Mediapro ha contraofertado este martes con 40 millones a la banca para hacerse con el Grupo Zeta, según fuentes conocedoras de la operación. La propuesta de la compañía de Jaume Roures se ha conocido pocas horas después de que Prensa Ibérica haya cerrado una oferta vinculante de opción de compra para hacerse con la mayor parte de la deuda bancaria del grupo de comunicación editor de El periódico de Catalunya, el diario deportivo Sporty un grupo de diarios regionales, según adelantó Crónica Global.
Los bancos habrían cerrado el acuerdo con Prensa Ibérica con una quita del 70% de los más de 90 millones de euros que adeuda Zeta a un pool financiero encabezado por el Santander y Caixabank. A este acuerdo no se habría sumado el Institut Català de Finances al que el grupo de medios catalán adeuda algo más de siete millones de euros.
Fuentes conocedoras de la operación señalan que la oferta de la compañía de Jaume Roures es 10 millones superior a la propuesta que le ha hecho Prensa Ibérica al sindicato bancario que tiene el pasivo del Grupo Zeta, además de una cantidad sin confirmar a Antonio Asensio, presidente del Grupo Zeta. La empresa de Javier Moll habría ofrecido 30 millones a la banca y 10 millones a Asensio.
No es la primera vez que Mediapro puja por el grupo de medios catalanes. Justo antes de las pasadas Navidades frustró la operación a la compañía de Javier Moll cuando prácticamente estaban cerrando la compra del Grupo Zeta. En esta ocasión, sin embargo, fuentes conocedoras de la operación apuntan que Asensio habría dado su brazo a torcer a favor de Prensa Ibérica ante le pésima situación financiera de la compañía. “Otra cosa es cómo los bancos explican a sus accionistas que han aceptado una oferta menor”, apuntan fuentes relacionadas con las negociación.
La pugna podría acabar en los tribunales o en la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC). De hecho, fuentes de Prensa Ibérica han recalcado que la operación está supeditada a que los acuerdos tengan la autorización del organismo regulador.
La quita de la deuda es un elemento fundamental para que la operación pueda tener éxito. La banca no era renuente a una quita para Moll, el preferido para la operación, porque Roures no es del agrado de algunas entidades. Con esta quita, las entidades podrían cobrar una parte de la deuda que de otra manera sería difícil recuperar. Asensio ya vendió una de las joyas de la compañía con la que suavizó la presión financiera: Ediciones B por 40 millones a Penguin Random House, en 2017.
Tras la operación frustrada de Navidad, Prensa Ibérica se volvió a colocar como uno de los candidatos a comprar el Grupo Zeta a mediados de enero. Fuentes conocedoras de la operación explicaron entonces a eldiario.es que directivos de la compañía que preside Javier Moll, tras sendas reuniones en Madrid y Barcelona, pidieron que se les dieran “quince días para acabar de estudiar las cuentas y poder hacer una oferta vinculante” por la compañía de Asensio que se ha conocido hoy.
Hasta que Prensa Ibérica retomó la operación, hubo un intento por parte de directivos de Henneo, empresa editora del Heraldo de Aragón, de abordar una posible operación en connivencia con Vocento para tratar comprar Zeta, aunque fuentes conocedoras de las negociaciones admiten la falta de músculo financiero para que el grupo aragonés consiguiera finalizar con éxito la compra.
Operación en terreno político
La operación se ha jugado también en el terreno político. Moll se reunió en Moncloa con varios dirigentes del más alto nivel, que se interesaron por la negociación. El objetivo de la reunión era mostrar la preocupación que mostraron varios miembros del Gobierno porque uno de los principales grupos de medios en Catalunya pudiera pasar a manos de empresarios del ámbito independentista.
Roures y su socio Tatxo Benet sí cuentan con el beneplácito de los partidos independentistas en el Gobierno de la Generalitat de Catalunya, especialmente con el apoyo de dirigentes de ERC. Fuentes conocedoras de la operación apuntan que estos empresarios catalanes buscan crear un grupo mediático que haría la competencia al diario Ara y a las cabeceras digitales aparecidas al albur del independentismo.
Además del interés político por controlar un medio con la influencia del El Periódico de Catalunya, en la jugada entraría la posibilidad de que Benet se presente como candidato a la presidencia del FC Barcelona, por lo que contaría con el respaldo mediático del periódico deportivo, aunque fuentes de Mediapro aseguran que “es un bulo sin fundamento”.