Bloqueados. Los líderes de la Unión Europea han sido incapaces de consensuar unas conclusiones para abordar la crisis energética y el alza de los precios de la luz, a las puertas del invierno y con récords de precios. ¿Por qué? Por países como Polonia y República Checa, “que bloquearon las conclusiones exigiendo una reforma completa del ETS (mercado de emisiones de carbono”, según una fuente diplomática: “Así que no hay conclusiones sobre la volatilidad de los precios de la energía. Bastante sorprendente para un tipo que está en funciones y no habla de nadie más que de sí mismo en esta cumbre, Andrej Babis [primer ministro saliente checo]”.
Según las fuentes, “los líderes tenían dos opciones: seguir negociando de forma infinita o retirar todo el texto”. Además, Babis también ha presionado para que se mencione explícitamente la taxonomía en las conclusiones. Es decir, que se ponga por escrito que el gas y la energía nuclear son inversiones verdes para la transición energética, algo que también persigue Francia. “Algo que no tiene consenso”, ha dicho el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al término de la cumbre.
“Se ha acordado seguir debatiendo qué medidas se pueden aplicar en el mercado mayorista y los precios del gas”, ha explicado Sánchez: “Estábamos cerca del acuerdo para instar a la Comisión Europea a ser más concisa y detallada en los informes que tiene que presentar en abril sobre el mercado de la electricidad y las respuestas en el corto plazo ante el alza de los precios. Pero, por desgracia, ha habido Estados que no han aceptado este acuerdo de mínimos, que permitía continuar avanzando, y han mezclado otros temas que no tenían nada que ver”.
¿Qué temas? Sánchez ha explicado: “Se ha intentado incorporar elementos que no cuentan con consenso, como la taxonomía, si se debe incorporar la energía nuclear y el gas como energías transitorias, algo que no contaba ni de lejos con el suficiente consenso en el Consejo y ha impedido una conclusión acordada entre 27”.
Pero el bloqueo no sólo estaba en ese lado de la mesa, en el que Polonia está jugando fuerte en los Consejos Europeos mientras tiene los fondos europeos bloqueados por su deriva autoritaria. Tampoco los países nórdicos en torno a Alemania y Holanda estaban muy a favor de la agenda española y francesa en materia energética.
De momento, el cambio de Gobierno en Berlín, el relevo en la mesa del Consejo Europeo de Angela Merkel por el socialdemócrata Olaf Scholz, no se nota en Bruselas. Al menos en lo que respecta al mercado eléctrico. El debate entre los jefes de Estado y de Gobierno de la UE ha sido intenso este jueves. Tanto, que se ha interrumpido para abordar la tensión entre Ucrania y Rusia antes de retomar unas conclusiones cuyo borrador era insuficientes para España, que entendía que no reflejan la gravedad de la situación en la que se encuentra Europa.
Una conclusiones que, al final, nunca llegaron a ver la luz.
El Gobierno español pedía que se profundizaran las evaluaciones sobre el mercado, porque entiende que el sistema no funciona bien en tanto que hay precios del gas desproporcionados afectando a consumidores, pymes y sectores industriales.
España ha buscado “más sustancia” en las conclusiones, pero la mesa está compuesta por 27 países que hablan sobre el sistema europeo de energía, el mercado eléctrico, y son países con visiones distintas, con mix energéticos distintos y diferentes aspectos ideológicos y geopolíticos...
Música y letra pequeña
En cuanto a la propuesta de compras conjuntas de la Comisión Europea para periodos de emergencia, España dice que le gusta “la música”, pero que están a la espera de analizar la letra pequeña, al tiempo que lamentan que la Comisión Europea siga diciendo que el alza de los precios tiene un carácter temporal.
Las medidas anunciadas son “insuficientes”. Y se necesitan más, “más intensas y más rápidas”. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha lamentado, en una declaración sin preguntas en Bruselas, las actuaciones adoptadas hasta la fecha por las instituciones europeas para abordar la crisis energética y los precios récord de la luz. La última de ellas, la anunciada este miércoles por el Ejecutivo comunitario, tiene que ver con una idea española, la compra conjunta de gas y las reservas energéticas, pero su voluntariedad y condicionalidad a tiempos de emergencia y de crisis de suministro hace que, de momento, no puedan ponerse en marcha.
La Comisión Europea, además, publicó en octubre una caja de herramientas que, básicamente, era una recopilación de medidas nacionales que podían poner en marcha los 27 gobiernos.
En definitiva, “es insuficiente”, ha dicho Sánchez: “Continuamos con precios de la energía al alza en toda Europa, por cierto, y necesitamos revisar la forma en la que se estructura la formación de los precios de la energía a nivel europeo”.
“Creo que es fundamental que la Unión Europea tome medidas y que las tomen de manera más intensa y mucho más rápida”, ha proseguido Sánchez: “Eso es lo que voy a defender en el Consejo Europeo [que se celebra este jueves en Bruselas]. Es cierto que la Comisión Europea ha aceptado una de las propuestas del Gobierno de España, que es la compra centralizada de gas y por tanto, también el poder tener una reserva estratégica de gas en Europa. Pero es insuficiente”.
Compras conjuntas ante crisis energéticas
La propuesta de Bruselas, dentro del paquete para descarbonizar el mercado del gas, llegó la víspera del Consejo Europeo de este jueves, en el que se abordará, también, la crisis energética. El paquete “incluye medidas que se pueden activar para situaciones de emergencia, en caso de una crisis de suministro de la UE, incluida la adquisición conjunta de existencias de gas”.
Y ¿cómo puede incidir el almacenamiento y la compra conjunta? Según Bruselas, su propuesta “sobre el uso eficiente del almacenamiento de gas y sobre adquisiciones conjuntas voluntarias” prevé que los Estados miembros “hagan un análisis de sus niveles de almacenamiento y de los riesgos potenciales relacionados con la seguridad del suministro, también cuando el almacenamiento sea propiedad de entidades de terceros países”.
“Siempre que se identifiquen riesgos”, dice Bruselas, “se deberán introducir posibles contramedidas a partir de una gama de opciones, incluidas obligaciones de almacenamiento mínimo, licitaciones o subastas. Los Estados miembros deberán acordar los procedimientos para activar estas medidas y la financiación conjunta. Se beneficiarán de los intercambios transfronterizos de gas facilitados y del acceso transparente transfronterizo a las instalaciones de almacenamiento”.