La inflación sube al 6,1% en febrero por la electricidad y los alimentos
La inflación subió en febrero hasta el 6,1%, respecto al mismo mes del año pasado, según ha avanzado el INE (Instituto Nacional de Estadística) este martes. El IPC (Índice de precios de consumo) aceleró dos décimas frente al dato de enero por el repunte de la electricidad y de los alimentos frente al año pasado.
Mientras, el IPC interanual en el cálculo subyacente o estructural (excluye la energía y los alimentos frescos) subió al 7,7%. Un récord desde 1986 que refleja que esta crisis de inflación se ha extendido a prácticamente toda la cesta de la compra.
“Esta evolución es debida a que los precios de la electricidad suben este mes, frente al descenso registrado en febrero de 2022, y a que los alimentos y bebidas no alcohólicas aumentan más que en febrero del año pasado”, explica el propio INE. “En sentido contrario, destaca la bajada de los precios de los carburantes y lubricantes, los cuales aumentaron en febrero de 2022 [durante las semanas en las que Rusia decidió invadir Ucrania]”, continúa.
En términos mensuales, el IPC general avanzó un 1% y el índice subyacente un 0,7%, pese a la bajada del IVA de los alimentos básicos y al resto de medidas de choque que están vigentes, como la reducción de impuestos en la factura de la luz o del gas, el mecanismo ibérico o los descuentos en el transporte público. Estos repuntes respecto a enero, de mes o mes, son los mayores desde junio de 2022.
En resumen, la vida es en general un 6,1% más cara que en febrero de 2022 y un 1% que en enero de este año. Estas cifras y en concreto la escalada mensual muestran que las empresas están trasladando el aumento de los costes durante los últimos meses, principalmente de la energía, a los precios finales de venta. Y vuelven a poner el foco en los supermercados.
La inflación de los alimentos
La situación es afixiante. Los precios subieron cerca de un 8% de media en 2022 y no dan respiro en 2023. Y lo más preocupante ahora es que la crisis se ha contagiado de la factura de luz o del surtidor de gasolina al plato de comida.
La inflación de los alimentos empezó a acelerar en tasa interanual por encima del IPC general desde abril de 2022, y llegaron a avanzar un 15,7% en diciembre, respecto al mismo mes del año pasado. En enero, la subida se moderó apenas tres décimas, al 15,4%.
Lo único positivo: en el arranque de 2023 registraron la primera caída mensual (frente a diciembre) en un año tras la decisión del Gobierno al final de 2022 de reducir el IVA a una cesta de productos básicos del 4% al 0% y al aceite de oliva y a las pastas del 10% al 5%. Un alivio que se habría truncado ya en febrero, según las cifras conocidas este martes.
Estos alimentos con reducción del IVA cayeron un 1,6% en conjunto de enero a diciembre en nuestro país, según los datos del INE, publicados el 15 de febrero. Este mismo dato para febrero se conocerá el 14 de marzo.
Una bajada en enero que, sin embargo, implica que no hubo un traslado de toda la rebaja de impuestos por parte de los supermercados y del resto de comercios. Ni siquiera de la mayor parte, por lo que se engordaron los márgenes (la capacidad de convertir en ganancias sus ingresos). Y ahora el INE ha adelantado que ocurrió lo mismo y con más intensidad este último mes.
Las subidas de precios en el carrito de la compra se muestran desde hace meses incontrolables, como ocurrió desde el verano de 2021 hasta el otoño de 2022 con la energía, lo que requirió medidas extraordinarias como el tope al gas o mecanismo ibérico, ante la insuficiencia de las rebajas del IVA de la luz y el propio gas para moderar la escalada. En estos momentos, la presión de los alimentos está justificando la continuidad de la agresiva respuesta del BCE, con las subidas de los tipos de interés.
Una pérdida de poder adquisitivo histórica
Las familias, por su parte, sufren una histórica pérdida de poder adquisitivo. El año pasado, un salario de 25.000 euros perdió en bruto 2.000 euros de capacidad de compra, una paga (sin tener en cuenta las mejoras salariales, de todas formas muy inferiores al IPC en promedio). Y 2023 va por el mismo camino.
Un daño que se ensaña con los hogares más vulnerables, ya que tienen que dedicar una mayor parte de sus ingresos precisamente a energía y alimentación. En caso de que estén hipotecados o necesiten un préstamo tienen que sumar, además, el encarecimiento de la financiación que están propiciando las decisiones del BCE de incrementos del 'precio' del dinero.
La estrategia de la política monetaria de luchar contra la inflación atacando la demanda de las familias y la capacidad de inversión de las empresas ignoró en un primer momento que la mayor parte de la crisis de precios la explicaba la energía. Un mercado sobre el que el BCE no puede actuar. Ahora, también está obviando el crecimiento de los beneficios y de los márgenes empresariales por el traslado del aumento de los coste a los precios de venta, y su impacto en la inflación.
Reacción del Gobierno
La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, se mostró este mismo martes confiada en que el “pequeño” incremento del dato del IPC que se ha registrado en febrero “se irá corrigiendo en las próximas semanas y meses”.
Montero defiende que la inflación “más o menos se mantiene en los términos que teníamos el mes anterior”, de forma que “sube ligeramente” este mes “para posteriormente bajar en los próximos meses”, y remarca que desde el Gobierno ya se había advertido de que se podía producir esa subida, que, no obstante, ha sido solo de “dos décimas respecto al mes anterior”.
“Lo importante es que nuestro dato de inflación es mejor que el que se está produciendo en la eurozona”, y el español es “el Gobierno que mejor está controlando la subida de precios, básicamente por las medidas que se han adoptado en materia de la luz, de transporte público, en el IVA de de los alimentos”, según abundó.
Por su parte, el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, apuntó que los últimos datos conocidos del IPC demuestran que la situación con respecto a la inflación “lejos de mejorar, está empeorando”. En este marco, Echenique insiste en las propuestas de su grupo parlamentario para intentar atajar la escalada de precios en los alimentos y en hipotecas.
Sobre este último punto, recuerda que el Euríbor ha escalado hasta un 3,5% en febrero, lo que para Podemos evidencia la necesidad de una medida al respecto, ya que las hipotecas “pronto se van a volver impagables para muchas familias”.
La propuesta 'morada' pasa por fijar el diferencial de las hipotecas variables en el 0,1%, ya que, a su juicio, el Código de Buenas Prácticas acordado entre banca y Gobierno “no está funcionando”. En lo que se refiere al precio de los alimentos, Echenique incide en que Podemos ha trasladado al PSOE dos propuestas en la materia, una que opta por topar los precios directamente y otra que aboga por una bonificación del 14% en la cesta de la compra, de manera similar a la ayuda de 20 céntimas a los combustibles desplegada el año pasado.
Por su parte, la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, insiste en la propuesta de su grupo para rebajar el IVA a carnes, pescados y conservas, de manera similar que se hizo con pastas y aceites, pese al fracaso en el objetivo de esta medida de aliviar los precios desde enero.
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