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“Estuvimos cerca de dos meses conviviendo con 50 cucarachas pero no nos dejan tener mascota”

Manuel

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Mi nombre es Manuel y esta es mi historia del alquiler junto a mi pareja en tres pisos desde el 2017.

En verano de 2016 decidimos independizarnos (tenemos la gran suerte de poder hacerlo) y buscar pisos. Lo que vemos es tan horrible que se nos va quitando la idea hasta enero de 2017, en el que vemos un piso que nos gusta y no es excesivamente caro (750 euros por 60 metros cerca de Cruz del Rayo). Nos habían gustado otros pisos, pero ni siquiera pudimos verlos, ya que 10 minutos antes de la cita nos llamaban diciendo que ya estaba alquilado, incluso cuando la primera cita éramos nosotros.

Conseguimos ver el piso a través de una agencia. El piso estaba muy bien, pero veo algo que no me gusta, el de la agencia me dice que no nos preocupemos (más adelante sabréis el qué) y le preguntamos si permitía mascotas. La agencia nos dice que si, pero luego el casero nos lo prohíbe, aceptamos. En el momento de la firma ni nos mira a los ojos. Después de 3 meses viviendo, veo en la cocina de nuevo el problema visto en la primera visita: una cucaracha muerta. Le pregunto a mi pareja y me dice que ya es la cuarta que ve, pero que no me ha querido decir nada. Ponemos trampas hasta que empiezan cada día a aparecer 3 o 4 cucarachas por la mañana. Hablamos con el casero y lo primero que nos dice es: “Bueno, si es solo en la cocina tampoco pasa nada”. 

Así hasta que ya vemos una viva del tamaño de un gato, las fuimos recogiendo en un bote, ya que queríamos que se viera la realidad del problema y si no nos hacían caso, como estaba ocurriendo, liarla parda llevando el bote a la agencia. Después de pelear durante casi dos meses con la agencia, conseguimos que fumigaran y sellaran las grietas por donde entraban.

Después de estar cerca de dos meses conviviendo con 50 cucarachas muertas y alguna viva, dejan de aparecer y hablamos con el casero (ya que fuimos de buenas y no la liamos) para poder tener una mascota. Nos contesta: “Lo firmado es que no se puede, no puedo hacer nada”.

¿Podemos tener 50 cucarachas, pero no un perro o un gato? Empezamos a querer irnos (aunque la casa nos encantaba), pero hasta que cumpliéramos el año no podíamos (durante la espera vimos otras dos cucarachas).

En el mes de pre aviso volvimos a buscar casa y esta vez más lejos y con prisas, ya que se nos acababa el tiempo, vimos una que no estaba mal, pero más cara y cerca de la circunvalación M-40. No nos quedaba otra que aceptar. Allí nos dejaban animales, todo iba bien hasta que llegó el invierno. Siempre hacia frío en la casa, daba igual que pusieras la calefacción, se escapaba por las ventanas, que estaban mal aisladas.

Lo peor es que empezó a salir moho por las ventanas, preguntamos a los caseros y nos dijeron que las ventanas eran muy buenas. ¿Qué nos iban a decir? No nos lo dijeron, pero se notaba que no iban a hacer nada, por lo que tuvimos que volver a buscar, esta vez cerca de la zona de Diego de León. Era 250 euros más caro, pero mucho más grande y en el que estamos bastante felices.

PD: Durante esta última búsqueda, encontramos un piso que no estaba mal, aunque las habitaciones eran mínimas, el casero en la visita empezó a decirnos que había tenido muchas llamadas y que si nosotros queríamos subir el precio que a él no le parecía mal, porque mucha gente había ofrecido más. Nuestra cara lo resumía todo... Unos días más tarde vimos que lo había subido 125 euros y no incluía la comunidad...

Mi nombre es Manuel y esta es mi historia del alquiler junto a mi pareja en tres pisos desde el 2017.

En verano de 2016 decidimos independizarnos (tenemos la gran suerte de poder hacerlo) y buscar pisos. Lo que vemos es tan horrible que se nos va quitando la idea hasta enero de 2017, en el que vemos un piso que nos gusta y no es excesivamente caro (750 euros por 60 metros cerca de Cruz del Rayo). Nos habían gustado otros pisos, pero ni siquiera pudimos verlos, ya que 10 minutos antes de la cita nos llamaban diciendo que ya estaba alquilado, incluso cuando la primera cita éramos nosotros.