La inflación bajó otro medio punto al 6,8% en noviembre por la caída de luz y carburantes, según el dato adelantado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) este martes. Se sitúa en su nivel más moderado desde enero.
El IPC (Índice de precios de consumo) interanual se relaja así por cuarto mes consecutivo y ya se ha reducido 4 puntos desde el techo del 10,8% de julio, siempre respecto al mismo mes del año pasado. “España se sitúa como uno de los países con una disminución más rápida e intensa de las subidas de precios de la Unión Europea”, destacan desde el Ministerio de Asuntos Económicos.
“La bajada de la inflación pone de manifiesto el impacto positivo de las medidas puestas en marcha para amortiguar el alza de los precios”, celebran las mismas fuentes. Entre estas medidas destaca el tope al gas. Aunque la caída de este combustible, de la gasolina y el diésel y, por tanto, de la factura de la electricidad también es consecuencia de la menor demanda por el frenazo de la actividad económica y de que en este noviembre no ha hecho el frío habitual.
De hecho, el INE explica que en la reducción de la inflación también ha influido “el hecho de que los precios de vestido y calzado de la nueva temporada de invierno hayan subido menos en noviembre de este año de lo que lo hicieron en el mismo mes de 2021”.
Y, por último, por el efecto base. Gas y carburantes ya protagonizaron una importante subida en noviembre de 2021. Es decir, en el comportamiento de este año no solo hay que contar los planes de choque, la menor demanda o las temperaturas más cálidas sino también que se partía ya de precios elevados.
Subida de los alimentos y del IPC subyacente
En esta fase de la crisis de inflación por la invasión rusa de Ucrania ahora preocupa la escalada de los alimentos. Comprar en el supermercado se ha convertido en un ejercicio asfixiante y se refleja en que el IPC subyacente, que exclpuye en su cálculo la energía y los productos frescos por su mayor volatilidad, se sitúa este mes en el 6,3%.
Este índice da una visión más estructural de las subidas de precios. Y en estos niveles tan altos indica un contagio total en la cesta de bienes y servicios, y supone persistencia de la inflación de cara a 2023, incluso aunque caigan carburantes o gas.
Y dado que los salarios están subiendo muy por debajo de esta inflación subyacente, la pérdida de poder adquisitivo de las familias es histórica. Sí recuperarán la cacapacidad de compra los pensiones, que conseguirán una revaloración del 8,5%, la media anual de las subidas de precios hasta noviembre según lo establecido en la última reforma.