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Las parejas de lesbianas esquivan mejor la brecha salarial que las heterosexuales porque reparten más los cuidados

Una pareja pasea con su bebé.

Ana Requena Aguilar

Tener hijos tiene un efecto muy diferente en las carreras laborales de madres y padres. En España, los datos muestran que, a medida que las mujeres entran en las edades más frecuentes para tener hijos, sus salarios disminuyen respecto a los hombres de sus mismas características. Un estudio subraya ahora que hasta el 80% de la brecha salarial que existe en el mercado de trabajo entre mujeres y hombres se podría deber a la “penalización por hijo” que sufren las primeras. Constata además que las lesbianas que son madres sufren menos esa penalización que las madres heterosexuales: en las relaciones de hombre y mujer los roles de género siguen marcando que el reparto de cuidados sea desigual y que sean ellas las que reduzcan empleo y salario, a corto y largo plazo.

El estudio dirigido por Martin Eckhoff y Emily Nix toma como referencia Noruega. Analiza parejas heterosexuales y lesbianas, y deja fuera a las relaciones entre hombres porque la muestra de parejas gay con hijos es muy pequeña. Los autores muestran que las mujeres en parejas heterosexuales sufren una caída de sus ingresos del 22% de media después de la llegada de su primer hijo y ese bajón “persiste en el tiempo”. Sus compañeros varones, sin embargo, no experimentan pérdida de ingresos. Esta situación tiene impacto en la economía familiar: los hogares heterosexuales pierden entre el 6 y el 8% de sus ingresos tras tener un hijo y esa pérdida también se mantiene pasado el tiempo. 

La cosa cambia cuando hablamos de parejas de lesbianas. En estas uniones, las mujeres que dan a luz pierden el 13% de sus ingresos, mientras que sus compañeras sufren una pérdida del 5%. A pesar de que ese escenario inicial no es bueno, a medio y largo plazo, su situación mejora más rápido y de forma más equiparada entre las dos partes de la pareja. “La madre que da a luz alcanza a su compañera unos dos años después de dar a luz, y desde ese momento las dos madres experimentan penalizaciones similares que disminuyen con el tiempo. Unos cuatro años después del nacimiento ya no experimentan penalización por hijo”, concluye el estudio. Lo mismo sucede, por tanto, con la merma de los ingresos familiares: aunque inicialmente tanto heterosexuales como homosexuales la sufren, pasados cinco años las parejas lesbianas ya han recuperado el estatus anterior al nacimiento.

Después de estos resultados, la pregunta que busca responder la investigación es ¿por qué? La investigación descarta que la diferencia entre unas parejas y otras se deba al número de hijos (heterosexuales y lesbianas tienen, de media, un número de hijos similar) o que las lesbianas dediquen menos tiempo a sus hijos (niños y niñas criadas por lesbianas sacan mejores resultados educativos que los criados por heterosexuales).

La respuesta resumida es que el papel de la biología es pequeño y que la mayor parte de la brecha de ingresos que se produce en las parejas heterosexuales se debe a preferencias y normas de género. El estudio se fija en diferentes decisiones que pueden influir en que se produzca esa penalización por hijo, por ejemplo, el número de horas trabajadas,  las actitudes de los empleadores, o las ausencias por enfermedad de los niños. 

Las investigadoras señalan que las madres en relaciones con hombres son propicias a abandonar temporalmente el mercado laboral una vez que tienen un hijo, o bien a adaptar su jornada o trabajar a tiempo parcial, algo que no sucede con los padres heterosexuales, que tienden a aumentar sus horas trabajadas tras ser padres.

El comportamiento de las madres lesbianas es similar en su tendencia a dedicarse más a fondo al cuidado durante un tiempo y se produce tanto en la mujer que da a luz como en la otra progenitora. Las madres lesbianas tienden a reducir sus horas de trabajo después de tener un hijo, aunque en menor medida, y tienden a compartir ese comportamiento. 

Más educación infantil 

¿Y cuál es el impacto de las políticas públicas en la corrección de estas brechas? El estudio se centra en dos: la ampliación de los permisos de paternidad y los servicios públicos de cuidado de menores. Su conclusión es que son los segundos los que logran que las mujeres no reduzcan en tanta medida sus ingresos, mientras que los primeros apenas tienen ese impacto.

Observando a parejas que accedieron a permisos de paternidad de diferentes semanas, los autores no encuentran diferencia: en todos los casos, los ingresos de las madres descendieron, mientras que los de los padres se mantuvieron. El acceso a escuelas infantiles subvencionadas sí hizo tuvo impacto e hizo que los ingresos de las mujeres apenas se recortaran.

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