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Cuatro gráficos que explican la crisis del campo

Este viernes se han vuelto a repetir las imágenes de tractoradas multitudinarias en varias ciudades españolas para protestar por la situación en la que se encuentran los trabajadores del campo. El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha continuado esta semana con sus encuentros con los representantes de la distribución española, mientras la titular de Trabajo ha mantenido una reunión con las secciones agrarias de los sindicatos y con la presencia de Pablo Iglesias. De momento, han decidido rebajar temporalmente las peonadas e investigar las condiciones laborales de los trabajadores del campo tras el informe del relator especial de la ONU para la extrema pobreza y los derechos humanos.

En general, las oscilaciones de precio de los productos en origen —afectadas por factores que van del clima a los aranceles o la reforma de la PAC— se trasladan al mayorista y de ahí al consumidor, pese a que los supermercados dicen que “suavizan” los precios si suben en origen para que la gente no les deje de comprar.

En el siguiente gráfico se puede observar la evolución mensual del precio de los principales productos agrícolas frescos en origen (productor), mayorista (mercados de destino) y en destino (venta al público).

Incluso en productos como la patata o la acelga se observa una subida del precio final sin que los agricultores hayan cobrado más. O en la clementina, donde pequeñas alzas en origen se traducen en picos disparados en el precio final.

Por otro lado, el agricultor, el comercializador que le recoge la fruta y la plataforma a la que llega antes del supermercado suman al precio final tanto o más como este. El siguiente gráfico muestra, por productos, qué parte de la cadena influye más sobre el precio final. En los cítricos, el mayorista se lleva uno de los porcentajes más altos: un 39%, frente al 22% del agricultor y al 30% del supermercado. En el caso de la patata, el mayorista es el 49%, frente al 30% del agricultor y al 13% del supermercado.

Igualmente, los datos del Ministerio indican que, si no tuvieran subvenciones, muchos agricultores trabajarían siempre a pérdidas (por debajo de los costes de producción). Por contra, ningún supermercado y casi ningún comercializador pierde nunca dinero en estos productos.

Todos los gráficos de este artículo muestran las dinámicas del comercio interior, los precios en origen y en destino nacionales sin tener en cuenta la exportación. El peso de las exportaciones es generoso en determinados productos hortofrutícolas, un dato que desde la gran distribución se está utilizando para echar balones fuera tras el toque del Ministerio, que les ha convocado en busca de soluciones para el campo.