La crisis energética en Europa se agrava. El mercado mayorista eléctrico español va a encadenar este jueves su segundo récord histórico consecutivo al dispararse ya a los 288,53 euros por megavatio hora (MWh), casi 60 euros por encima del récord de este miércoles, según datos de OMIE.
Es el tercer máximo histórico en lo que llevamos de octubre, tras un septiembre que fue el mes más caro hasta entonces, aunque con precios por debajo de los 200 euros/MWh, una barrera que ya se ha superado holgadamente.
Por franjas horarias, el precio va a superar este jueves por primera vez en la historia la barrera de los 300 euros/MWh. El máximo serán los 319,03 euros/MWh de las 21 horas, nuevo récord histórico (el anterior eran los 260 euros de este miércoles). El mínimo diario será a las cinco de la mañana, cuando marque los 249,08 euros/MWh.
Esta sucesión de récords llega en un contexto de extraordinaria tensión en los mercados energéticos globales. Un “shock energético”, aunque “transitorio”, según decía este miércoles el exministro de Industria Claudio Aranzadi en un debate en la Universidad de Alcalá. Una sacudida que está provocando importantes tensiones inflacionistas en plena recuperación tras la pandemia, por la espectacular escalada de las materias primas vinculadas a la energía. En especial del gas, pero también el petróleo (el crudo estadounidense WTI está en máximos de siete años) y del carbón, y con los derechos de emisión de CO2 también en máximos por la mayor ambición climática de la UE.
En el caso de la electricidad, el gran vector de estas subidas es el gas natural, que alimenta las centrales de ciclo combinado. Estas acaban determinando el precio que cobran todas las centrales por el sistema marginalista, un modelo que España está intentando modificar en la UE junto a otros países como Francia. La discusión ya está en Bruselas, donde el Gobierno español también está promoviendo una plataforma conjunta europea para la compra de gas.
Esta materia prima se ha disparado ya en el mercado holandés TTF, principal referencia europea, hasta cerca de los 150 euros/MWh, tras subir este miércoles un 26% en un día, ante la proximidad de un invierno que se presenta muy complicado por el bajo nivel de los almacenamientos en el viejo continente, la escasez en los mercados internacionales, la incertidumbre sobre el suministro desde Rusia y la competencia de Asia.
En España se suman también las dudas sobre el futuro de uno de los dos gasoductos que llegan desde Argelia, por el conflicto diplomático abierto entre este país y Marruecos, y la referencia del mercado ibérico Mibgas ya está en 113 euros/MWh, cuando en abril estaba en torno a los 20 euros. Cada subida de 10 euros en el precio del gas implica una subida del pool eléctrico de unos 20 euros. La consecuencia es que en el mercado mayorista eléctrico español, los futuros para el mes de noviembre ya se sitúan en una media de 276 euros/MWh. Eso, para el conjunto del mes.
Ese mes se va a solapar la parada por recarga de tres centrales nucleares en Europa, una circunstancia que, según las nucleares, puede neutralizar Red Eléctrica. Aunque se espera que el rally del gas remita con la primavera, los futuros del mercado mayorista eléctrico español para el conjunto de 2022 se disparan ya hasta la friolera de 263 euros, frente a los 81,5 euros de lo que llevamos de 2021.
Ante la sucesión de récords que se inició en verano, el Gobierno aprobó en septiembre un plan de choque para detraer temporalmente (hasta marzo) unos 2.600 millones de euros a las tecnologías no emisoras por los ingresos extra que reciben por el encarecimiento del gas. El decreto ha puesto en pie de guerra a las empresas y ha llevado al presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, a arremeter contra el “terrorífico intervencionismo” del Ejecutivo. El martes, la vicepresidenta Teresa Ribera contraatacó anunciando (refiriéndose a Iberdrola, aunque sin citarla) que ha pedido a Competencia que investigue la parada de instalaciones renovables para no entrar en la casación y librarse del recorte a las instalaciones no emisoras que incluye ese decreto.
Las subidas del pool tienen un impacto directo sobre el coste de la energía consumida para los cerca de 11 millones de usuarios que están acogidos a la tarifa regulada del precio voluntario al pequeño consumidor (PVPC), aunque acaban trasladándose también a los que están acogidos al mercado libre una vez vencen sus contratos. El Gobierno ha abierto una consulta pública para reformar el PVPC y desvincularlo de alguna forma del mercado diario, como llevan años pidiendo las eléctricas. La propuesta, que implicaría una mayor prima de riesgo a cargo del consumidor, no convence a las principales asociaciones de consumidores, que piden reforzar el bono social para los consumidores vulnerables y que se conceda de forma automática.