El fabricante nipón de automóviles Mazda Motor logró un beneficio neto de 88.318 millones de yenes (667 millones de euros) entre abril y septiembre, su primer semestre fiscal, un 5,3 por ciento menos que el mismo período de 2014, según informó hoy la compañía.
Durante la primera mitad del año fiscal nipón, la automovilística japonesa registró un resultado bruto de explotación (EBITDA) de 121.053 millones de yenes (914 millones de euros), un 13,1 por ciento más que el año anterior, y un beneficio operativo de 125.885 millones de yenes (951 millones de euros), un 21,1 por ciento más.
Su facturación por ventas fue de 1,7 billones de yenes (12.854 millones de euros), un 17 por ciento más que en 2014.
El fabricante con sede en Hiroshima (sudeste del país) vendió entre abril y septiembre unas 764.000 unidades de vehículos, lo que supone un incremento del 14,2 por ciento respecto al mismo período del año precedente.
La subida se debió principalmente a las “fuertes ventas” de su modelo Mazda CX-5 y el comienzo de las ventas a gran escala de su nuevo Mazda CX-3 en todo el mundo, así como el lanzamiento de su nuevo Mazda Roadster (comercializado como MX-5 fuera de Japón), explicó la compañía.
A pesar del dato positivo, el beneficio neto de Mazda se redujo con respecto al año anterior, debido en parte al proceso de reforma estructural en el que se haya inmersa para aplicar a todos sus modelos la nueva tecnología Skyactiv, indicó.
En Estados Unidos, el principal mercado de Mazda, el fabricante nipón colocó 233.000 unidades, un 3,1 por ciento más interanual.
En segundo lugar se situó Europa, con 124.000 unidades, lo que supone un incremento del 8,2 por ciento, seguido por Japón con 120.000 unidades, un aumento del 32,9 por ciento más.
En cuanto a México, el fabricante nipón aseguró en un comunicado que han alcanzado un volumen de ventas récord entre abril y septiembre, aunque no detalló las cifras concretas.