El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha asegurado que la Comisión Europea no pide “absolutamente nada” en lo que a nuevos ajustes se refiere en la opinión sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2016, tras confirmar en una reunión con el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, que la evaluación formal se publicará mañana martes.
“No, no han pedido absolutamente nada”, ha zanjado el ministro en declaraciones a la prensa en Luxemburgo, tras ser preguntado por si el Ejecutivo comunitario ha solicitado al Gobierno cambios en el borrador de presupuestos para introducir ajustes adicionales. “La opinión la tendrán ustedes mañana y veremos, pero no creo que haya muchos reproches”, ha continuado De Guindos. El ministro también ha defendido como un ejercicio de “responsabilidad” el que el Gobierno haya presentado su propuesta de gasto con tanta antelación.
La tramitación adelantada del presupuesto español -los Estados miembros tienen hasta el 15 de octubre para presentar sus proyectos y Bruselas hasta finales de noviembre para evaluarlas- es objeto de discusión “informal” en la reunión de ministros de Economía de Eurogrupo que se celebra en Luxemburgo. De Guindos ha indicado que defenderá ante sus socios del euro que el Gobierno está “convencido” de que el objetivo de reducción del déficit al 4,2% este año “se va a cumplir” y que “también es un objetivo alcanzable” reducirlo al 2,8% del PIB en 2016, porque la economía española crecerá más de lo que espera Bruselas.
La Comisión ha guardo hermetismo estos días sobre cuándo mandaría su opinión a España. La fecha límite es el 16 de octubre, cuando los Presupuestos salen del Senado y ya van a la última votación al Congreso (donde ya no se incluyen enmiendas). El procedimiento de supervisión reforzada al que se adhirió España no contempla fechas mínimas para realizar todo este proceso pero sí que Bruselas debe emitir su opinión cuando el proyecto aún esté en trámite parlamentario.
Esto ha obligado a la Comisión a adelantar el análisis y la asesoría respectoa todos los países miembros que no tienen que remitir sus presupuestos a Bruselas hasta el 15 de octubre (la fecha coincide casualmente con el final del trámite en el Senado). Esto no sentó bien a Bruselas, pero tampoco en el organismo pudieron hacer nada para evitar la tramitación acelerada que deja los presupuestos cerrados para el próximo gobierno que entre después de las elecciones.
Bruselas ha estado analizando los últimos cambios en el presupuesto introducidos por España, como adelantar la rebaja del IRPF o la paga extra de los funcionarios, con escepticismo y no parece que terminen creyendo la posibilidad de cumplir con el objetivo de déficit. Sin embargo, los funcionarios europeos se encuentran entre la espada y la pared porque recriminar públicamente al Gobierno de Rajoy antes de las elecciones pondría en entredicho el éxito de las recetas de austeridad que se han vendido desde el Ejecutivo comunitario y que se suponen han tenido éxito en España.