La empresa que gestiona el teléfono contra la violencia machista despide a trabajadoras embarazadas
Qualytel es la empresa adjudicataria del 016, la línea de atención a víctimas de violencia machista que puso en marcha el Gobierno hace seis años. Su día a día, sin embargo, parece estar lejos del compromiso con la igualdad que inspiró su creación. Así, CCOO denuncia que la empresa ha despedido a varias trabajadoras embarazadas y personal con reducción de jornada por cuidado de hijo, y los sindicatos advierten de condiciones laborales precarias y prácticas que bordean el fraude de la ley, también en el caso de empleados que atienden otros números de atención públicos, como el del Ministerio de Justicia o el 112 de Andalucía. En el pasado, la empresa gestionó también el número para hacer la declaración de la renta o el de solicitar cita previa del médico de varias comunidades autónomas.
La compañía, filial del grupo Arvato Bertelsmann, tiene varios centros de trabajo repartidos en diferentes ciudades de España. Ha sido el comité de empresa de Qualytel en Zaragoza, que cuenta con 1.270 trabajadores y trabaja íntegramente para Vodafone, el último que ha denunciado el despido de dos trabajadoras que notificaron su embarazo a la empresa. La empresa les comunicó a través de una ETT que daba por finalizado sus contratos temporales, a pesar de que cientos de trabajadores siguen realizando sus mismas tareas.
Hace dos semanas, una de ellas fue a comunicar su embarazo a la ETT que la contrató para Arvato. Su contrato era de obra y servicio. “No le quisieron recoger la notificación, así que fuimos a hablar con el director de recursos humanos. Nos dijo que volviéramos a la ETT al día siguiente, que seguro que nos cogían la notificación. Sin embargo, volvieron a decirnos que no lo hacían. Eso nos hizo sospechar, así que le recomendamos que fuera a Correos a enviar un burofax a la empresa para notificar su embarazo. Lo hizo, y esa misma noche recibió una llamada de la ETT diciéndole que la empresa le había comunicado que su contrato había finalizado”, narra el presidente del comité de empresa en Qualytel Zaragoza, Jesús Viu, de CCOO. Sin embargo, pese a que su relación laboral ha finalizado, la campaña a la que estaba asignada no lo ha hecho, y unas 500 personas trabajan aún en el mismo departamento.
Esa misma semana, otra empleada, que renovaba su contrato mes a mes, se quedó sin trabajo poco después de que comunicara su embarazo a la empresa. “Hay cerca de 400 personas trabajando con contratos de mes a mes, en un periodo de prueba constante. No tienen derecho a ponerse malos ni a tener un hijo. A la gente que está de baja, por ejemplo, la echan. Aprovechan estos contratos para eso”, denuncia Jesús Viu. CCOO estudia ahora las vías legales, aunque advierte de que, en muchos casos, las trabajadoras prefieren no denunciar: con contratos precarios tienen poca indemnización que ganar y mucho miedo a volver a la empresa.
Estos dos casos no son los únicos. En el centro de Madrid, en el que trabajan unas 300 personas, CCOO constató el despido de varias trabajadoras embarazadas y de otros trabajadores, hombres y mujeres, que estaban acogidos a una reducción de jornada por cuidado de hijo: en total, diez despidos entre finales de 2012 y abril de 2013. Es en ese centro en el que se encuentran las cerca de 20 trabajadoras que atienden el 016 que licita la Delegación de Gobierno para la Violencia de Género.
Condiciones extremas
Las condiciones laborales no parecen las más adecuadas para atender una línea telefónica que ejerce una labor tan delicada. “A mucha gente le ofrecen reducciones de jornada y sueldo o les dicen que se adapten a una jornada partida. Muchos no pueden asumirlo y se marchan de la empresa. Las pausas y tiempos de descanso no se respetan tal y como están establecidas en el convenio. Puedes estar hora y media sin poder levantarte de la silla y atendiendo constantemente llamadas”, afirma Víctor Davis, que pertenece a CGT y es miembro del comité de empresa de Qualytel en Madrid.
Las trabajadoras que gestionan el 016 están separadas del resto por una mampara. Pero este personal especializado que desempeña una misión muy sensible, como el apoyo psicológico y jurídico a las víctimas de la violencia machista, comparte condiciones laborales con, por ejemplo, una parte de los teleoperadores que prestan servicio comercial para Orange. “Las que se quedan en el turno de noche están solas, sin ningún tipo de vigilancia ni de coordinadores”, asegura Gema Santiago, expresidenta del comité de empresa de Madrid por parte de CCOO, que fue despedida.
El ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad dice desconocer todos estos hechos. “No teníamos constancia de nada de esto. Desde luego, va en contra de lo que defiende esta secretaría de Estado y se van a hacer las averiguaciones oportunas para saber qué ha sucedido y si esto es verdad”, dice un portavoz de la secretaría de Estado de Igualdad. La Delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández, ya ha dado instrucciones a su gabinete para que se ponga en contacto con Arvato. El contrato se adjudicó en 2007 y caduca en 2013: a finales de este año comenzará el proceso para adjudicar de nuevo su gestión.
Además, los sindicatos señalan la alta tasa de temporalidad. Solo el 15% de la plantilla de Zaragoza es indefinida y algo más del 30% está contratada a través de empresas de trabajo temporal, aunque ese porcentaje ha llegado a ser en ocasiones de hasta el 50%. El Comité de Zaragoza ha acudido en varias ocasiones a la inspección de trabajo. “Son miles de contratos que hay que investigar. Cambian su modus operandi de contratación, hay una rotación brutal, todas las semanas se va gente y entra gente nueva”, dice el presidente del Comité. Este trato es un mal muy generalizado en el convenio de telemárketing, como denuncian reiteradamente los trabajadores.
Este diario ha contactado con Arvato, que asegura que su “apuesta” por el empleo juvenil y femenino es “sólida”. La empresa dice que actualmente el 77% de las 6.000 personas de la plantilla son mujeres y que 79 se encuentran de baja por maternidad. En cuanto a los despidos, el grupo señala que han respondido “al mismo requerimiento de necesidad temporal formulado por la empresa”, aunque la modalidad de contrato usada por cada ETT fue diferente. “En el caso de Adecco, la finalización de contrato se adecúa perfectamente a la necesidad temporal requerida por la empresa. En el caso de Crit Interim, la modalidad del contrato por obra suscrito por decisión propia de la ETT no se ajustó al requerimiento de Arvato”, afirman.
Fallido Plan de Igualdad
El diagnóstico que se hace de la empresa en su Plan de Igualdad, aprobado este mismo año, incluye un apartado en el que se dice que se ha detectado la existencia de mujeres víctimas de violencia de género en la plantilla. “Se ha puesto de manifiesto la necesidad de establecer unas recomendaciones para el tratamiento de estos casos entre la plantilla. Para el correcto tratamiento de estos casos es necesario sensibilizar a los cuadros medios en relación a este tema, así como difundir entre la plantilla los derechos laborales de que disponen las mujeres víctimas de violencia de género”, dice el texto. La realidad es, sin embargo, distinta. Fuentes sindicales que prefieren no ser identificadas por miedo a represalias aseguran que la empresa no ha dado ninguna facilidad a mujeres que han interpuesto denuncias o que incluso tenían órdenes de alejamiento. “El trato es inhumano. No les dan ninguna facilidad para, por ejemplo, cambiar de turno. Hemos tenido que pelear mucho para que la empresa les haga caso”, aseguran.
Paradójicamente, Arvato es una de las casi 60 empresas que se han adherido a la Red de Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género que puso en marcha el ministerio de Sanidad. Estas empresas se comprometen a dar empleo a mujeres víctimas de violencia machista y a sensibilizar a sus plantillas. Su director de relaciones laborales acudió al acto y se hizo la correspondiente foto con la ministra Ana Mato.