El gasto de las familias supera por fin el nivel prepandemia y tira de la economía
El gasto de las familias superó por fin el nivel prepandemia al cierre del tercer trimestre y tiró prácticamente en solitario de la economía, según los datos de Contabilidad Nacional publicados por el INE (Instituto Nacional de Estadística) este viernes. El consumo de los hogares se ha sobrepuesto al daño de la inflación y al incremento de los tipos de interés del BCE en los últimos tres trimestres principalmente por dos razones: por las subidas de salarios mayores a los incrementos de los precios y por la fortaleza del mercado laboral.
Entre julio y septiembre, en pleno verano, las familias gastaron un 1,4% más que el trimestre anterior. Se trata del mayor avance desde el segundo trimestre de 2022, en el que se vio un rebote tras la última gran ola de contagios por COVID. Entre abril y junio de este 2023, el crecimiento del consumo privado fue del 0,9%. En el arranque del año, del 0,3%, tras contraerse hasta un 1,6% en el último periodo del ejercicio pasado por el golpe de la inflación y la ausencia de aumentos de los sueldos, que provocó la mayor pérdida de poder adquisitivo en décadas y la desaparición de todo el exceso de ahorro acumulado en la pandemia.
Con el inicio del presente año, los salarios empezaron a acelerar, incluso por encima de la inflación desde la primavera por la moderación de las subidas de precios gracias al abaratamiento de la energía (debido al tope al gas). Esto supuso algo de recuperación de la capacidad de compra en términos agregados, que poco a poco se fue extendiendo a la mayoría de sectores. Al incremento salarial se sumó la revalorización de las pensiones según el IPC medio de 2022, en algo más de un 8%, y el resto de medidas del Gobierno de coalición para proteger los ingresos de los más vulnerables (la mejora del IMV, los cheques a las familias con ingresos más bajos, las bajadas de impuestos en la factura de la luz, los descuentos en el transporte público...).
Mientras, en todo este tiempo, no han parado de crearse puestos de trabajo y de más calidad. Con predominio de los contratos indefinidos en actividades relacionadas con los servicios. Esta tendencia es consecuencia de la reforma laboral de 2021 y de la transformación de la economía, en la que han perdido peso sectores marcadamente cíclicos como la construcción, por el impulso del Plan de Recuperación a la digitalización y a la transición energética.
La estabilidad laboral es crucial en el gasto de las familias, ya que si la expectativa es mantener el puesto de trabajo o poder encontrar otro es más fácil tomar decisiones de consumo, sobre todo en verano, en plena temporada de vacaciones y turismo.
Y, por supuesto, son claves las mejoras de las remuneraciones. Los últimos datos de la Contabilidad Nacional recogen incrementos de los salarios por trabajador del 6% en el primer trimestre de 2023, del 5,2% en el segundo y del 4,2% en el tercero. Unas subidas de los sueldos que han coincidido con tasas de inflación más bajas, que llegaron a reducirse por debajo del 2% en junio y que han repuntado hasta el 3,5% en septiembre, permitiendo efectivamente cierta recuperación de poder adquisitivo.
En esta línea, el equipo de expertos de Funcas considera que “este resultado no es sorprendente, puesto que el crecimiento de los salarios por encima de la inflación en lo que llevamos de año (un 5,2% frente a un 3,6%, respectivamente), unido al sostenimiento del empleo, y al elevado nivel alcanzado por la tasa de ahorro en la primera mitad del año, ponen de manifiesto la existencia de cierto margen para el crecimiento del gasto privado”.
“Los salarios evolucionarían en línea con la inflación en 2024, permaneciendo constantes en términos reales”, afirmó este jueves la AIReF (Autoridad independiente de responsabilidad fiscal). “En el conjunto de 2023, se espera un crecimiento de la remuneración por trabajador del 4,7%, condicionada por la evolución observada en los dos primeros trimestres y la proyección de la inflación. En 2024, el avance de los sueldos se situaría en torno al 4%”, continúa la autoridad fiscal.
De esta manera, y de nuevo según la Contabilidad Nacional, si al gasto de las familias se le añade el gasto público y de las organizaciones sin ánimo de lucro, el consumo final en la economía de España supera ya en 2,6 puntos porcentuales el nivel previo a la COVID, mientras que el PIB (Producto Interior Bruto) lo hace en 2,2 enteros, según se observa en el siguiente gráfico.
“Con la inflación volviendo a subir y el empleo desacelerando veo difícil [que esta tendencia] se repita en el cuarto trimestre”, advierte Ángel Talavera, economista jefe para Europa del centro de análisis Oxford Economics.
La austeridad monetaria reduce las compras de viviendas
“El vigor del consumo privado ha sido clave en la demanda interna. Un resultado que se explica por el aumento de la renta disponible y la resiliencia del mercado laboral”, admite la CEOE en su valoración de las últimas cifras de la Contabilidad Nacional. “El efecto del encarecimiento de la financiación hipotecaria todavía no se aprecia en el gasto familiar”, continúa la patronal.
En lo que sí se nota el golpe de las subidas de los tipos de interés oficiales del Banco Central Europeo (BCE), que se traslada directamente al Euríbor (el índice de referencia para las hipotecas), es en la inversión en vivienda, que retrocedió un 2,2% en el tercer trimestre, respecto al trimestre anterior. Se trata de la mayor caída de toda la recuperación tras el shock de la pandemia, después de llegar a avanzar un 3,5% en el segundo trimestre y otro 1,4% en el arranque de ejercicio. Una caía que está acorde con el desplome de la demanda de préstamos para comprar casas de los últimos meses.
De hecho, el BCE paró este jueves el ciclo de aumentos del 'precio' oficial del dinero en el 4,5% por la inminente recesión económica en el conjunto de la eurozona (España es una excepción), y concretamente en Alemania. Una estrategia para luchar contra la inflación que comenzó en julio de 2022 y que ha extendido hasta dejar los tipos de interés en máximos de 2001. La pregunta ahora es si es el fin del endurecimiento de esta estrategia, que pasa por encarecer el acceso a la financiación para ahogar la capacidad de invertir de las empresas, de consumir de las familias y de gastar de los Estados y contener así las subidas de precios.
La institución monetaria enfatizó que “está decidida a garantizar que la inflación regrese oportunamente a su objetivo de medio plazo del 2%”, y recalcó que “sobre la base de su evaluación actual, [...] los tipos de interés oficiales del BCE se encuentran en niveles que, mantenidos durante un período suficientemente largo, contribuirán sustancialmente a este objetivo”. La siguiente cuestión es: ¿qué significa “suficientemente largo”? La presidenta del BCE, Christine Lagarde, calificó de “prematuro” este debate.
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