El lobby de los grandes productores agrarios amenaza los objetivos verdes europeos. Es la conclusión a la que llega una investigación de la entidad Corporate Observatory Europe a la que ha tenido acceso eldiario.es. La investigación se centra en el uso de la poderosa PAC, la política agraria común europea: la UE dedica el 34,5% del presupuesto total de 2020 (58 mil millones de euros) en la Política Agrícola Común, y el presupuesto de la PAC para 2021-2027 ascenderá a 344.000 millones de euros o al 32% del Marco Financiero Plurianual.
Sin embargo, el estudio recuerda que “a pesar de todos esos miles de millones de dinero de la PAC, el 25% de todos los agricultores de la UE han quebrado en la última década porque no ganaban lo suficiente, al tiempo que el 80% de la financiación de la PAC se destinó al 20% de los mayores propietarios de tierras”.
La ONG destaca que, a pesar de que “los insectos son cruciales para la salud de los ecosistemas y la polinización de los cultivos, el 30% de los insectos están amenazados, especialmente las abejas, debido a la agricultura intensiva y a diversos tipos de contaminación, como los pesticidas y los fertilizantes”. Incluso en el informe de 2020 del Tribunal de Cuentas Europeo se concluye que las reformas planteadas de la PAC no son eficaces para detener el declive de la biodiversidad en las tierras agrícolas.
Al tiempo, la investigación recuerda que la ganadería intensiva europea, “fuertemente subvencionada a través de la PAC, es responsable de al menos el 10% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de la UE”.
“Los grandes lobbies agrícolas y la gran industria agraria están presionando por un statu quo para la PAC, lo cual socavaría considerablemente los objetivos de las estrategias de la granja al plato y de la biodiversidad de la Comisión Europea”, afirma el informe: es una pugna sobre la mayor política presupuestaria de la UE, la Política Agrícola Común, su reforma y las nuevas ambiciones ecológicas de la UE en relación con el Pacto Verde Europeo.
Las nuevas ambiciones de la granja a la mesa, según lo anunciado por la Comisión Europea esta primavera, que prevén una reducción del 50% del uso de pesticidas en 10 años; una reducción del 50% en el uso de antibióticos; y una reducción del 20% en el uso de fertilizantes, se verán lastradas si no se incluyen en la PAC.
Si bien la reforma de la PAC se acerca a una votación clave en el Parlamento Europeo la próxima semana, los documentos internos obtenidos por Corporate Observatory Europe muestran que el lobby de agricultores y agroindustrias Copa-Cogeca (del que son miembros Coag, Asaja y UPA), junto con el de pesticidas y gigantes de la industria alimentaria, tienen como objetivo acelerar la reforma de la PAC “con el fin de socavar en gran medida los objetivos de las estrategias de la granja a la mesa y la biodiversidad”.
“La presidencia alemana de la UE apoya este plan desastroso”, dice la ONG, “que socava las ambiciones ecológicas de la Comisión Europea”.
Los documentos obtenidos para esta investigación evidencian que es el comienzo de una gran batalla contra las estrategias verdes de la UE. “Las tácticas utilizadas por el Copa-Cogeca y la industria de plaguicidas (Bayer, BASF, Syngenta y su lobby, ECPA) se centran en presionar a funcionarios o comisarios europeos para afirmar que los objetivos propuestos no son 'realistas ni eficaces”.
Según el informe, “Bayer dijo a la Comisión Europea que tendría que 'reinventarse', mientras Syngenta está celebrando reuniones con funcionarios europeos. Por otro lado, Copa-Cogeca ha movilizado a sus entidades nacionales, como la Deutschen Bauernverband, la LTO holandesa y la FNSEA francesa, para presionar directamente a la Comisión Europea”.
Los documentos, relata el informe, evidencian un cierto cambio de opinión en el Ejecutivo comunitario. Mientras desde el principio la comisaria europea de Salud, Stella Kyriakides, el vicepresidente de Pacto Verde, Frans Timmermans, han defendido enérgicamente las estrategias de la granja a la mesa y de la biodiversidad hasta ahora. “Sin embargo”, afirma la investigación, “un documento muestra cómo los funcionarios de la dirección general de Agricultura han tratado de debilitar la estrategia de biodiversidad”.
La presión de la industria también incide en la lucha contra la desigualdad: la mayoría de los estados miembros y el Copa-Cogeca “quieren un límite 'voluntario' a las subvenciones que puede recibir cada agricultor, en lugar de obligatorio, lo que podría significar ningún límite y que la mayoría de los subsidios públicos sigan yendo para los grandes terratenientes e incluso para los oligarcas”, afirma la investigación: “Incluso la definición de lo que es un 'agricultor genuino' podría excluir a ciertos pequeños productores del acceso a la ayuda si se siguen los consejos de Copa-Cogeca”.
El informe también muestra la forma en que Copa-Cogeca y la agroindustria en general “disfrutan de un acceso privilegiado a los responsables de la toma de decisiones en la Comisión Europea y en el Parlamento Europeo, en particular a través de los denominados 'grupos de diálogo civil”. En 2019, Copa-Cogeca presidió no menos de ocho de los 13 de estos grupos, y ocupa, por ejemplo, 28 asientos (de 72) en el grupo de diálogo civil sobre temas relacionados con la PAC, donde se habla de los pagos directos y la ecologización.
“Las posiciones del Copa-Cogeca apoyan en gran medida el statu quo, incluida la distribución desigual de las subvenciones y la falta de ambición ecológica en la PAC; a menudo están alineados con la industria de pesticidas y alimentos, aunque el interés del agricultor medio es bastante diferente de los intereses de estas industrias”, dice Corporate Observatory Europe: “Un hallazgo importante de la investigación es que si bien pretende hablar en nombre de todos los agricultores, las posiciones del lobby Copa-Cogeca están muy influidas por las de la industria. El motivo es que las cooperativas de agricultores, que también están representadas por el Copa-Cogeca, se han transformado con el tiempo en empresas agrícolas multimillonarias. Un estudio sobre el miembro francés del Copa-Cogeca, FNSEA, muestra que este 'sindicato', codirector del sistema agroindustrial de Francia durante medio siglo, tiene un control muy fuerte sobre la representación de los agricultores en el país y está dominado internamente por grandes productores de cultivos, cooperativas y agroindustrias, mientras utilizan la desesperación de los agricultores para obtener influencia política”.