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El Gobierno recorta del 7% al 4,3% su previsión de crecimiento por la guerra

Diego Larrouy

29 de abril de 2022 10:16 h

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El Gobierno recorta al 4,3% el crecimiento del PIB para este año por el impacto de la guerra en Ucrania, frente al 7% que estaba previsto para este año. Además, se rebaja al 3,5% en 2023, y queda en el 2,4% en 2024 y el 1,8% en 2025. La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha asegurado que se trata de una visión “prudente” de la economía. Las previsiones del Gobierno se quedan por debajo de las presentadas por algunos de los organismos internacionales, como el FMI, para la economía española. También por debajo del Banco de España.

“El impacto de la guerra está llevando a la baja las previsiones de crecimiento en todas las economías avanzadas”, ha asegurado Calviño al presentar la actualización del cuadro macroeconómico para el periodo que va de 2022 a 2025 y que actualiza al presentado en septiembre del año pasado. La vicepresidenta ha defendido, pese al recorte, que el crecimiento de España se encontrará por encima de sus socios europeos y de las economías desarrolladas durante este año.

“Hemos dejado atrás el pico de la inflación”, ha asegurado Calviño. “El acuerdo con la Comisión Europea para empezar la senda descendente de los precios mayoristas de la electricidad tendrá un papel muy importante”, ha añadido. “Habrá una fuerte desaceleración en la segunda mitad del año de la inflación”, ha enfatizado.

Calviño señala, con este plan macroeconómico, se espera que en el primer semestre del próximo año se alcance el PIB previo a la pandemia, una fecha que se ha ido retrasando en cada una de las actualizaciones que ha ido realizando el Gobierno. La vicepresidenta ha remarcado, eso sí, que “salvo el consumo y la construcción”, los demás marcadores de la actividad económica ya se encuentran por encima.

El PIB (producto interior bruto) de España, publicado a primera hora de este viernes, aumentó solo un 0,3% en el primer trimestre frente al cuarto trimestre por el impacto primero de la variante ómicron, y después de la guerra en Ucrania y de la huelga del sector del transporte por carretera.

El incremento interanual del PIB avanzado por el Instituto nacional de estadística (INE) es 0,1 puntos porcentuales inferior al esperado de media por los expertos, que adelantaban un 6,5% y que señalan al consumo privado como uno de los principales aceleradores, con una avance cercano al 8%, aunque el gasto de las familias sufrió una caída del 3,7% respecto al periodo final de 2021. Se trata de la primera contracción desde el primer trimestre de 2021.

El Gobierno había previsto en septiembre del año pasado que este ejercicio terminaría con un crecimiento del 7%. Sin embargo, los distintos organismos nacionales e internacionales habían enfriado esta expectativa desde el inicio de la crisis en Ucrania y por el efecto de la mayor inflación de la esperada provocada por el encarecimiento del petróleo y la energía. El FMI había situado el crecimiento de la economía española en el 4,8%, el Banco de España, en el 4,5%, y la Airef, en el 4,2%.

En septiembre del año pasado, el Ejecutivo contaba con un petróleo a 60 dólares por barril de media en 2022. En lo que va de año, el promedio del crudo roza los 100 dólares, un 64% más caro. Este desfase es crucial debido a que el petróleo supone casi un 10% del total de las importaciones de España. En concreto, la factura de crudo en 2021 fue de 33.696 millones de euros. Este ejercicio será mucho más alta.

Mantenimiento del déficit

Además del cuadro macroeconómico, a cargo de Calviño, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha trazado las líneas de la senda de estabilidad, que se enviará conjuntamente a Bruselas y cuyo plazo vencía este sábado. Ambos documentos son el primer paso para comenzar a desarrollar los presupuestos generales del año que viene, en lo que se llama el semestre europeo. En él, se expone un mantenimiento del objetivo del déficit en 2022 del 5%. Con ello, la ministra confía en que quede por debajo del 3% —considerado déficit excesivo— en 2025.

Montero ha achacado el balance en las cuentas públicas pese a la reducción del cuadro macroeconómico a la evolución de la recaudación en 2021, que permitió tener un déficit sensiblemente inferior al previamente previsto. “El 80% del aumento de la recaudación se produce por la mejora del empleo y de la actividad económica, no por la subida de la inflación o de los impuestos”, ha asegurado la ministra, en referencia a las acusaciones de la derecha. “El Gobierno se preocupa por lo urgente pero no descuida las cuentas públicas”, ha asegurado.

“El programa muestra la capacidad de la economía Española para adaptarse al periodo de incertidumbre y los desequilibrios fiscales”, ha defendido Montero, quien ha vuelto a cargar contra el PP por no apoyar el Real Decreto de medidas frente a la subida de la inflación.

La deuda pública quedará este año, según el cuadro macroeconómico en el 115,2% del PIB —una décima más de lo anteriormente pronosticado— e irá bajando al 112,4% en 2023, el 110,9% en 2024, y finalmente en el 109,7% en 2025. Es decir, al final de la senda será nueve puntos inferior a la de 2021.