Mes y medio después de las elecciones del 20D, y tras dos negativas a formar Gobierno al jefe del Estado, el presidente en funciones, Mariano Rajoy, se ha arremangado para elaborar un documento con el que sentarse a debatir con PSOE y Ciudadanos. El documento rescata vaguedades del programa electoral pero también da un viraje en los habituales axiomas conservadores.
Son muchas las iniciativas en materia económica, articuladas por una de especial relevancia y que es llave para todas las demás: reconocer la posibilidad de no cumplir estrictamente con los objetivos de déficit en los próximos años y mejorar los ingresos fiscales del Estado.
Este punto, que se ha convertido por sorpresa en el principal consenso de los cuatro grandes partidos (con Podemos) es una cesión a sus contrincantes que pone en solfa la defensa de la austeridad que ha sido el principal eje del Ejecutivo de Rajoy. También el tono general del documento, que se desglosa en cinco grandes pactos, reconoce la necesidad de crear empleo de calidad (asumiendo que el creado hasta ahora es precario) y en mejorar las condiciones de financiación de la Seguridad Social o subir los ingresos tributarios, con mensajes diferentes para cada uno de sus dos interlocutores.
Pacto por el crecimiento y el empleo
Guiño-guiño a PSOE y Cs: flexibilizar el déficit
El primer punto “compartido” entre todos los partidos, según el PP, es el de “hacer uso de la flexibilidad que permite la normativa europea” para cumplir con la estabilidad presupuestaria. El Gobierno de Rajoy siempre ha sostenido que va a cumplir los objetivos de déficit con la senda actual, tal y como está pactada con Bruselas. Hasta hace poco, Ciudadanos también era partidario de esta disciplina fiscal, pero el partido naranja se ha vuelto ahora un abanderado de pedir relajación de estos objetivos a Bruselas, hasta el punto de que el responsable económico del partido, Luis Garicano, ha ido en persona a Bruselas para vender la necesidad de no cumplir en 2016 el objetivo de déficit.
El PSOE no llevaba esta flexibilización en su programa, pero Pedro Sánchez lanzó por sorpresa la propuesta de negociar con Bruselas y desde entonces propone como una de sus prioridades no recortar los alrededor de 8.000 millones de euros que la Comisión Europea exige a España en las cuentas de 2016.
Guiño a Ciudadanos: mejorar la competencia y la competitividad
El programa económico del partido naranja se ha construido alrededor de la necesidad de mejorar la competitividad y la competencia (términos diferentes que en ocasiones Albert Rivera ha confundido) de los mercados. Por eso, Rajoy lanza en las primeras páginas de su propuesta pactista lo que llama “grandes áreas estratégicas para el desarrollo de la competitividad española”. Pese al esfuerzo, los puntos de esta apuesta política vienen enunciados como: “Infraestructuras. Proponemos un acuerdo para que la planificación de las infraestructuras cuente con el máximo consenso”.
También citan algunos de los principales mantras de Ciudadanos, como la “economía del conocimiento y digital”, muy del gusto del partido de Albert Rivera, como el fomento de la “iniciativa emprendedora”, las medidas de segunda oportunidad o la “revisión de la cotización de los trabajadores autónomos” para adaptarla a sus ingresos reales.
Todas estas medidas estaban también en la oferta del PSOE para negociar con Ciudadanos y Podemos dirigidas a conquistar el corazón de los naranjas.
Guiño al PSOE: crear empleo de más calidad y con mejores salarios
El PP se cae de otro de sus tradicionales caballos de batalla. El de asegurar que la creación de empleo se está haciendo con criterios de calidad y sin atender al problema de los salarios, un terreno en el que Cristóbal Montoro ha incurrido en sonoras contradicciones. Sin embargo, en su pacto, propone “favorecer la creación de empleo y acordar las fórmulas para que sea cada vez más inclusiva, de cada vez mayor calidad y con cada vez mejores retribuciones”.
Las retribuciones no venían citadas, ni una sola vez, en su programa de la campaña electoral, como no venían conceptos como empleo “inclusivo” o “empleo de calidad”, que son claras apelaciones al vocabulario progresista.
Guiño a PSOE y Ciudadanos: el permiso de paternidad
Parece difícil de creer pero en el documento de 226 páginas del programa electoral de campaña del Partido Popular no venía, ni una sola vez, nombrada la palabra “paternidad”. El Partido Popular fue el único partido que no propuso mejorar esta prestación ni un solo día respecto a la situación actual. Tanto PSOE como Ciudadanos llevaron la ampliación de esta prestación hasta la equiparación con la de maternidad en sus programas y ahora el PP les dice que pueden “alcanzar un acuerdo en materia de permisos de paternidad”.
Pacto para la reforma fiscal y la financiación
El PP presenta este pacto basado en la coincidencia generalizada de que hay que “afianzar la sostenibilidad y la capacidad del Estado de Bienestar”, asegurando una cobertura en condiciones de igualdad y calidad para todos los ciudadanos (sic) lo que en su opinión implica “garantizar una financiación suficiente de los servicios públicos”. Llama la atención esta preocupación del Partido Popular por asegurar la financiación de los servicios públicos, teniendo en cuenta que el ministro de Hacienda encargó una reforma fiscal que tenía como objetivo conseguir una recaudación del 39% del PIB, por debajo de la media de los países del euro.
Guiño a Ciudadanos: el PP propone que se revise el modelo de financiación autonómica para “asegurar un mínimo de servicios en todos los territorios” defendiendo una cartera común en las áreas fundamentales.
Guiño a PSOE: el capítulo de los impuestos es el más sorprendente por el viraje en la filosofía del Partido Popular. Literalmente, el texto asegura que “no podemos atender únicamente a los gastos. Debemos tener en cuenta los ingresos. Y avanzar en la definición de un sistema tributario que sea aún más eficiente, que exija más a quién más tiene, y que contribuya más al progreso, favoreciendo el crecimiento y el bienestar”. En definitiva, Rajoy está abogando por una fiscalidad progresiva, en línea con las demandas de la izquierda.
Pacto Social
Guiño a PSOE y Ciudadanos: en este apartado el Partido Popular hace un encaje de bolillos y mezcla la sostenibilidad del sistema de Seguridad Social (concepto muy del gusto de Ciudadanos) con extender la protección social. En este sentido, el PP se ofrece a “utilizar todos los instrumentos a disposición de los poderes públicos, desde las políticas asistenciales hasta las fiscales, para asegurar una mayor protección a las familias con ingresos más reducidos, así como una adecuada cobertura de las situaciones de desempleo o la creación de un fondo nacional para atender a situaciones extremas de pobreza energética”.
Así, el partido conservador abre la mano a un sistema asistencial en línea con el ingreso mínimo vital que propone el PSOE o el salario complementario por el que aboga Ciudadanos. Por primera vez, asume además la pobreza energética como un problema en línea con las preocupaciones de ambos partidos.
Pacto para el fortalecimiento institucional
Dentro del marco constitucional, la unidad de España y la soberanía, el PP presenta también cuestiones referentes a los mecanismos de vigilancia presupuestaria con Bruselas.
Guiño a PSOE: el PP propone “una auténtica unión fiscal, potenciando el presupuesto europeo y la mutualización de la deuda a medio plazo”. La mutualización de la deuda, esto es, compartir costes y riesgos en los bonos emitidos por Estados europeos, no ha sido una demanda del PP que, por supuesto, no recogía en su programa para el 20D. Además, propone que el Banco Central Europeo no tome únicamente la inflación como objetivo y pide ver más allá del actual sistema fiscal para favorecer un “crecimiento equilibrado”.
Guiño a Ciudadanos: El PP insiste en tres párrafos en la necesidad de reformar las Administraciones Públicas en términos de “transparencia y eficacia”, con refuerzo a la “unidad de mercado”, muy en línea con las demandas de Ciudadanos.
Guiño a PSOE y Ciudadanos: Mariano Rajoy se envuelve en la bandera de la lucha contra el fraude fiscal que ha sido uno de los pilares de los programas del partido socialista y del capitaneado por Rivera. Para ello, dice que aumentará los recursos de la Agencia Tributaria y su “capacidad de actuación”.
En dos sucintos enunciados también propone “fortalecer la lucha contra la evasión internacional y los paraísos fiscales. Abordar el régimen de las SICAVs, etc... (sic)”. Además de que llame la atención que las Sicav estén incluidas en este capítulo, la propuesta es mucho menos clara que la fijada en el programa para las elecciones generales en la que el PP formulaba su intención de subir hasta el 0,55% la participación mínima para ser partícipe de una de estas sociedades.
La vaguedad de esta propuesta emite una señal de apertura a negociar las medidas propuestas por las otras dos formaciones. El PSOE proponía limitar la participación máxima de cada inversor; fijar un período máximo de permanencia de las plusvalías acumuladas sin tributar, y devolver a la Agencia Tributaria las competencias de supervisión e inspección de las Sicav.
Por último, Ciudadanos también quiere devolver a Hacienda la inspección de estos instrumentos de inversión colectiva, a la vez que promoverá su apertura, “de tal forma que cualquier ciudadano pueda invertir en las mismas condiciones que los dueños reales de las Sicav, para que sean instituciones de inversión colectiva y no vehículos de inversión privada de grandes fortunas, que son perfectamente lícitos pero que en ese caso deben tributar como cualquier otra sociedad”.