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A Loja do Gato Preto se hace pequeña en España: la rival portuguesa de Ikea cierra la mayor parte de sus tiendas

“Liquidación Total. Nuestra tienda va a cambiar su ubicación. Le atendemos por el momento en nuestra web”. El mensaje, bajo un cartel de descuento del 60% en todos los artículos, tratar de dar salida al stock de una de las tiendas de A Loja do Gato Preto. En realidad, no va a cambiar de ubicación: va a echar el cierre. Situada en una de las calles más caras de Madrid, la de Velázquez -en el corazón del barrio de Salamanca-, es uno de los cuatro establecimientos de la cadena portuguesa de muebles y decoración que la compañía tiene previsto cerrar en las próximas semanas.

No es un movimiento puntual, porque llega en un momento difícil para el comercio, con cierres y problemas financieros en grandes empresas de Reino Unido y Estados Unidos. En este caso, la filial del grupo portugués está en proceso de repliegue desde hace años. En 2020, cuando la pandemia golpeó la actividad del comercio, A Loja do Gato Preto contaba con 25 establecimientos en España y tenía planes para crecer, según reconocía en sus cuentas anuales de ese año. Ahora, con los últimos cierres previstos, su red se reducirá a ocho tiendas: dos en Madrid, dos en Catalunya y cuatro en Andalucía. Todas situadas en centros comerciales.

En paralelo, tres Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) en solo seis meses. Un recorte de puestos de trabajo que ha llevado a la plantilla de llegar a 200 personas en 2020 a ser menos de la mitad. “Dicen que el negocio ha cambiado, que ahora la gente compra por internet”, afirma Adrián Reyes, responsable de Acción Sindical de UGT Comercio, quien ha negociado las condiciones del ERE.

Reyes pone el foco en la falta de información por parte de la empresa. “No nos han dado las cuentas anuales de 2022”, en referencia al último año con los resultados cerrados, donde debe detallarse la salud financiera de la filial.

Intención de mantenerse en España

La compañía tampoco contesta a las preguntas de elDiario.es sobre cuáles son los motivos que han llevado a estos cierres y despidos. “En este momento no podemos hacer declaraciones pues se está en plena negociación de conformidad con la normativa de aplicación pero nuestra intención es mantener la marca en España”, asegura a través de un correo electrónico. Tampoco sobre cuántas tiendas prevé quedarse. “Este es un proceso interno y no tenemos ninguna información para proporcionarle en este momento”, añaden en un segundo email.

Sobre las condiciones del ERE, el sindicato traslada que la indemnización llega al 95% de la que correspondería por despido improcedente (45 o 33 días por año trabajado) y se ha cerrado con un máximo de 18 mensualidades. Afecta, en total, a 20 empleados de las tiendas de los centros comerciales Mediterráneo y Parque Comercial Gran Plaza, en Almería; de Mataró Park (Barcelona) y el local madrileño de Velázquez. En la primera mitad del año, la filial de la cadena portuguesa ya comunicó 45 extinciones de contrato, de los empleados que tenía en tiendas de Madrid, Málaga, Girona y Valladolid. 

En esta ocasión, según explica el sindicato, no prevé que haya más recortes a la vista, porque A Loja do Gato Preto ha comunicado que “no tiene intención de realizar nuevas extinciones de contrato durante los siguientes 6 meses, es decir, hasta el 31 de marzo de 2024”. También, que se han acordado recargos en caso de haber retrasos en los pagos. En concreto, uno del 25% anual respecto a los tres primeros pagos (octubre, noviembre y diciembre) y del 50% anual para el resto de tres últimos pagos fijados (enero, febrero y marzo 2024), sobre la cantidad no abonada en fecha, según indica UGT.

Cambio de dueño justo antes de la pandemia

A Loja do Gato Preto nació en 1986 centrada en la decoración y en 2002 abrió en España. Justo antes de la pandemia, según explica en la memoria anual de 2020 -la última disponible en el Registro Mercantil- cambió de manos. “El 9 de enero, el 100% del capital fue adquirido por Grupo Aquinos, especializado en la fabricación de sofás y colchones”, argumenta. “A partir de esa fecha, formamos parte de un grupo portugués más amplio que nos permitirá una mayor proyección, visibilidad y modernización de la empresa en el difícil sector de la venta al por menor especializada”. 

Ese año, la pandemia supuso un golpe a sus ingresos. Se recortaron un 38%, porque pasaron de 19,5 a 12 millones de euros. Sin embargo, rebajó sus números rojos, de 2,9 a 1,2 millones. Eso sí, acumulaba pérdidas de ejercicios anteriores de más de 13,6 millones.

La empresa no habla ahora de cuáles son sus planes en España, pero hace dos años sí comentaba que tenía intención de crecer. Su consejero delegado, Joaquim Pássaro, aseguró en marzo de 2021, en una entrevista en el diario portugués Dinheiro Vivo, que aspiraban a abrir hasta siete tiendas en tres años en Francia, Alemania e Italia y analizaba opciones en Reino Unido. También, que cambiaban el nombre a Gato Preto porque esas dos palabras concentraban mejor el ADN de la marca.

En la citada memoria de 2020, la filial ya mencionaba que estaba inmersa en un proceso de transformación, ligado al “rebranding”. También que daba por concluido un proceso que denomina “turnaround”, que suponía la “estabilización de los equipos en una nueva organización definida para afrontar los retos que afronta la empresa en el ámbito de su plan estratégico y para los próximos tres años”.

Y aseguraba que quería crecer en la venta online y en la estrategia omnicanal. En ella, el año de la pandemia fue un revulsivo, como también sucedió con otras compañías de distribución centradas en los muebles y la decoración, que vieron aumentar sus ventas con el confinamiento. En el caso de A Loja do Gato Preto, su actividad en el comercio electrónico se disparó ese año más de un 67%, aunque hasta un importe todavía discreto, cerca de 581.000 euros.