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Cómo impacta la fuga de empresas emblemáticas en el tejido empresarial catalán

Que Caixabank se vaya de Catalunya supone un desgarro en el tejido empresarial catalán mucho mayor del que se puede calcular en euros. Catalunya se queda sin la que fuera su caja de ahorros y sin el banco (Sabadell) que se construyó para servir a la propia burguesía catalana. También se queda sin la empresa que modernizó al país llevando el gas natural, y que en sus inicios se llamó Catalana de Gas. La marcha de estos tres buques insignia ha ejercido un efecto arrastre entre un buen puñado de empresas medianas que o bien planean marcharse o lo harán en los próximos días. Empresarios catalanes estaban ayer en auténtico shock ante la marcha de estas entidades que no les deja otro remedio que hacer las maletas a ellos también.

“Uno de nuestros principales clientes en EEUU teme que la inestabilidad de la zona pueda afectar a nuestros servicios”, se lamenta un empresario. Por ahora, salvan la situación porque la cara visible del proyecto está fuera de Catalunya pero no es la única empresa que recibe presiones de sus clientes internacionales para deslocalizarse por temor a que se resienta el servicio.

Si había alguna duda de que la independencia podía dañar Catalunya, la retirada de Caixabank y de Gas Natural despeja cualquier tipo de dudas. Lo que no es bueno para Caixabank es difícilmente vendible para cualquier empresario catalán. La marcha además corta las alas al sueño de los independentistas que se imaginaban recolectando tributos de sus empleados y empresas. Aunque el cambio de domicilio no va a tener ningún impacto a corto plazo en el Impuesto de Sociedades (que se recauda y distribuye por el Estado a todo el territorio), si supone una merma de más de 1.175 millones de euros en los soñados impuestos que una hipotética agencia tributaria catalana podría recolectar para los ingresos del estado independiente.

Con el movimiento, los empresarios catalanes esperan parar en seco las peticiones de cambio de sucursal que estaban recibiendo en sus oficinas (de Mataró a Guadalajara, por ejemplo) y esquivar las ventas masivas en los mercados financieros que no están para hacer una lectura pausada del conflicto. Las portadas del Financial Times no solo han estropeado la imagen del Ejecutivo español, también han llevado a poner pies en polvorosa a inversores internacionales.

Aunque el cambio de domicilio es un bálsamo temporal para Sabadell y Caixabank, el anuncio ha caído de forma contraproducente entre élites empresariales que han percibido como aún más grave la situación de la que descontaban. La idea de que es hora de tener dinero en efectivo en casa, o la despensa llena, circulaba ayer por los chat de whatsapp a toda velocidad.

“No tienen confianza en cómo los políticos están resolviendo el proceso”, concluye Santiago Carbó y entiende que siguen sacando dinero porque la ciudadanía no ve “un plan”, ni se está haciendo pedagogía. “La actuación de los políticos está causando una pérdida de confianza generalizada”, lamenta.

La palabra 'corralito', un invento tan latinoamericano como las caceroladas, también salta de chat en chat. Por el momento, la situación no puede está muy lejos de ese escenario, pero las profecías autocumplidas han demostrado hacer mucho daño.

Corralito es otra cosa

Pero ¿qué es un corralito? El corralito original se produjo en Argentina en 2001 y consistió en el fin de la convertibilidad del peso argentino al dólar estadounidense así como la congelación de los depósitos y restricciones a las operaciones de cambio de moneda. La medida más visible fue la restricción de las retiradas de depósitos de los bancos, y así también se denomina corralito a los controles de capitales impuestos en Chipre en 2013 y en Grecia en 2015, ya que en ambos casos fueron acompañados por restricciones en el acceso a los depósitos bancario.

Entendido así, un corralito se produce cuando un banco central no puede garantizar la liquidez del conjunto se su sistema bancario. Esto sólo puede ocurrir si el sistema bancario necesita grandes cantidades de moneda extranjera. En el caso de Chipre y Grecia, la realidad es que el euro funcionaba como una moneda extranjera porque los bancos centrales nacionales no pueden crear euros a voluntad, y porque las limitaciones legales del BCE le impiden hacer nada que pueda parecer una transferencia neta entre estados.

En el caso de Catalunya, el argumento para esperar un corralito suele ser que una Cataluña independiente introduciría una moneda propia distinta del euro, y que en ese caso se desencadenaría una fuga de capitales, y Catalunya no tendría más remedio que imponer un corralito –y convertir los depósitos en euros a su moneda local– para controlar la situación. Esta secuencia puede ser probable pero no es en absoluto necesaria, sobre todo porque la premisa –la introducción de una moneda propia– no es la postura oficial del independentismo que se inclina por lo que podríamos llamar la vía Montenegrina: el uso unilateral del euro como moneda incluso fuera de la Unión Monetaria.

Sin embargo, el hecho de que la independencia desencadene un pánico bancario en el corto plazo, podría ser posible que se tuvieran que congelar los depósitos en toda España, independientemente de donde esté sita la entidad, hasta restablecerse la normalidad por un periodo breve de tiempo. La demanda masiva de billetes por el impulso de atesorar podría desencadenar algo así.

Temor internacional y turismo resentido

El turismo es otro de los sectores a los que también se resiente por la incertidumbre generada por el 1-O. American Airlines, que opera vuelos con destino al Prat, ha advertido a sus clientes de la inestabilidad existente en Catalunya. La aerolínea sugiere la conveniencia de modificar los billetes ante el clima generado. “La posible movilización, que se puede producir entre el 3 y el 13 de octubre puede afectar sus planes de viaje. Le estamos ofreciendo flexibilidad adicional que le permite cambiar sus planes de viaje sin ningún coste”, dice un mensaje de la aerolínea citado por El Periódico.

La advertencia de la aerolínea se suma a la que algunos países ya han lanzado a sus ciudadanos que tengan como destino Catalunya. El Foreign Office británico en un aviso a los viajeros publicado el 2 de octubre informa sobre las manifestaciones que han tenido lugar en Catalunya y que pueden continuar. Reino Unido es el principal emisor de turistas a España. Una advertencia similar también la ha lanzado el ministerio de Exteriores alemán publicada el 4 de octubre que señala que tras el referéndum y el paro del 3 de octubre, la “situación se mantiene tensa”. “Puede haber manifestaciones en cualquier momento”, señala.

En este contexto, el Gremi d’Hoteles de Barcelona admite que las reservas para las próximas semanas se habrían ralentizado, según publica La Vanguardia. Algo que también habrían detectado algunas cadenas de hoteles como Meliá o B&B Hoteles. El vicepresidente de Hoteles Meliá, Alfonso del Poyo, en un foro celebrado en Madrid aseguró que han detectado ya una “relevante caída de la demanda”, según recoge La Vanguardia, y señaló que otros empresarios hoteleros le habían transmitido la misma percepción.

Este texto ha contado con la colaboración de Miguel Carrión