Solo en tres municipios españoles hay más personas que usan el transporte público que el coche a la hora de acudir al puesto de trabajo o centro de estudios: Madrid, Barcelona y Bilbao. Como contrapartida, estas tres ciudades están en las comunidades autónomas donde hay que dedicar más tiempo a los desplazamientos, según se concluye de la Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas (ECEPOV) que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Si se ven las grandes capitales, en Madrid, el 43% de las personas de 16 años o más acuden al trabajo, instituto o universidad en transporte público, solo tres puntos más que las que optan por el coche. Es un porcentaje de usuarios de autobuses, trenes y metro –porque el INE no desglosa por tipología concreta– mínimamente superior al de Barcelona (41%) y por delante de Bilbao (37%). Como se detalla en el siguiente gráfico, ese dato está muy por encima de lo que ocurre en otras grandes ciudades, como València y Sevilla, donde esos porcentajes se quedan en el 22% y 18%, respectivamente.
La anterior comparativa por ciudades también permite ver dónde se opta más por andar a la hora de ir al trabajo o a clase. Y la única localidad de España donde hay más mayores de 16 años que van andando es Cádiz. Es el 38%, frente al 31% que va en coche y el 20% que acude en transporte público.
Además, la encuesta publicada por el INE, coloca a la capital gaditana entre las cinco ciudades donde más del 50% de los ciudadanos deja el coche aparcado, junto con Granada, Huesca, Zaragoza y Salamanca.
En cambio, la opción de usar el coche es la preferida en la mayoría de grandes urbes salvo en las dos mayores capitales por población. Como se ve en el siguiente gráfico, los cinturones de ciudades dormitorio de Madrid y Barcelona presentan un uso más alto del vehículo particular, con porcentajes que rondan el 70% en Valdemoro, Rivas o Arganda del Rey. Mientras, en Rubí, Terrassa o Sabadell se supera el 60%.
Los datos de la encuesta del INE muestran que los tiempos de desplazamiento se multiplican en las grandes ciudades, donde el porcentaje de uso del transporte público es mucho más elevado.
Como se ve a continuación, solo el 10,4% de los madrileños que van en transporte público a trabajar o a estudiar tarda menos de 20 minutos en llegar a su destino. En Barcelona, ronda el 13%. En cambio, en otras grandes ciudades con menor número de habitantes, como Bilbao y València, dos de cada diez usuarios de este transporte compartido tardan menos de esos 20 minutos.
Optar más por autobuses, metro, Cercanías o Rodalies también conlleva que se pueda tardar mucho más en ese desplazamiento diario. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, el 36% de los ciudadanos tiene que dedicar al transporte más de una hora diaria y un 17%, más de 90 minutos.
En Catalunya, es el 26% el que reserva una hora al día para ir o volver de la Universidad o puesto laboral. En Castilla-La Mancha es el 23% y en Euskadi, el 18%. Mientras, la media nacional se sitúa en EL 22%. En cambio, en La Rioja, solo el 13% tarda más de una hora.
Esa situación de tiempo dedicado al transporte coincide con la insatisfacción de los usuarios encuestados. Los que usan principalmente el transporte público son los que más se quejan del tiempo que tardan.
En concreto, casi dos de cada diez usuarios de autobuses, metro o tren están insatisfechos con el volumen de horas que dedican a su movilidad. Mientras que esa disconformidad alcanza al 11% de los que usan el coche y menos del 2% de quienes van andando.
La encuesta del INE también permite analizar el perfil de los usuarios del transporte público y del vehículo particular. Las mujeres emplean menos el coche para estos desplazamientos diarios. En concreto, el 56% de las mujeres encuestadas por el INE lo utiliza como medio principal de movilidad, frente al 68% de los hombres.
Los jóvenes son los que más optan por el transporte público. Tres de cada diez lo emplean para ir al trabajo o a clase, mientras que es el medio principal de desplazamiento del 24% de todos los mayores de 30 años.
Por tipo de familia, las monoparentales con hijos son las que más usan el transporte público o van andando, con un 21% y 19% respectivamente, como se desglosa a continuación.
Estos datos salen de la Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas (ECEPOV), que por primera vez ha publicado el INE. Esta busca complementar el Censo de Población y Viviendas de 2021. Sin embargo, no ha desglosado toda la información, porque se ha concentrado en determinados aspectos. En concreto, se ha centrado en la movilidad cotidiana de las personas, su dinámica familiar y cuidado a personas dependientes, el contacto con las nuevas tecnologías y el conocimiento y uso de lenguas, entre otros. En cambio, aspectos ligados a la vivienda y características de los hogares serán publicados por el INE en febrero de 2023.
En total, esta encuesta del INE tiene un tamaño muestral de más de 172.444 viviendas, en todo el territorio nacional, en las que residen 424.493 personas.
Nueva ley para impulsar el transporte público
Este escenario de movilidad coincide en el tiempo con la tramitación del proyecto de Ley de Movilidad Sostenible, que hace una semana salió del Consejo de Ministros para encarar su tramitación parlamentaria, con el objetivo de que el texto esté en vigor a lo largo de 2023. Se trata de una norma que, precisamente, persigue acelerar tanto el transporte público como formas de movilidad que califica como “activas”. Entre ellas, desplazarse andando o en bicicleta.
Esta nueva regulación es la que cambiará el mapa estatal de autobuses, con menos rutas, menos municipios con paradas y trasvase de servicios desde el Estado a las autonomías, aunque la financiación seguirá siendo del Gobierno central.
Se crea también una nueva categoría de movilidad pública, denominada “transporte a demanda”. Esta se enfoca en zonas con poca densidad de población, pero aún está por definir cómo se cubrirá. La ley define el transporte a demanda como aquel que se presta “por cuenta ajena, previa solicitud del usuario, pudiendo estar sujetos o no a un itinerario, calendario y horario prefijado y son desempeñados en el marco de un contrato público con cualquier clase de vehículo”. Es decir, se podrá realizar, por ejemplo, por un vehículo de alquiler con conductor (VTC).
Además, esta nueva legislación abre la puerta a la creación de zonas de bajas emisiones por parte de los ayuntamientos, donde podrán establecer gravámenes o tasas por uso, cuya aplicación queda en el tejado de estas instituciones.