Los hogares reducen su deuda hipotecaria durante la crisis del coronavirus hasta el nivel más bajo en 15 años
Los hogares españoles terminaron el año de la pandemia menos endeudados que cuando lo comenzaron. Así lo muestran distintas estadísticas, que coinciden en señalar que los consumidores siguieron con la senda de reducción del endeudamiento que venía de los últimos años pese a la crisis económica que ha provocado la alerta sanitaria por el coronavirus. El nivel de deuda de los hogares se sitúa en el registro más bajo desde hace casi 15 años, en la primavera de 2006, en plena burbuja inmobiliaria.
La deuda en créditos con las entidades financieras de los hogares cerró el año de la pandemia en 686.000 millones de euros. Esta reducción se ha producido fundamentalmente gracias a que los hogares han logrado reducir su deuda hipotecaria con las entidades financieras. El saldo de todos los créditos hipotecarios en vigor en España sumaron al cierre de 2020, 504.605 millones de euros, tras reducirlo en 6.000 millones durante el último año, según los datos que recopila el Banco de España.
Algo distinta ha sido la evolución de los préstamos al consumo y el resto de créditos. La mejora del consumo con la recuperación económica y el aumento de la actividad de los últimos años había traído consigo el aumento la concesión de créditos para la adquisición de bienes de consumo como electrodomésticos o automóviles. Los bancos volcaron una parte importante de su actividad crediticia en este negocio, que además da mayores rentabilidades a día de hoy que el hipotecario. Sin embargo, el frenazo del consumo provocado por la pandemia ha roto la tendencia al alza. Los españoles deben 180.000 millones de euros en este tipo de préstamos, reduciendo en casi 2.000 millones estas deudas y poniendo final a cinco años consecutivos de aumento.
La tendencia que se ha vivido con esta nueva crisis económica es distinta a la que se produjo en la anterior, la que se generó en 2008 por el estallido de la burbuja inmobiliaria. Entonces pasaron casi tres años desde que la crisis llegó hasta que los hogares pudieron comenzar a reducir su deuda con las entidades financieras. Si bien, desde entonces, se ha producido la paulatina reducción de la deuda hipotecaria en España debido a que las amortizaciones de préstamos del pasado han ido superando año tras año a los nuevos créditos firmados. Hoy los hogares tienen una deuda por la adquisición de una vivienda que es un 23% más baja que su nivel más alto, alcanzado al cierre de 2010.
El recorte en lo que deben los hogares a las entidades financieras por la compra de su casa en 2020 se produce incluso a pesar de dos cuestiones que habrían podido frenar la reducción de la deuda global hipotecaria: la concesión de moratorias y que no fue, a pesar de todo, tan mal año como se podía prever en cuanto a la firma de nuevas hipotecas.
Respecto al primer punto, tras el estallido de la pandemia, el Gobierno aprobó una norma para la aplicación de moratorias para los deudores más vulnerables, que se amplió con otra moratoria impulsada por el sector. Las estadísticas que ha ido publicando el Banco de España muestran que respecto al conjunto del sistema, las moratorias no han afectado más que a una pequeña parte del total de la deuda hipotecaria. Además, las entidades financieras no señalan a este como el principal peligro para el deterioro de la calidad del crédito porque, según han apuntado distintos bancos, las primeras moratorias que se han ido levantando respecto al pago de hipotecas muestran que solo una pequeña parte incurre en morosidad. La banca está más preocupada por la evolución de los créditos que se han concedido a las empresas y, entre otras cosas, a si tendrán que acabar aplicando quitas, algo que se negocia actualmente con el Gobierno.
Segundo mejor año desde 2012 en nuevas hipotecas
En segundo lugar, pese al desplome provocado por el estado de alarma y el confinamiento, el año 2020 no quedará como un mal año para la formalización de nuevas hipotecas. Según los datos que recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE), el ejercicio termino con algo mas de 45.000 millones de euros en créditos concedidos por las entidades financieras para 333.000 nuevas hipotecas. El volumen de préstamos es algo inferior al año pasado, pero supone el segundo mejor registro, según el INE, de la última década, solo superado por 2019.
La Asociación Hipotecaria Española, un órgano estadístico compuesto prácticamente por todas las principales entidades españolas, destaca en su informe anual de 2020 que “dentro de este delicado contexto para la economía española” el negocio hipotecario “no parece haber sido uno de los grandes damnificados”. “Ha venido mostrando una paulatina recuperación en las operaciones nuevas a medida que se iniciaban las fases de desescalada en mayo y junio”, señalaba el informe.
Las estadísticas de esta asociación permiten esbozar cómo es, de media, la deuda hipotecaria que tiene cada hogar. Son 5,5 millones de viviendas las que están pendientes de una hipoteca, según la AHE. La deuda media de cada uno de estos contratos es de 81.899 euros (3.500 euros menos que hace un año) y con un periodo por delante para pagarlo de 11,7 años. Estas estadísticas señalan que los contratos hipotecarios que están vigentes cubren, de media, el 59,2% del valor de la vivienda. Este dato ha ido creciendo durante los últimos años, lo que da muestra de que los bancos han ido abriendo la mano con las hipotecas durante este tiempo, aunque lejos de aquellos tiempos en los que se llegaba a financiar el 100% del valor de la casa.
Al contrario de lo que ocurrió con la anterior crisis económica, las hipotecas hoy no son un quebradero de cabeza para las entidades financieras ni para las autoridades. Aunque el paro se situó en febrero por encima de la barrera de los cuatro millones de personas pero los ERTE y otras medidas, también para autónomos, han amortiguado la ausencia de ingresos en miles de hogares. Se ha resentido el consumo pero, a vista de los datos, no el pago de los créditos, al menos hasta el momento. Es por ello que la morosidad de las hipotecas sigue cayendo hasta niveles mínimos. Los créditos que acumulan algún impago suponen apenas el 3,1% del total. La gran banca tiene guardados en sus balances cerca de 15.000 millones de euros en provisiones para hacer frente al aumento de la morosidad que se prevé que traiga consigo la crisis económica provocada por el coronavirus, pero en el sector se mira más por ahora a la morosidad empresarial que la de los hogares.
Más cantidad y a menor coste en las nuevas operaciones
Los datos del INE muestran cómo en 2020 se han ido consolidando ciertos cambios en el sector bancario sobre el negocio hipotecario, el más importante dentro de su actividad tradicional. La hipoteca media que se firmó fue de 134.900 euros, lo que confirma la fase alcista de los últimos cinco años en cuanto al importe de los créditos que se conceden en España para la adquisición de vivienda, tras haberse contraído después de la crisis financiera y el freno en el mercado inmobiliario. Esa nueva hipoteca firmada en 2020 se ha hecho, de media, a 24 años y con un interés del 2,5%, el más bajo de toda la serie histórica del INE, que se remonta hasta 2003.
Por tanto, las nuevas hipotecas, frente a los años anteriores, son de mayor cantidad, con una duración similar a la habitual y más baratas que antes. Además, la vigencia de los tipos de interés negativos, cuya permanencia ha prolongado la pandemia con pronósticos de que se mantendrán durante varios años más, han consolidado el vuelco en la oferta hipotecaria hacia aquellas a tipo fijo frente a las variables. En 2020, durante algún mes, las hipotecas fijas superaron por primera vez las variables y terminaron el año en su nivel más alto de la historia: el 48%. El 20% de todas las hipotecas que están en vigor lo están ya a tipo fijo cuando hace apenas tres años rondaban el 9%, según los datos de la AHE.
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