proceso de fusiones en el mercado bancario, Ribé señala al mercado italiano como uno de los lugares donde pueden verse operaciones. En marzo de este año, Banca Popolare y BPM ya se fusionaron para crear el tercer mayor banco del país. La integración dará lugar a un banco con unos activos totales de 171.000 millones de euros y 25.000 empleados, lo que le coloca en tamaño justo por detrás de Intesa Sanpaolo y Unicredit.

La crisis bancaria de la zona del Euro ha tenido una derivada relativa a la concentración del sector bancario. El último informe del think tank Europe G estima que el censo de entidades se ha reducido de 6.774 en 2008 hasta las 5.614 actuales. A pesar de esta reducción, el BCE quiere que el sector se siga reduciendo y apunta hacia las uniones transfronterizas dentro de la unión bancaria. Con esa fórmula, el regulador europeo contesta a los bancos frente a sus quejas de unos tipos de interés al mínimo que perjudican a su negocio, ya que considera que puede hacer mejorar su rentabilidad.