El Gobierno aprueba la hoja de ruta del hidrógeno para impulsar 8.900 millones en inversiones hasta 2030

El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, va a aprobar previsiblemente este martes la “Hoja de Ruta del Hidrógeno: una apuesta por el hidrógeno renovable”, que contempla inversiones de 8.900 millones de euros para el desarrollo de este vector energético. 

Con esta planificación, el Gobierno “impulsa el despliegue de este vector energético sostenible, que será clave para que España alcance la neutralidad climática, con un sistema eléctrico 100% renovable, no más tarde de 2050”, destaca el departamento de Teresa Ribera, que subraya que el hidrógeno renovable incentivará “la creación de cadenas de valor industrial innovadoras en nuestro país, el conocimiento tecnológico y la creación de empleo sostenible, contribuyendo a la reactivación hacía una economía verde de alto valor añadido”. 

La Hoja de Ruta del Gobierno, que el Ejecutivo ha realizado tras lanzar una consulta pública el pasado verano y cuyo desarrollo estaba contemplado en el Plan Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, incluye 60 medidas en cuatro ámbitos de actuación y fija objetivos nacionales –alineados con la Estrategia Europea del Hidrógeno– a 2030 que, según Transición Ecológica, “facilitarán el despliegue de inversiones estimadas en 8.900 millones de euros en la puesta en marcha de proyectos de producción de hidrógeno renovable y generación eléctrica renovable asociada, adaptaciones industriales y movilidad. Además, posibilitarán reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 4,6 millones de toneladas equivalentes de CO2 (CO2eq)”. 

Entre otros objetivos, la hoja de ruta plantea que España cuente con 4 gigavatios (GW) de potencia instalada de electrolizadores en 2030, lo que supone un 10% del objetivo marcado por la Comisión Europea para el conjunto de la UE y, según estimaciones del sector recogidas por EFE, implicarían unos 4.000 millones de inversión. Como hito intermedio, se estima que para 2024 sería posible contar con una potencia instalada de electrizadores de entre 300 y 600 megavatios (MW).

El documento también plantea que un mínimo de 25% del consumo de hidrógeno por la industria sea renovable en 2030. En cuanto a la movilidad, recoge la implantación de hidrogeneras, trenes y vehículos de transporte pesado propulsados por este producto. Para 2030, se plantea una flota de al menos 150 autobuses; 5.000 vehículos ligeros y pesados; y 2 líneas de trenes comerciales propulsadas con hidrógeno renovable. De igual modo, debería implantarse una red con un mínimo de 100 hidrogeneras y maquinaria de handling propulsada con hidrógeno en los 5 primeros puertos y aeropuertos. 

Entre las medidas regulatorias se incluye, entre otras, la introducción de un sistema de garantías de origen que asegure que el hidrógeno se ha producido a partir de energía 100% renovable.

A más largo plazo, el documento también analiza el potencial del hidrógeno entre 2030 y 2050 y concluye que España “tiene la capacidad de crear un proyecto país alrededor del hidrógeno renovable, que impulse la industria nacional, el conocimiento tecnológico y la creación de empleo”. 

Potencial de almacenamiento

El hidrógeno no es una fuente primaria de energía, como el sol o el viento, sino un vector, esto es, un producto manufacturado que es capaz de almacenar energía para posteriormente, liberarla de forma gradual, con las posibilidades que ello ofrece de cara al despliegue masivo de las renovables que se va a producir en la próxima década para descarbonizar la economía. En el caso de que se empleen energías renovables en su fabricación, tendrá la consideración de “hidrógeno verde” o “hidrógeno renovable”.

La Unión Europea calcula que el hidrógeno limpio puede satisfacer una cuarta parte de la demanda mundial de energía en 2050, frente a su prácticamente nula aportación actual, y mover 630.000 millones de euros al año. Varias grandes empresas del sector en España, como Iberdrola, Endesa, Naturgy, Repsol o Enagás, están ya planteando proyectos relacionados con el hidrógeno para aspirar al reparto de una parte de los fondos europeos que se van a liberar para paliar la catástrofe económica del coronavirus.

La estrategia del Ejecutivo identifica este vector energético como “una solución sostenible clave para la descarbonización de la economía y el desarrollo de cadenas de valor industriales y de I+D+i, convirtiéndose así en una de las palancas de reactivación económica ligadas a la transición energética, junto a otros ámbitos como el despliegue renovable, la movilidad sostenible y conectada o la rehabilitación energética de edificios”.