El Grupo Arturo Cantoblanco ha decidido solicitar el preconcurso de acreedores, e iniciar un proceso de reestructuración con el fin de “garantizar el futuro de su proyecto empresarial”, según ha anunciado la compañía del presidente de la patronal madrileña CEIM, Arturo Fernández.
En un comunicado, el grupo subraya que el objetivo de esta decisión es “salvaguardar los compromisos adquiridos con sus clientes y asegurar los puestos de trabajo de todos sus empleados, permitiendo a la sociedad continuar desarrollando su actividad con normalidad”.
El artículo 5 bis de la Ley de Concursal, por el que se acoge la empresa al preconcurso, permite así al grupo contar con un plazo de tres meses, ampliable a cuatro, para renegociar su deuda antes de tener que declararse insolvente.
Además, el grupo señaló que ha iniciado un proceso de reestructuración que “le permitirá garantizar el futuro” de su proyecto empresarial. “Es importante destacar que las medidas que se prevén adoptar nos van a permitir cumplir con nuestros compromisos con proveedores, bancos y Administración”, añadió.
A finales del año pasado, el presidente de CEIM y vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, primer accionista del grupo Cantoblanco, vendió el 51% de la sociedad a la firma Real Investment Holding y 'fichó' como consejero delegado a Luis Sans, alto ejecutivo del Grupo Intereconomía.
Tras la operación, el también presidente de la patronal madrileña CEIM se mantenía como primer ejecutivo del grupo, con un 49% del capital y dos consejeros, mientras que su nuevo socio pasaba a ostentar el cargo de consejero delegado, en la persona de Luis Sans, y contaba con otros dos miembros en el consejo de administración.
Se trataba de un acuerdo para todo el grupo, que regenta restaurantes y da servicios a hoteles, colegios y organismos públicos, con un capital humano que ronda los 3.800 profesionales en más de 180 establecimientos que ofrecen más de 50.000 comidas diarias.