La Inspección de Trabajo obliga a Primor a hacer fijas a trabajadoras temporales porque sus contratos son fraudulentos
Nueva victoria para las trabajadoras de perfumerías Primor. La inspección provincial de trabajo de Melilla ha concluido que los contratos temporales que hace la compañía en la ciudad son fraudulentos y la ha obligado a transformarlos en indefinidos. La inspección desmonta así el modus operandi con el que opera Primor en toda España: contratación temporal a través de distintas sociedades para evitar tener indefinidos. “Tú entras en una empresa por tres o seis meses. No lo sabes, porque el contrato pone 'hasta fin de obra'. Si lo haces bien, te mantienen y te van cambiando de empresa”, explicaba recientemente un trabajador de Primor a este periódico.
Hace dos semanas, cuenta una persona que trabajó en la tienda de Melilla, la supervisora de Málaga llamó a las empleadas del establecimiento y les comunicó que “por su trabajo, esfuerzo y dedicación” pasaban a tener un contrato indefinido. “Es raro. ¿Por qué pasó esto? Porque las denuncias, tanto anónimas como a través de Comisiones Obreras, sirvieron”, explica esta misma persona. “A las trabajadoras las hicieron indefinidas. En el documento de la inspección consta que ha requerido a Primor a que lo haga”.
La denuncia que hizo Comisiones Obreras es de octubre de 2019. En ella, el sindicato explica que el Primor de Melilla hace contratos de obra y servicios “hasta fin de obra” y que trabaja con dos sociedades distintas: Persian Melon y Extraordinary Cosmetics, solo dos de las más de diez que administra el dueño de la marca, Juan Ricardo Hidalgo. En la denuncia, CC.OO expone que si los trabajadores están en el mismo puesto durante más de 24 meses, deben pasar a fijos. Algo que no se daba en las perfumerías de la empresa malagueña.
“En el momento en que pusimos la denuncia, toda la plantilla estaba en esa situación”, cuenta Francisco Miguel López, secretario general de CC.OO en Melilla. Tras visitar el centro de trabajo y solicitar documentación complementaria, la inspección constata que “los contratos temporales de la empresa se encuentran celebrados en fraude de ley, en tanto que la causa de los mismos no se encuentra justificada, cubriendo necesidades permanentes de la empresa al tratarse de puestos estructurales”.
“No sabemos a cuanta gente han hecho indefinida ahora, porque en este tiempo se habrán ido algunas y habrán entrado otras”, continúa López. La persona que trabajó en la tienda y conocía estas denuncias celebra la resolución pero lamenta que la inspección haya tardado más de un año en actuar. “Estamos hablando de Melilla, es una ciudad pequeña”, dice. “Lo bueno es que se dan pequeños cambios en el mundo Primor”.
Varias trabajadoras de Melilla esperan ahora a que se celebre el juicio por su despido el día 14 de marzo, justo antes de que España declarara el estado de alarma. Las trabajadoras constituyeron una sección sindical, se enteró la encargada y esa misma noche fueron despedidas. La demanda solicita la nulidad del despido y una indemnización por vulnerar el derecho a la libertad sindical. El juicio estaba previsto para el pasado mes de diciembre, pero las restricciones del COVID lo han retrasado.
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