La inflación de los alimentos se modera al 1,8% en septiembre, un mínimo desde hace tres años
El 'bolsillo' de las familias empieza a respirar. La inflación de los alimentos se redujo al 1,8% en septiembre, un mínimo desde octubre de 2021 en su tasa interanual, según el detalle del IPC (Índice de Precios de Consumo) publicado por el INE este martes. En agosto, las subidas de precios en los supermercados, las carnicerías, las pescaderías o las fruterías se moderaron al 2,5%, de nuevo respecto al mismo mes del año pasado.
Con esta caída de siete décimas de la inflación interanual de los alimentos, Estadística ha confirmado que el IPC general se redujo al 1,5% el mes pasado, un mínimo de hace tres años y medio. Esto no quiere decir que el coste de la vida se haya abaratado. Es decir, sigue subiendo. Pero ahora, tras meses de escalada en una crisis asfixiante, el aumento de los precios se ha normalizado, hasta tasas interanuales incluso inferiores al ritmo al que están creciendo los salarios.
La moderación de la inflación de los alimentos es especialmente importante para los hogares más vulnerables, porque el gasto en el supermercado cada mes supone una mayor proporción de la renta total cuanto menos dinero se ingresa. La razón es fácil de entender. Una familia puede prescindir de ir al teatro, de adquirir pagar la suscripción a Netflix o incluso de unas vacaciones cuando el dinero no llega. Pero lo último que se quita cualquier hogar es la comida.
Quinta caída mensual del aceite de oliva
“Destaca en septiembre la bajada del precio del aceite, que se abarató un 2,9%”, respecto a agosto, según destaca el Ministerio de Economía. Es la quinta caída mensual consecutiva del 'oro' líquido. En el cálculo interanual, el aceite de oliva se encareció un 10,3%, su menor salto desde mayo de 2021, tras llegar a escalar más de un 60% en varios meses de 2023 y 2024.
Otro alimentos que se han abaratado en septiembre respecto a agosto son los cereales de desayuno (-1,6%), las pastas alimenticias y cucús (-0,7%) o las frutas (-3,4%).
“En septiembre ha sido también significativo el descenso de los precios de los carburantes y de la electricidad”, continúan desde Economía.
La inflación subyacente, que excluye de su cálculo precisamente los precios de la energía y de los alimentos para dar una visión más estable de la evolución de los precios, también ha seguido bajando hasta el 2,4%, frente al mismo mes de 2023. En este caso, es la menor tasa interanual desde enero de 2022.
“Estos factores, junto con la positiva evolución del mercado laboral y la mejora de los salarios, están permitiendo mejorar la capacidad de compra de los ciudadanos y la renta real de los hogares”, concluye el Ministerio de Economía.
Medidas anticrisis
A finales del julio, el Gobierno de coalición consiguió la convalidación en el Congreso de los Diputados del último decreto anticrisis, aprobado en el Consejo de Ministros del 25 de junio, con medidas para aliviar el daño de la inflación. Entre ellas, la rebaja del IVA del aceite de oliva y del resto de alimentos básicos, la subida de los sueldos a los funcionarios en 2024 o la extensión del bono social eléctrico.
Este último paquete prorrogó algunas medidas vigentes desde finales de 2023, pero eliminó otras (directamente o programó una retirada escalonada), “atendiendo a la moderación de la inflación” y para cumplir con las reglas fiscales de la Unión Europeo (UE), que se han activado en este 2024 —según explica el Ejecutivo—, tras permanecer suspendidas desde 2020 para permitir una respuesta social al doble shock de la pandemia y de la invasión rusa de Ucrania.
La bajada del IVA de los alimentos
Por ejemplo, la normalización del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) de los alimentos básicos es progresiva. Desde el 1 de enero de 2023, el Ejecutivo decidió rebajar al 0% el IVA de los alimentos que ya tenían el tipo reducido del 4% y, además, la bajada del 10% al 5% del IVA de los aceites —incluido el de oliva— y las pastas. “De esta forma, se alivió la situación de las familias, especialmente la de aquellas con bajos ingresos, que dedican una parte mayor de su renta a adquirir esos bienes de primera necesidad”, defiende el Gobierno.
En junio de este 2024, el Consejo de Ministros acordó prorrogar esta medida e incluir al aceite entre el grupo de alimentos con una rebaja del IVA hasta el 0%, ante la extraordinaria escalada del 'oro' líquido. En esa prórroga, programó la subida escalonada a partir del último trimestre de este año.
A partir del 1 de octubre y hasta el 31 de diciembre de 2024, el tipo del 0% del IVA de los alimentos básicos se sitúa en el 2%. Estos alimentos son: el aceite de oliva, el pan común, así como la masa de pan común congelada y el pan común congelado destinados exclusivamente a la elaboración del pan común; las harinas panificables; las leches producidas por cualquier especie animal (natural, certificada, pasteurizada, concentrada, desnatada, esterilizada, UHT, evaporada y en polvo); los quesos; los huevos; y las frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales que tengan la condición de productos naturales de acuerdo con el Código Alimentario y las disposiciones dictadas para su desarrollo.
A partir del 1 de octubre y hasta el 31 de diciembre de 2024, el siguiente grupo de alimentos considerados básicos pasa de un IVA del 5% a uno del 7,5%. Estos alimentos son: los aceites de semillas y las pastas alimenticias.
Los recortes de los tipos de interés del BCE
“Es demasiado pronto para cantar victoria con la inflación”, recogen las actas de la última reunión de los gobernadores de los bancos centrales de la eurozona y del comité ejecutivo del BCE, que preside Christine Lagarde.
El documento refleja que todos los miembros del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) estuvieron de acuerdo con la bajada de los tipos de interés del 12 de septiembre, de 0,25 puntos al 3,5% para la referencia principal. Fue el segundo recorte, tras el de junio, en este ciclo de alivio de la condiciones de financiación, que se han ido trasladando automáticamente al Euríbor y, por tanto, al coste de las hipotecas y de los préstamos en general.
El principio del fin de la austeridad monetaria responde a la moderación de la inflación y a la desaceleración del crecimiento económico en el conjunto de la eurozona, sobre todo en Alemania. La amenaza de estancamiento de la actividad o, incluso, de recesión pesa sobre el BCE. Pero es un riesgo que el organismo asumió en su agresiva lucha contra las subidas de precios, que precisamente ha consistido en ahogar la capacidad de compra de las familias y de inversión de las empresas para frenar la demanda y moderar así la inflación.
Sin embargo, en la actas de la última reunión del consejo del gobierno de la institución queda claro que “los miembros siguen decididos a garantizar que la inflación vuelva a la meta de mediano plazo del 2% en el momento oportuno y que mantendrán los tipos de interés oficiales suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para alcanzar ese objetivo”.
“También seguirán aplicando un enfoque basado en los datos y reunión por reunión para determinar el nivel y la duración adecuados de la restricción”, continúa el documento. Con “restricción”, la jerga monetaria se refiere a que las condiciones de financiación dañen la demanda.
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