De Guindos (BCE) pide más recortes en los bancos: “Eliminar el exceso de capacidad es todavía más importante que antes”

Diego Larrouy

19 de octubre de 2020 10:13 h

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El vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, ha vuelto a reclamar este lunes a los bancos a realizar planes de recortes de costes para hacer frente a la baja rentabilidad del negocio. “La necesidad de reducción de costes y la eliminación del exceso de capacidad es más importante incluso de lo que lo era”, ha señalado, en referencia, sin citar, a la red de oficinas y la plantilla de los bancos.

De Guindos ha analizado este lunes en un foro de KPMG y Expansión celebrado en Madrid los riesgos para el sector financiero de la zona euro, evitando las alusiones directas a la banca española. Salvo en un punto. El número dos del BCE ha señalado que es, junto a la italiana, los dos mercados donde se está produciendo una mayor caída de ingresos del sector bancario. Ha advertido que en Europa se está produciendo una “importante dispersión” entre la caída de valor de los bancos europeos.

En este contexto en el que ha urgido a la reducción de costes y la mejora de la rentabilidad, Guindos ha señalado que una vía puede ser la de la “consolidación”. Es decir, las fusiones. El Banco Central Europeo ha sido el gran impulsor en Europa del discurso de la concentración del sector para crear instituciones financieras más grandes y con mejor solvencia. Sin embargo, ha advertido que, aunque “puede ayudar a la reducción de costes”, se trata de “un instrumento pero no una finalidad en sí misma”.

El vicepresidente del BCE ha reconocido tres riesgos para el sistema financiero debido a la pandemia del coronavirus. El primero, ha señalado, es la “acumulación” de deuda tanto soberana como corporativa. Sobre esta segunda, ha señalado que aunque todavía no se ha producido una caída de las calificaciones de duda de las empresas de manera generalizada, “hay un riesgo de insolvencias”. Respecto a la primera, ha urgido a los estados a volver a la senda de reducción de déficit y deuda cuando se supere la crisis económica que ha supuesto la COVID-19. El segundo de los riesgos avanzados ha apuntado al sistema financiero no bancario, especialmente a la situación de los fondos de inversión, donde ha asegurado que se han producido situaciones de “tensión” por la falta de liquidez. Y, por último, se ha referido a la citada pérdida de rentabilidad del negocio bancario.

De Guindos ha hecho un llamamiento a los gobiernos de la zona euro a mantener las medidas de estímulo para “evitar un efecto acantilado”. Es decir, “acompañar” con estas medidas hasta que se produzca una mejora de la economía evitando una caída brusca sin esos estímulos. “Sin estas actuaciones la situación habría sido mucho peor”, ha subrayado.

Santander se desmarca de la ola de fusiones bancarias

El foro en el que ha participado De Guindos da cita durante toda la jornada a los consejeros delegados de las grandes entidades financieras del país. Uno de los primeros en participar ha sido José Antonio Álvarez, número dos del Banco Santander, quien ha desvinculado a su entidad de la ola de fusiones que ha comenzado en el sector bancario español. “No estamos interesados, no miramos nada, lo hemos repetido muchas veces”, ha zanjado de forma tajante el directivo de Santander. Ha restado importancia al hecho de que desde que absorbió a Popular, ha pasado de ser el primer banco del país a ser el tercero cuando culmine la unión de CaixaBank y Bankia. “Me preocuparía si tuviéramos menos del 10% de cuota de mercado, pero estamos en torno al 20%”, ha enfatizado.

Menos tajante ha sido Onur Genç, consejero delegado de BBVA. El directivo turco ha señalado que la prioridad de la entidad que preside Carlos Torres es “crecer orgánicamente”. Es decir, sin compras. Sin embargo, sí ha dejado la puerta abierta a “seguir mirando oportunidades, en España o donde sea”, enfatizando que estás oportunidades deben ayudar a “crear valor” y producir “sinergias”.

Uno de los nombres más citados en el sector sobre las futuras fusiones que puedan llegar ha sido el de Banco Sabadell. Sin embargo, su consejero delegado, Jaime Guardiola, ha evitado aclarar si finalmente participará en esa ola de fusiones. “Hemos dicho siempre que al final tiene sentido las fusiones si reducen costes y permiten ganar escala”, ha apuntado, explicando que el banco tiene “capacidad de reacción” de manera independiente debido a su especialización en servicios bancarios a empresas. Si bien, ha dejado la puerta abierta a buscar opciones que “den valor al accionista”.

Sí ha avanzado Guardiola un plan de recorte de costes del que dará más detalle durante la presentación de resultados de la próxima semana. En las líneas generales avanzadas ha apuntado a un mayor cierre de oficinas del inicialmente previsto para este año y a un ajuste más rápido en su filial en Reino Unido.

La fusión que ya fue anunciada fue la de CaixaBank y Bankia. El consejero delegado de la primera Gonzalo Cortázar, que continuará en el cargo tras la unión, ha apuntado que el proceso está a la espera del informe de un consultor independiente sobre la fusión, en base al cual ambas entidades convocarán la junta de accionistas para dar la aprobación definitiva de la fusión. Tras ello, faltará el visto bueno de los reguladores. Con ello, Cortázar ha mantenido la fecha del primer trimestre del año para cerrar la creación de la mayor entidad española. “Son causas estructurales [las que llevaron a la fusión], derivadas fundamentalmente por los tipos de interés negativo, que pueden seguir por mucho tiempo”, ha señalado el directivo, apuntando a que podría prolongarse estos tipos negativos durante una década.