Pedro Sánchez ha asumido que la única forma para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado que le permitan seguir adelante con la legislatura es contar con el apoyo de ERC. El Gobierno trabaja con el horizonte de presentar las cuentas de 2020, pero fuentes del Ejecutivo admiten que los republicanos están pendientes de un hipotético adelanto electoral en Catalunya que puede condicionar su posición. En el caso de que se produzca ese escenario, el Gobierno se planteará apostar directamente por las cuentas de 2021.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, trabaja con el horizonte de presentar los presupuestos de 2020 en las próximas semanas para que se aprueben “antes de que acabe el verano”. La pretensión del Ejecutivo es sacar adelante ese proyecto “aunque su vigencia sólo” sea de unos meses y, a partir de ahí, trabajar en los presupuestos del año siguiente. Esa fórmula permitiría a Montero negociar con el resto de formaciones con los dos presupuestos en paralelo –algunas cuestiones se pactarían para el siguiente ejercicio–.
Sin embargo, una cosa que tiene clara Sánchez es que solo presentará las cuentas de 2020 si tiene previamente amarrados los apoyos. ERC se muestra dispuesta a apoyarlas si la mesa de negociación del Gobierno y la Generalitat sigue funcionando y la “voluntad de diálogo” del Ejecutivo se mantiene. No obstante, en el gabinete de Sánchez admiten que los republicanos están a la espera de la aprobación de las cuentas en el Parlament y los posteriores pasos de Quim Torra, que aseguró que la legislatura estaba agotada y marcó el camino de un adelanto electoral.
“Ellos están pendientes de la aprobación de su presupuesto. Ellos querrán conocer el calendario que maneja Torra, que no lo conocen”, señalan fuentes gubernamentales, que sitúan a finales de marzo el momento en el que Torra tendrá que empezar a moverse. Los cálculos del Gobierno es que pueden esperar hasta mayo o junio para llevar las cuentas al Congreso y que salgan adelante antes de que finalice el verano. No obstante, esas mismas fuentes admiten que, si llegado el momento, no tienen los apoyos asegurados, renunciarán y se abrirán a centrarse en el proyecto de 2021.
En el Ejecutivo respiran con cierto alivio tras ver la reacción de ERC al acto de Carles Puigdemont en Perpiñán y las críticas de una parte de JxCat a la mesa de diálogo. En un desayuno informativo, Gabriel Rufián ha cargado contra el expresidente catalán: “No nos verán en una mesa de diálogo en Moncloa entre semana para despreciarla en un mitin el fin de semana”. “Han hecho declaraciones muy firmes. Se reafirmaron en el diálogo como única vía”, señalan fuentes gubernamentales que ven en el mitin de Puigdemont en Perpiñán un acto “en clave electoral”.