El Gobierno ya sabe cuánto dinero público destinará a la deducción por rehabilitación de vivienda habitual: 450 millones de euros procedentes de los fondos europeos. La deducción en IRPF —que existió hasta 2013, aunque con otras condiciones— se recuperará en los próximos meses. El Ministerio de Transportes está trabajando en un real decreto ley para aprobarlo “lo más rápido posible”.
“Es una reserva que se irá utilizando”, explican fuentes del departamento, responsable de esta parte del llamado Plan de Recuperación. “Puede que se utilice todo o una parte, en función de la evolución”. Si la medida tiene éxito y se agotan los 450 millones, Hacienda podrá decidir incrementarlo, según estas mismas fuentes.
El objetivo que se ha marcado el ejecutivo es rehabilitar medio millón de viviendas y mejorar su eficiencia energética de aquí a 2023. Para ello pondrá en marcha dos grandes medidas: uno, las subvenciones a la rehabilitación (articuladas a través de Comunidades Autónomas y oficinas municipales) y dos, las deducciones por rehabilitación.
Los programas de rehabilitación, que también van dirigidos a barrios enteros y edificios públicos, no solo de viviendas, estarán dotados con 5.800 millones de euros. Su cuantía se determinará en función de la profundidad de la rehabilitación, los ingresos de quienes vivan en el edificio y las características del ámbito.
La deducción por rehabilitación de vivienda podrá llegar al 60%. El Gobierno preveía una horquilla del 30 al 60%, pero ha realizado ciertas modificaciones. A la espera de que publique el real decreto y los términos estén en el BOE, la propuesta del Ministerio de Transportes es una deducción del 20% para quienes consigan una reducción del 7% en la demanda de calefacción y refrigeración y una deducción del 40% para quienes que consigan una reducción del 30% del consumo energético. La deducción está pensada para propietarios que vivan en su vivienda o la alquilen.
Por otro lado, se plantean deducciones del 60% a quienes hagan obras que mejoren energéticamente edificios residenciales. En este caso, la condición es reducir el consumo un 30% o mejorar la calificación energética (A o B). Esta deducción está planteada para personas físicas propietarias de vivienda.
La deducción por adquisición o rehabilitación habitual existió hasta 2013. La de adquisición se sigue aplicando a las viviendas compradas hasta esa fecha y supone un importante coste anual a las arcas del estado. Es el beneficio fiscal relacionado con la vivienda que más nos cuesta: 939 millones de euros anuales.