La Audiencia Nacional acoge desde este lunes un acontecimiento poco frecuente en la justicia española, la vista oral contra dos de los empresarios más ricos del país. Demetrio Carceller Coll y su hijo, Demetrio Carceller Arce, se enfrentan a la petición de la Fiscalía de elevadas penas de prisión por delitos relacionados con la gestión de la fortuna familiar, que germinó siendo el abuelo del clan ministro de Industria del régimen franquista, entre 1940 y 1945.
Los Carceller son hoy los dueños de la cervecera Damm, de la petrolera Disa (la más importante de Canarias), son los mayores accionistas de la constructora Sacyr (13% del capital) y poseen la cadena de restaurantes Rodilla, dentro de un gran ramillete de sociedades.
La Fiscalía Anticorrupción acusa a Demetrio Carceller Coll, ya anciano, de 13 delitos de fraude fiscal y otro de blanqueo de capitales. Para su hijo, Demetrio Carceller Arce, al frente hoy del imperio, solicita 14 años como cooperador en cuatro de esos delitos fiscales y también en el de blanqueo. En total, los Carceller habrían hurtado a las arcas públicas más de 72 millones de euros solo en los ejercicios fiscales para los que no ha prescrito el delito.
Según las investigaciones de la Fiscalía Anticorrupción y de la Guardia Civil, el padre y su mujer habrían residido durante años en secreto en la localidad madrileña de Galapagar. En secreto porque pretendían hacer creer a Hacienda que lo hacían en Portugal y Reino Unido desde 1990, donde tampoco pagaban impuestos. El heredero del emporio tenía en 2011 entre 1.200 y 1.400 millones de euros, según un cálculo del diario ‘El Mundo’. Mientras, el padre andaba por ahí con fajos de billetes para evitar dejar rastro con tarjetas de crédito, afirman los investigadores.
El escrito de acusación de Anticorrupción señala que Carceller Coll ocultó ser el dueño de los paquetes de acciones en distintas empresas a través de un entramado societario compuesto por estructuras fiduciarias tipo ‘trust’, radicadas en paraísos fiscales como Panamá, Luxemburgo, Antillas Holandesas y Madeira. El apellido Carceller no podía dejar de aparecer en los papeles de Panamá. Según publicaron El Confidencial y La Sexta, la familia es cliente del bufete Mossack Fonseca desde 1995.
Algunos datos publicados por estos medios eran del conocimiento de la Agencia Tributaria y la Fiscalía Anticorrupción que, sin embargo, no encontró indicios de delito en algunos de los hijos. No así en el patriarca, Carceller Coll, quien ha tenido que hacer frente a una fianza de 476 millones de euros en concepto de responsabilidad civil subsidiaria, impuesta en su momento por el instructor del caso, el juez Pablo Ruz.
Su hijo, Carceller Arce, exvocal de Cepsa y también consejero de Gas Natural a propuesta de Repsol (de la que Sacyr tiene un 8,34%), debió presentar bienes por valor de 236 millones. Con el 30% de la petrolera Disa, más la totalidad de las acciones de Damm, reunieron el aval que les impuso la justicia para evitar el embargo, a la espera de una sentencia firme.
El juez Ruz decidió enviar a los Carceller a juicio en noviembre de 2013, pero la Sala de lo Penal estimó un recurso de la defensa de los empresarios que dejaba fuera del banquillo al actual gestor del emporio, Demetrio Carceller Arce. La avanzada edad del padre y su estado de salud hacen improbable que pise la cárcel si acaba condenado. De hecho, el juicio se retrasó sine die en enero pasado por el agravamiento en el estado de salud de Demetrio Carceller Coll.
Para dar forma a todo el entramado defraudatorio, los Carceller contaron presuntamente con la ayuda del abogado de Barcelona Gabriel Pretus Labayen, cuyo apellido ya dio nombre a la Operación Pretoria, una trama de corrupción y blanqueo en la que se vieron envueltos destacados dirigentes de CiU. Petrus y Jesús Serrano Flores, colaborador de la familia, completan la nómina de acusados que se sentarán en el banquillo a partir de este lunes.
Una fortuna nacida en el corazón del franquismo
Además de ministro de Franco, Demetrio Carceller Segura fue uno de los fundadores de Falange y ferviente defensor de la Alemania nazi. El investigador José Ramón Villanueva Herrero le considera “el iniciador de la corrupción a gran escala” en España.
El también historiador Josep Fontana describe así la actividad de Carceller Segura como ministro de Franco: “Ninguno de los negocios, empresas, industrias, comercios, permisos de importación, de explotación, negocios bancarios, establecimientos de industrias o su ampliación, o de comercio, ni una sola actividad industrial, comercial o de la banca españolas podía realizarse sin contar con el beneplácito de don Demetrio Carceller”.