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El mercado laboral resiste pese a la incertidumbre económica

Imagen de los empleados de una empresa tecnológica  en Málaga.

Laura Olías / Daniel Yebra

3 de noviembre de 2022 22:42 h

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Un aguante “sorprendente”. Es la valoración más repetida entre las voces expertas en el mercado laboral sobre la resistencia del empleo. Pese a la incertidumbre y el freno de la actividad que ya se nota en la economía, estamos viviendo una reducción del paro sin precedentes “con la que está cayendo”, según recordaban este jueves los sindicatos. Octubre ha registrado 100.000 empleos más, en línea con periodos de gran crecimiento económico, y además se anota una caída histórica del paro en 27.000 personas, algo inédito en un mes en el que el desempleo generalmente aumenta.

Los datos mensuales de octubre han dejado así buenas noticias y, por tanto, se mantienen cifras totales de empleo que rozan récords, con más de 20,2 millones de personas trabajando afiliadas a la Seguridad Social. En cuanto al paro, sigue por debajo –aunque muy cerca– de la barrera de los tres millones de personas desempleadas, una cantidad muy elevada, pero que en España supone mínimos desde los inicios de la crisis financiera en 2008.



“Es evidente que el mercado laboral viene con bastante inercia y está superando expectativas repetidamente”, sostiene Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics. Porque la previsión de frenazo en el empleo es recurrente desde que estalló la guerra en Ucrania y se dispararon los precios con la crisis energética. Pero, por el momento, mes tras mes, las cifras de empleo alejan un poco más las malas noticias.



De hecho, fuentes del Gobierno admiten con cierta sorpresa que las cifras del mercado laboral son mucho mejores de lo esperado tras el inicio de la invasión de Ucrania. “Es verdaderamente asombroso que desde que empezó la guerra de Ucrania se hayan creado 400.000 empleos nuevos netos”, admiten fuentes del Ejecutivo de coalición.

Hay algunas muestras de que se reduce la fuerza de crecimiento del empleo, por ejemplo si se atiende a cifras desestacionalizadas (16.000 empleos más este mes, frente a 51.000 de un mes antes) y al crecimiento interanual, que se ha contenido unas décimas. Pero aún así, el empleo crece a un ritmo fuerte por encima del 3% interanual, lo que se traduce en casi 600.000 empleos más en el último año. Unas cifras propias de periodos de crecimiento económico, no tanto del contexto actual, dominado por la incertidumbre desde hace meses.

Resistencia pese al freno de la economía

La sorpresa sobre el aguante del empleo se justifica por dos motivos. En primer lugar, porque las noticias económicas ya no son muy halagüeñas. Entre julio y septiembre, en la primera temporada alta del turismo sin restricciones por la pandemia, el PIB (Producto Interior Bruto) de nuestro país aumentó apenas un 0,2% respecto al trimestre anterior.

El crecimiento de la actividad fue del 1,5% entre abril y junio. El brusco frenazo del tercer trimestre es la principal consecuencia del golpe de la inflación, de las subidas de los tipos de interés del BCE para combatirla y de la incertidumbre por la guerra en Ucrania. De hecho, en los estados de la UE más dependientes del gas ruso, como Alemania o Italia, se asume la recesión durante el invierno.

De cara al conjunto del año, las previsiones para España convergen en un incremento del 4,4% respecto a 2021. Una avance que todavía dejará a España a cerca de 2 puntos de recuperar el PIB pre pandemia y que, según el desempeño de la economía hasta ahora, implica ya estancamiento en el último trimestre.



Ángel Talavera considera que, si bien el mercado laboral está resistiendo de una manera desconocida, “el empleo suele ser un indicador rezagado respecto a la actividad económica”, por lo que el economista apunta que se le “hace difícil no esperar un parón pronto”. Cuándo llegará y de qué magnitud será es todavía una incógnita.

En 2023, el Gobierno estima un crecimiento del PIB ligeramente por encima del 2%. Instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la OCDE son más pesimistas y reducen sus proyecciones a poco más del 1%. Todas las previsiones admiten la desaceleración de la recuperación tras la pandemia. Pero también ven al mercado laboral como el principal dique de contención del daño de la inflación.

El FMI deja la tasa de paro en el 12,6% en 2023. Y el Ejecutivo habla de “casi” 21 millones de ocupados y de que la tasa de paro caerá al 12,2% de media durante el próximo año. Este jueves, la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha resaltado sobre el devenir de la economía española que “sigue creciendo y creando empleo y eso se debe a la confianza de los inversores internacionales”.

El segundo motivo de sorpresa se entiende por la historia y los vicios recurrentes del mercado laboral español, que adolece de ser uno de los más temporales de Europa. Ante las turbulencias, España destruía empleo en grandes cantidades. El trabajo temporal se crea rápido, pero también se destruye a gran velocidad y es lo que ha marcado el paso en el mercado laboral en España, como bien recuerdan muchos trabajadores de la pasada crisis financiera. Hasta ahora.

La reforma laboral ha supuesto un antes y un después en la temporalidad del empleo en España, que aún está por ver hasta dónde llega. Pero los efectos de la nueva norma son innegables y han sido inmediatos, descalabrando las cifras de trabajadores temporales como nunca antes en cuestión de meses hasta mínimos históricos. En octubre, los trabajadores temproales se sitúan en un mínimo del 16%.



La clave: cuánto cambiará la reforma laboral

Con este nuevo mercado laboral, que camina hacia una mayor estabilidad gracias a un menor peso de los trabajadores temporales, las expectativas están puestas en cómo reaccionará el empleo si se constatan problemas económicos. Si habrá un cambio real en la destrucción de puestos de trabajo y la subida del paro frente a crisis pasadas y España se vuelve “más europea”, como suele destacar la vicepresidenta Yolanda Díaz.

Aquí, juega un papel fundamental otro elemento de la reforma laboral: los nuevos ERTE, el Mecanismo Red. Y también la propia experiencia de la pandemia, en la que el Gobierno de coalición reaccionó de manera distinta para proteger el empleo, con una gran inversión de recursos públicos con los ERTE pactados en el diálogo social. El resultado ha sido considerado un éxito de manera unánime por patronal y sindicatos, pues la medida protegió cientos de miles de empresas y puestos de trabajo.

Por el momento, hay datos sorprendentes como el de la reducción del paro en octubre (una rara avis en este mes) que los sindicatos vinculan directamente con la reforma laboral, por reducir distintas formas de precariedad. También en el Gobierno de coalición, que considera que la excepción es una muestra de un mercado laboral más estable, que no manda al paro a los trabajadores a la primera de cambio.

De hecho, en el Ejecutivo explican que “los datos de octubre han ido a mejor según avanzaba el mes” y avisan de que puede ser una tendencia que no termine en octubre. Fuentes del Gobierno aseguran a elDiario.es que “el arranque en noviembre ha sido muy bueno”, por lo que esperan que este mes también dé buenas noticias en el entorno laboral.

Desde la patronal también consideran que la reforma laboral está jugando un papel en la contención del paro y el mantenimiento del empleo. “El contrato fijo discontinuo podría estar sirviendo para el objetivo que pretendía en la medida que pudiera estar sujetando el empleo y evitando la destrucción del mismo en momentos de incertidumbre y adversidad económica, por ser una figura que se adapta bien a las necesidades de flexibilidad a las empresas y otorga a su vez mayor protección social a los trabajadores”, ha valorado Rosa Santos, responsable de empleo de la CEOE.

Aunque sacar conclusiones de un mes aislado puede ser prematuro, advierten con frecuencia los economistas. Más aún en un mercado laboral en transformación. La mayoría de economistas y expertos en el mercado laboral, como recordaban este jueves Ángel Talavera y Raül Segarra, consideran que hace falta más tiempo y análisis de la evolución del mercado de trabajo. No obstante, el punto de partida es importante y, por el momento, el empleo aguanta con más resistencia de lo esperado.

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