La salida a Bolsa de Coinbase revela los riesgos de las criptomonedas: volatilidad, delincuencia y falta de regulación

Diego Larrouy

19 de marzo de 2021 21:52 h

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El mercado de las criptomonedas no ha dejado de calentarse en el último año y divisas digitales como el Bitcoin han marcado máximos en sus cotizaciones en las últimas semanas. Inversores, algunos avezados en la materia y otros no, se acercan a este producto al tiempo que los supervisores comienzan a inquietarse por el auge de un producto que entraña grandes riesgos. En este contexto, una de las compañías más grandes del mundo en la intermediación para la compraventa de criptomonedas, Coinbase, prepara su salida a Bolsa en Nueva York con la que podría alcanzar una valoración por encima de los 50.000 millones de euros.

La compañía estadounidense nació en 2012 en San Francisco (California) y desde entonces ha ido elevando su valor en distintas rondas de financiación en la que ha llegado a haber participación española. En 2015, el fondo de capital riesgo de BBVA participó en una ronda de financiación de 75 millones de dólares, por lo que a día de hoy le quedaría una pequeña participación en el grupo que, según informó Cinco Días, no llegaría al 5%. Ahora, nueve años después de nacer, Coinbase se prepara para debutar en el mercado bursátil al calor del creciente interés por las criptodivisas.

Se trata de una de las operaciones más esperadas en los mercados estadounidenses y, aunque todavía no tiene fecha fijada para su debut bursátil, la compañía ya presentó hace unos días el folleto en la SEC, el equivalente estadounidense a la CNMV española, que ha ampliado esta misma semana. Este documento es el que deben entregar todas las compañías que pretenden salir a los mercados, mostrando en profundidad toda la información financiera y su balance. También saca a la luz un listado de riesgos a los que se expone el inversor interesado en apostar por esta empresa y, más allá de aquellos vinculados directamente con la compañía, supone un análisis bastante extenso de las incertidumbres del negocio de las criptomonedas.

“Cambios de precio erráticos y abruptos”

El principal de estos riesgos es el de la volatilidad. Coinbase reconoce en el citado documento que se trata de un negocio con una “naturaleza altamente volátil”. Es decir, sufre de bruscos cambios de valor, lo que puede ser un indicativo de una alta especulación, y pone un ejemplo. El valor promedio de los activos que gestiona su plataforma (fundamentalmente Bitcoin y Ethereum) subió un 73% entre el último trimestre de 2019 y el primero de 2020 y se desplomó a continuación un 36% en cuestión de semanas. Y advierte que no se debe confiar en los resultados pasados “como una indicación de su desempeño futuro”, en referencia a la buena evolución que han tenido estos activos. “La negociación de cualquier criptoactivo están sujetos a una incertidumbre y volatilidad significativos (...) con cambios de precio erráticos y abruptos”, subraya. Un bitcoin, la moneda más conocida, ronda los 49.000 euros, un valor 10 veces más alto del que tenía hace un año.

Precisamente la volatilidad ha sido uno de los puntos que llevó al Banco de España y a la CNMV a emitir un comunicado conjunto hace unas semanas para advertir de los riesgos de la inversión en criptomonedas. “Su extrema volatilidad, complejidad y falta de transparencia las convierten en una apuesta de alto riesgo”, señalaron los supervisores bancario y del mercado de valores. Explicaron que los precios de las criptomonedas se forman en ausencia de mecanismos eficaces que impidan su manipulación, como los presentes en los mercados regulados de valores. En muchas ocasiones no hay información pública que respalde los precios que se fijan.

Cabe recordar que, aunque se llaman criptomonedas, lo cierto es que su uso para la compraventa de bienes está bastante limitado y no se espera que eso cambie en un futuro cercano, por lo que se ha convertido en un producto de inversión más que en una moneda para hacer transacciones en internet.

La regulación es otro de los aspectos reconocidos por Coinbase como un factor de riesgo para el negocio de las criptomonedas. “Las regulaciones no contemplan ni abordan problemas únicos asociados con la criptoeconomía, están sujetos a una incertidumbre significativa y varían ampliamente entre las jurisdicciones”, señala la compañía en el documento que ha hecho público para salir a Bolsa. Va un paso más allá y señala que empresas como la suya aplican las normas “aplicando nuestro juicio” y es posible “que los organismos gubernamentales y los reguladores no estén de acuerdo con nuestras conclusiones”.

De este modo, reconoce que en la medida en que las normas nuevas se concreten o se cambie la interpretación que se tiene de este tipo de activos puede afectar a su modelo negocio. Tanto EEUU, su principal mercado, como en la Unión Europea se está trabajando en normas para incluir restricciones y requisitos que sirvan para proteger los derechos de los consumidores. “Esto puede tener un impacto adverso en el desarrollo de la criptoeconomía en su conjunto y en nuestro estado legal y regulatorio”, señala la empresa, que advierte que un cambio del marco regulatorio le puede elevar sus costes.

Falta de respaldo oficial a la inversión

Coinbase gestionaba al cierre del año pasado 90.000 millones de dólares (más de 75.000 millones de euros) en criptoactivos que, como reconoce, “no están asegurados ni garantizados por ningún gobierno o agencia gubernamental”. Es decir, en caso de que haya algún problema que afecte a estos ahorros, no entrarían en juego instrumentos como el Fondo de Garantía de Depósitos que funciona en España si un banco colapsa. “Nuestra incapacidad para salvaguardar y administrar las monedas fiduciarias y los activos criptográficos de nuestros clientes podría tener un impacto adverso en nuestro negocio, resultados operativos y situación financiera”, subraya la empresa entre los riesgos.

Una de las advertencias que se han hecho históricamente sobre las criptomonedas es que su uso pueda estar vinculado a actividades delictivas, puesto que son activos que no están vigilados ni controlados por agencias gubernamentales. Esta posibilidad es admitida por Coinbase en el documento sobre su salida a Bolsa. “Nuestra plataforma puede ser explotada para facilitar la actividad ilegal, incluido el fraude, el lavado de dinero, los juegos de azar, la evasión de impuestos y las estafas”, apunta, y añade que puede ser “difícil o imposible” para la compañía dar con este tipo de operaciones.

Nuestra plataforma puede ser explotada para facilitar la actividad ilegal, incluido el fraude, el lavado de dinero, los juegos de azar, la evasión de impuestos y las estafas

Según expone la propia Coinbase, trabajan con criptoactivos que “ocultan las identidades del remitente y el receptor, y pueden evitar que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley rastreen la fuente de los fondos en la cadena de bloques”. Esto expone a la propia compañía a riesgos como verse involucrados en causas judiciales y, aunque asegura que tiene un marco de gestión de riesgos y cumplimiento para evitar estos casos, “no puede garantizar” que estas actividades ilícitas no se produzcan.

Por último, de entre los muchos riesgos que se detallan en el documento, algunos de ellos habituales prácticamente para cualquier compañía que sale al mercado, Coinbase reconoce que un debate público crítico con las criptomonedas afectará a su negocio. “Una cobertura mediática desfavorable podría poner en riesgo nuestro negocio”, apunta la compañía. En este apartado incluye la “impredecible” cobertura que reciba en redes sociales así como “la publicidad y los eventos negativos vinculados con la criptoeconomía”. Igualmente, asume que problemas como el uso de la plataforma para actividades delictivas o “la disminución de la confianza de los usuarios” provocaría una caída en los resultados de la compañía.

Coinbase facturó en 2020 1.140 millones de dólares y obtuvo 322 millones de dólares de beneficio. Cuenta con 43 millones de usuarios registrados en su plataforma tras haber crecido más de un 30% en el año 2020, el de la pandemia. De ellos, solo 2,8 millones hacen transacciones cada mes, según figura en los datos que presenta la compañía al mercado. Según informó Reuters, el valor de la compañía se ha multiplicado por 13 en los últimos meses, al calor del aumento de valor de Bitcoin.