Ignacio Araluce (San Sebastián, 1955) lleva toda la vida al servicio de la industria nuclear y desde marzo de 2017 es el máximo responsable del Foro Nuclear, que agrupa a más de medio centenar de empresas con intereses en este sector. Recibe a elDiario.es en las oficinas de la asociación en Madrid para explicar su rechazo al anteproyecto presentado por el Gobierno para actuar contra los denominados beneficios caídos del cielo (windfall profits) de la hidráulica y la nuclear.
En febrero pasado, Araluce decía que pagar un precio fijo a los reactores “podría ser un camino” para que esta fuente deje de ser “inviable”. Ahora lo tiene mucho más claro y pide sacar su producción de la casación diaria del denominado pool o mercado mayorista a cambio de esa suerte de “ingreso mínimo” como “solución” para estas centrales, que según las eléctricas, no están amortizadas, en contra de lo que cree el Gobierno.
Ante un recibo que en junio amenaza con pulverizar todos los récords, el Ejecutivo ha planteado frenar la “sobrerretribución” que reciben nucleares e hidráulicas por el encarecimiento de los derechos de emisión, que no soportan, con un mecanismo que, según Araluce, empeorará la ya “desastrosa” situación económica de los reactores, pese a este repunte “coyuntural” del mercado mayorista.
Amenazan con cerrar anticipadamente si se aprueba el recorte propuesto.
No es una amenaza. La situación de las nucleares desde el punto de vista económico es desastrosa. Estamos perdiendo dinero a espuertas. El año pasado los precios en el mercado mayorista se desplomaron por la pandemia, con meses de precios medios de 17-20 euros por megavatio/hora (MWh) en abril y mayo y una media en el año de 34 euros [ahora rondan los 90 y la media de 2021 ya supera los 57]. Con unos 22 euros de impuestos y tasas, ha habido meses en los que con lo ingresado no nos ha llegado para pagar los impuestos y tasas; no ya para cubrir gastos. Y al cabo del año hemos acabado con un flujo de caja negativo de 500 millones de euros y unas pérdidas de más de 1000 millones.
Ahora no estamos como hace un año. El pool eléctrico está en precios récord.
Pero venimos desde 2013 con unas pérdidas acumuladas de 3.000 millones. 2020 fue tremendo por la pandemia, pero ya venimos con pérdidas desde entonces. Si estuvieran estos precios en los próximos 15 años, esto sería jauja. Pero esta situación es coyuntural. No digo que acabe mañana, sino pensando en el tiempo de vida de las centrales. Ahora se han unido varias circunstancias. La demanda eléctrica ha crecido porque hay cierta reactivación y eso incrementa los precios. Están coincidiendo paradas de nuestras centrales por recarga que dejan de inyectar energía a precio cero en el mercado, y si salimos nosotros entra otro más caro; en los mercados internacionales, el gas se ha disparado con la reactivación, cuando hace un año el petróleo llegó a cotizar en negativo; y los derechos de emisión de CO2 han pasado de 25 euros por tonelada a 51, y ya veremos hasta dónde llegan.
El Banco de Inglaterra ha hablado de 100 euros por tonelada.
Los futuros dicen que el precio del carbono más o menos va a ser estable y se va a quedar en los 50 euros, aunque haya quien hable de 100. En cualquier caso, al fijar el gas el precio por ser un mercado marginalista, el pool está en unos niveles altísimos. Por eso el Gobierno ha presentado este anteproyecto. Calculan que a nosotros nos van a descontar unos 750 millones adicionales sobre lo que facturamos, la mayoría del impacto, que es de algo más de 1.000 millones. Si los precios se mantuvieran como están, en lugar de 93 euros cobraríamos 70 euros por MWh. El problema es que a medio y largo plazo eso no es verdad. Si lo fuera, ¿para qué estamos haciendo la transición energética? Los dos objetivos de la transición son no emitir CO2 y abaratar el precio de la generación eléctrica con las renovables, que tienen un coste variable tendente a cero. Ahora el precio está caro, pero si siguiera así en los próximos años, apaga y vámonos. El Gobierno y todo el mundo creen que los precios en el futuro van a ser mucho más bajos. Los futuros de la electricidad apuntan a un aumento en 2021, cierta estabilización en 2022 y 2023 y una fuerte caída a partir de entonces. Y nosotros tenemos que funcionar hasta el 2035. Si el precio en el futuro va a estar en unos 30 euros, será la ruina total del sector.
El Gobierno va a levantar el impuesto a la generación del 7%, como ya hizo en 2018. ¿Eso no les ayudaría?
Ese no es un impuesto nuclear. Afecta a todos los generadores, y si se retira, el precio del pool bajará porque los generadores lo repercuten. El beneficiado será el consumidor. Al generador le da lo mismo. En el caso de los impuestos específicos de las nucleares, no están repercutidos en el precio y no los recuperamos nunca porque ofrecemos nuestra energía a precio cero en el mercado mayorista.
Hablan de la nuclear como si fuera un ente autónomo separado del resto, pero las centrales pertenecen a unas empresas que están presentes en todo el negocio.
Pero yo no puedo tener un negocio que estructuralmente sea de pérdidas, que por definición pierda dinero en los próximos 15 años. Y esa es nuestra situación. Nosotros no amenazamos con nada. El Gobierno puede ver nuestros libros y nuestros costes y gastos: de combustible, de personal, repuestos, amortizaciones… son números que sabe todo el mundo.
¿Sí?
Parece que no, pero sí. Iberdrola Generación, que tiene su negocio nuclear separado del resto, tiene sus cuentas en el Registro Mercantil y las puede ver cualquiera. De impuestos el Gobierno sabe mucho mejor que nosotros lo que nos cobra. El combustible también, porque la empresa que lo vende es del Estado. Las cuentas son facilísimas. La ventaja de la nuclear es que es absolutamente predecible. Todos los años producimos entre 55 y 57 teravatios/hora (TWh). Una solución, si no se quieren tocar impuestos, es ver qué precio nos tienen que pagar para cubrir nuestros gastos. Se está diciendo que nos forramos con los windfall profits, que nos aprovechamos. Nosotros no queremos para nada los windfall profits. Que nos los quiten. ¿Estamos con precios de 90 euros y se quiere atajar esto? Pónganme un precio razonable, 56-57 euros, para cubrir gastos y amortizaciones.
Es el precio que calcula Endesa.
Es un precio absolutamente razonable, en España y en toda Europa. Que nos paguen esto y se olviden del CO2 y de todo lo demás. Es el 60% del precio actual. Con eso ya estamos contentos. Nos conformamos. Bajaría el precio en el mercado, tendrías un precio predecible y nos daría igual el precio del CO2. Es una solución absolutamente razonable. Nosotros queremos contribuir. No emitimos CO2 y damos estabilidad al sistema. No quiero saber nada de los windfall profits, no quiero lucrarme. Quiero sobrevivir.
El jueves el Congreso rechazó una proposición no de ley para rebajar impuestos a la nuclear, “inexplicablemente maltratada”, según dijo la diputada de Vox que la presentó. “Los lobbies de las nucleares y las eléctricas no lo harían mejor que ustedes”, dijo la diputada Inés Sabanés a esta formación y al PP. ¿Por qué la energía nuclear en España es percibida como de derechas?
No tengo que responder a eso. Yo he vivido diez años en Francia y allí todo el mundo es pronuclear.
La nuclear allí es del Estado.
¿Es un tema de propiedades, porque es una empresa privada? Entonces es porque nos queremos cargar la empresa privada, pero no porque sea mala. A lo mejor es un tema de ideologías. No me quiero meter ahí. Nosotros con Administraciones de izquierdas nos hemos llevado maravillosamente y han entendido perfectamente nuestra situación. Y hemos tenido unas peleas de narices con Administraciones del PP, que fue el que inició esta subida de impuestos a la nuclear en 2013. Nosotros no entendemos de ideología. Somos productores eléctricos. Y estamos en un momento absolutamente ruinoso. El Gobierno ha reconocido la importancia de la nuclear en el PNIEC [Plan Nacional Integrado de Energía y Clima] y cuenta con ella para respaldar las renovables, que son difícilmente gestionables hasta que llegue el almacenamiento. Si dicen que no somos necesarios, paramos mañana y se acabó. Pero si tenemos que seguir funcionando, necesitamos un ingreso mínimo para poder hacerlo.
"Hablan de sacar un decreto-ley mañana cuando desde el ministerio se ha dicho que se va a tender la mano y se va a dialogar"
El ministro Garzón ha dicho que el Gobierno estudia aprobar el recorte a hidráulicas y nucleares por decreto.
Si lo hacen y es de aplicación mañana, sería la ruina del sector. Saltarán por los aires todos los acuerdos que tenemos de funcionar desde 2027 hasta 2035 porque ya cambia el panorama. Hay unidades que tienen que pedir la licencia de operación, y eso sí que es potestad del operador. Las que la tienen habría que ver si se les deja parar o no; pero la que tiene que renovarla, no la pide y ya no funciona. Aparte de que en cualquier empresa, hay una responsabilidad ante los accionistas y no puedes tener un negocio que sabes que estructuralmente va a ser siempre deficitario. Lo tienes que cerrar, por responsabilidad. Y hablan de sacar un decreto-ley mañana cuando desde el ministerio se ha dicho que se va a tender la mano y se va a dialogar.
¿No veían venir este recorte? En enero, Teresa Ribera hablaba de aplicar “mecanismos colchón” a las tecnologías inframarginales.
No. Y hay otras soluciones. El anteproyecto habla de la posibilidad de sacar a las centrales afectadas de la casación y llegar a un acuerdo de precio que podría ser un sistema de pago por diferencias. Lo descartan porque dicen que alteraría el mercado único europeo, cosa que no entiendo porque las nucleares en Francia han llegado a un acuerdo con este sistema y antes del Brexit, Reino Unido hizo algo parecido. Además, dicen que habría que hacer una valoración de los costes de las centrales, los activos por amortizar, y eso lleva su tiempo y no sería de aplicación inmediata. Pero es que el anteproyecto tampoco es inmediato y hasta 2022 no estará en funcionamiento. Por eso defendemos esta solución de un precio fijo.
¿Qué ingresos obtendrían las nucleares con él?
Unos 3.200 millones de euros anuales. Muchísimo menos que con el precio actual. El año pasado, produjimos 55 TWh que a un precio medio de 34 euros por MWh son unos 1.900 millones de facturación, de los que pagamos unos 1.160 millones de impuestos: 480 millones fueron para Enresa y otros 750 millones para el Estado.
El Consejo de Seguridad Nuclear ha estado dos años sin publicar las actas de inspección a las centrales. ¿Esa opacidad no les perjudica?
No es un área en la que yo me meta demasiado, porque hay unas relaciones muy directas de las centrales con el CSN. No me puedo pronunciar porque no conozco este tema en detalle, pero yo creo en la política de transparencia. Si se van a publicar esos documentos de igual forma, mejor hacerlo cuanto antes para evitar suspicacias.