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El próximo Gobierno deberá lidiar con una temporalidad en el sector público que sigue en el 26%
Los interinos, que cubren una plaza vacante en el sector público o sustituyen en su puesto a algún empleado fijo, en ocasiones ven como una situación que debería ser temporal y justificada por necesidades extraordinarias se alarga durante años y años. Domingo Sánchez Ruiz trabaja desde hace dos décadas como informático en la sanidad pública madrileña, un “puesto crítico” en un gran hospital, subraya, pero lo hace en régimen de interinidad. Su caso es uno de los que va a motivar que la justicia europea se pronuncie sobre si se puede convertir a empleados temporales fraudulentos del sector público en trabajadores fijos.
El trabajador llevó su situación ante los tribunales, de la mano del abogado Javier Araúz. El letrado defiende que estos temporales que alargan o encadenan contratos abusivos en el sector público deberían ser considerados empleados fijos, como los funcionarios de carrera equivalentes, sin que tengan que someterse a una oposición o concurso público para obtener la plaza en propiedad, la vía de acceso establecida en el sector público.
En el caso de Sánchez Ruiz, ocupa su puesto en una plaza vacante desde 1999, pero en este tiempo solo ha habido una convocatoria de proceso de selección en su especialidad, en 2015. El trabajador destaca que la normativa establece que la plaza vacante que cubre un interino debe ofertarse en una convocatoria de empleo público ese mismo año o al siguiente. “Cuando entré pensé que en uno o dos años convocarían la oposición, pero no lo hacen y no les pasa nada”, denuncia.
En estas dos décadas, destaca el informático, la inestabilidad de un puesto de interino le ha impedido que el banco le conceda una hipoteca o pedir una excedencia para dar clase en la Universidad, ya que es licenciado en ciencias químicas y tiene un doctorado, algo que sí pueden hacer sus compañeros fijos.
Como le ha ocurrido a este trabajador, muchos empleados temporales acaban vinculados a sus puestos durante años con contratos o nombramientos eventuales, y alcanzan los 50 o más años con el temor de una convocatoria de oposiciones que les deje en calle a una edad tan avanzada: “En el mercado laboral con más de 50 años estás muerto”. Además, los interinos dejan sus puestos sin ninguna indemnización por el cese, como ha avalado recientemente el Supremo.
El abogado Javier Araúz explicó la incertidumbre a la que se enfrentan estos empleados en un encuentro informativo en Madrid apoyado por el testimonio de Domingo Sánchez Ruiz y otros dos trabajadores interinos que han acumulado, como mínimo, diez años de temporalidad en la Administración Pública.
Es el caso de un médico de urgencias interino en un hospital madrileño, que durante años acumuló “contratos de guardias”, para cubrir tardes, noches y fines de semana. “Sin sueldo base, solo cobraba si hacía guardias y yo al menos era afortunado porque tenía vacaciones pagadas, otros compañeros ni eso”, explica el profesional, que pide mantener su anonimato por miedo a represalias.
En la década que ha estado trabajando con contratos temporales, el médico asegura que al principio no era consciente de sufrir una situación abusiva, porque se normaliza esta forma de contratación precaria entre el personal y, sobre todo, por vocación. “Por vocación al final haces todo”, asegura.
El hombre denunció finalmente su situación a través de Araúz de Robles Abogados, porque considera que la Administración comete un abuso y critica a aquellos que ven sus denuncias como una forma de hacerse con una plaza en propiedad “sin estudiar. Nosotros estudiamos todos los días”, apunta y destaca la experiencia adquirida a diario durante años de trabajo.
El proceso de estabilización de empleo público hasta 2020, que acordó el Gobierno de Rajoy con los sindicatos y revalidó el Ejecutivo de Pedro Sánchez, pretende reducir la temporalidad en la Administración Pública hasta el 8% al año que viene. El reto es mayúsculo: en la actualidad la tasa está en el 26,8% y va en ascenso.
En el marco de este acuerdo para reducir la temporalidad –una medida exigida además desde la UE– ya se han convocado y convocarán multitud de ofertas de empleo público en toda España para asignar plazas fijas. Mientras que muchos aspirantes celebras estas convocatorias, estas alertan a los interinos que llevan muchos años en sus puestos y que temen no hacerse con las plazas. “Nos encantan las OPEs [Ofertas Públicas de Empleo], pero cada año, no cada 18”, critica este médico interino.
María Luisa Díaz cree que su hija se puede sacar la oposición en la Administración de Justicia antes que ella, pese a que la mujer lleva desde hace 20 años siendo interina en diferentes puestos. El último lo ocupa desde octubre de 2011 “de forma ininterrumpida”.
La trabajadora pone el ejemplo de su hija, que puede dedicarse a estudiar todo el día, frente al suyo (madre de tres hijos, una de ellas con una discapacidad intelectual, y que tiene que trabajar para mantenerlos) con el objetivo de destacar la diferencia en las circunstancias que afrontan muchos interinos de elevada edad ante las próximas convocatorias de oposiciones. “Sería injusto que se sacara a oposición mi plaza, me fuera a casa y me quedara en paro con 53 años, que voy a ser parada de larga duración, y sin indemnización”, afirma.
Díaz asegura que en estos años de interina la han “cesado estando embarazada, lo que sería un despido nulo”, pero que durante mucho tiempo había normalizado las lógicas de la interinidad: “Haces tu trabajo, te cesan, te vuelven a nombrar... y otra vez, pero siempre con la incertidumbre de que no te llamen más”. Ahora, estos interinos han depositado sus esperanzas en el pronunciamiento de la justicia europea, que se espera para después de verano, pero cuyo alcance se desconocerá hasta comprobar en qué términos se pronuncia exactamente el TJUE.
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