Grandes empresas españolas han alertado en las últimas semanas del impacto que está teniendo o puede tener para su negocio y para la recuperación económica el encarecimiento de las materias primas y la energía.
Pese al optimismo por el despliegue de las vacunas, varias cotizadas españolas han incluido avisos en ese sentido en la documentación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre sus resultados del primer semestre, marcado por la escasez de algunos componentes, como los semiconductores que utiliza la industria de la automoción, y por la escalada del precio de la energía.
La primera en hacerlo fue Iberpapel. Esta empresa confía en que la recuperación continúe en el segundo semestre, “pero surgen dudas respecto a los efectos en la economía de la variante Delta de la COVID-19, y vuelve el temor a una inflación descontrolada, debida al aumento de los precios de las materias primas”.
“Sobresalen el Brent con un 45%, el cobre un 20%, el hierro un 38% y la madera se anota un incremento del 28% en este semestre”, resume en su informe de resultados remitido al regulador el 21 de julio. Ese día el precio de la electricidad en España batió un récord que databa de 2002 y que ha quedado pulverizado esta semana, con el mercado mayorista encadenando este martes su segundo máximo histórico consecutivo.
“Las continuas y desproporcionadas elevaciones de los precios de la energía” son uno de los principales riesgos que cita desde hace tiempo Lingotes Especiales. En el primer semestre, la “crisis de escasez” de materias primas hizo que las que utiliza esta metalúrgica vallisoletana (básicamente, chatarra) “duplicasen sus precios”. “El precio de la energía, que también ha tenido una subida desmesurada, contribuyó también en contra”, indica en sus cuentas.
También se refiere al riesgo de “mantenimiento o aumento del ya elevado precio de la electricidad”. Ercros, miembro de la asociación de grandes consumidores de energía AEGE. Al analizar la evolución previsible de sus resultados para 2021, menciona ese riesgo junto a la “aceleración” del encarecimiento de las materias primas de la primera mitad del año y el empeoramiento de las condiciones logísticas internacionales. “En particular, el aumento de los fletes marítimos y la creciente escasez de contenedores”.
Vinculada a la industria energética está Técnicas Reunidas, que acaba de pedir al Estado un rescate de 290 millones tras perder 164 millones hasta junio. Las materias primas que utiliza para construir refinerías o centrales eléctricas (cobre, acero, níquel…) “han experimentado un fuerte incremento en los últimos meses debido a la recuperación de los mercados asiáticos, principalmente”. Aunque sigue procedimientos para gestionar el riesgo de estos aprovisionamientos, “no deja de estar expuesta a las variaciones que puedan registrarse en estos mercados”, explicaba el 30 de julio.
Ese día, Siemens Gamesa anunció unas pérdidas netas de 368 millones en los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal a causa, entre otros motivos, del “acusado aumento” de precios de las materias primas. Y la empresa de suministros hospitalarios Prim señalaba, al analizar el impacto de la pandemia, que “se empieza a apreciar una tensión en las estructuras logísticas internacionales, incrementos importantes en materias primas y problemas de suministro de algunos componentes y equipos”.
También han impactado los “extraordinariamente altos” precios del mercado mayorista español de electricidad a la eléctrica Endesa, que necesita comprar parte de la energía que suministra. Aunque ganó 832 millones hasta junio, se ha visto afectada por los elevados precios del pool. Impulsados por el encarecimiento del gas natural y los derechos de emisión, más que duplicaron los del mismo periodo de 2020, mermando su cuenta de resultados.
También en el Ibex, el fabricante de envolturas para chorizos Viscofan cerró el semestre con un beneficio de 64,1 millones, un 11,8% más, tras lograr, en palabras de su presidente, José Domingo de Ampuero, “contrarrestar un entorno adverso de divisas y de inflación en los costes energéticos y algunas materias primas” como las poliamidas y la glicerina.
“Altísima inflación”
La “altísima inflación de costes de materias primas y material de envasado” es uno de los principales condicionantes de cara a 2021 que afronta Ebro Foods, con unos costes extra que cifra en 45 millones para su negocio de arroz y en 15 millones para la pasta. El transporte desde Asia “se ha más que triplicado, lo que eleva el coste de los arroces aromáticos, que son un capítulo fundamental para Riviana y para Tilda”, sus marcas en Estados Unidos y Reino Unido. “Esto afecta por igual a todos los operadores, pero el traslado a la tarifa está resultando una labor muy intensa”, indicaba el 28 de julio.
Dos días después, otra alimentaria, Deoleo, explicaba que el primer semestre se caracterizó por “una continua escalada de precios de la materia prima con incrementos del 75% en el precio medio del aceite de oliva que ha afectado a nuestros márgenes”. Situación que contrasta con una primera mitad de 2020 marcada por el confinamiento, con “un fuerte incremento en el consumo global y en un entorno de precios bajos y estables de la materia prima”.
Mención aparte merecen las constructoras e inmobiliarias, que han visto dispararse los precios de materiales de construcción como el cemento, el hormigón, el hierro, la madera, los plásticos, el betún o el acero. Según OHLA (antigua OHL), en el primer semestre “la actividad puede considerarse normalizada, si bien pueden existir en algunos países retrasos en la recepción de suministros y/o problemas de mano de obra por dificultades de movilidad, así como incremento en los costes de materias primas, que en cierta medida tienen su origen en la pandemia”.
FCC también cita este aspecto entre los riesgos que afronta. “Especialmente en las materias básicas de construcción, derivado de la reactivación de la demanda mundial tras la crisis sanitaria y del incremento del precio del transporte internacional marítimo de contenedores”. Como recuerda Acciona, desde el inicio de la crisis sanitaria se han producido bloqueos en el tráfico comercial y restricciones aduaneras que, coincidiendo con la puesta en marcha de importantes planes de estímulo de las mayores economías mundiales, “están produciendo fuertes incrementos en los precios de las materias primas y fletes que acarrean retrasos en aprovisionamientos y entregas”.
La inmobiliaria Metrovacesa cita entre los “retos” a corto plazo ese aumento de costes. “Podrían suponer una amenaza si finalmente se prolongaran en el tiempo”. Espera que sea algo “más relacionado con interrupciones puntuales de las cadenas de producción a nivel global y con una rápida reactivación de la demanda mundial que con problemas estructurales”. “Habrá que ver en qué medida estos costes son absorbidos por los intermediarios o, por otro lado, son absorbidos parcial o totalmente por posibles alzas en los precios finales de las viviendas”, añade.
Un semestre excepcional
El primer semestre ha sido excepcional para muchas grandes compañías españolas. En el Ibex 35, con la práctica excepción de las más expuestas al turismo, muchas han recuperado los niveles pre-COVID, con casos como Telefónica (con beneficios récord por operaciones corporativas) o Acerinox, con su mejor resultado semestral desde 2007. En conjunto, las firmas del Ibex ganaron hasta junio 23.600 millones, un 80% más, sin incluir a la principal compañía del selectivo, Inditex, (con un ejercicio fiscal diferente), Arcelormittal (con matriz en Luxemburgo), Siemens Gamesa (que arranca su ejercicio en septiembre) ni Solaria, única del Ibex que no ha publicado cuentas semestrales.
Como apuntaba Mapfre el 26 de julio, “tanto los mercados financieros como los bancos centrales han comenzado a poner el foco de su preocupación en el repunte de la inflación”. El consenso de economistas considera que el repunte de la inflación es “temporal”, pero los mercados “valoran la posible permanencia de la misma, motivada por la evolución del precio de las materias primas y de los alimentos en algunos países, el efecto del ahorro acumulado en el consumo privado y las presiones en los precios al productor derivadas de algunas disrupciones en la oferta”.
La mayor aseguradora española recuerda que las autoridades monetarias “están prefiriendo esperar a que la inflación supere consistentemente los niveles objetivo, antes de tomar acciones para modificar su postura, siendo conscientes de que un endurecimiento prematuro de las condiciones de financiación en el pasado ha sido perjudicial”, si bien algunos bancos centrales de países emergentes han subido ya los tipos de interés.
En la misma línea, la firma de inversión Renta 4 apunta que las autoridades monetarias “reiteran que estamos ante una subida transitoria, que se irá moderando con el tiempo ante la progresiva eliminación de cuellos de botella en la cadena de producción, las reincorporaciones al mercado laboral, y la ralentización del crédito en China”. Pero “persiste el debate sobre la inflación” y hay riesgo de un “repunte persistente” que “obligue a una salida rápida de los bancos centrales”. En los 38 países ricos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la inflación se situó en junio en el 4,1% con respecto al mismo mes de 2020, y sigue en máximos desde 2008.
Otra entidad financiera, Ibercaja, citaba la semana pasada como uno de los riesgos que afronta el escenario macroeconómico español “el impacto negativo que podría tener sobre la inflación, en consecuencia sobre la demanda, el fuerte incremento de los precios de las materias primas observado en la primera mitad del año”. Telefónica también menciona “un aumento no previsto de la inflación” como uno de los riesgos que afronta en Europa. Y el encarecimiento de las materias primas aparece asimismo en la última presentación de resultados de Banco Santander.