Miguel Sebastián, ex jefe de la Oficina Económica del presidente del Gobierno y ex ministro de Industria con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, ha solicitado presentarse como acusación particular en el juicio en la Audiencia Nacional “en relación con las operaciones de espionaje y vigilancia realizadas por grupos operativos coordinados por el entonces comisario de policía Sr. Villarejo cuyos servicios habrían sido contratados en el año 2004 por responsables del BBVA con el fin de favorecer los intereses económicos del Sr. Francisco González Rodríguez, entonces, Presidente Ejecutivo de la entidad”.
La petición se basa en el informe supuestamente entregado por el comisario Villarejo al BBVA donde aparece una conversación entre Ignacio Rupérez (jefe del servicio de estudios del Santander) con Miguel Sebastián el 18 de enero de 2005. El mismo día en el que se produjo esa conversación se presentó una denuncia ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores contra el entonces presidente del BBVA, Francisco González, por presuntas irregularidades en la venta de su sociedad a bolsa.
El ex ministros ha contratado al despacho de abogados CCS para llevar la demanda. Además de las escuchas, el despacho argumenta que su representado “habría sido objeto de seguimientos y vigilancias continuadas y que, incluso, se llegó a construir un falso relato en torno a su persona con el propósito de desacreditarlo ante los demás e intentar torcer su voluntad”.
En su escrito también señalan que “ningún representante del BBVA se ha disculpado públicamente por tales hechos, ni se ha dirigido a mi representado aunque solo fuese para informarle de las medidas internas que se piensan adoptar o para transmitirle su voluntad de prestarle ayuda y colaborar en la identificación de los responsables”.
Por otro lado, los abogados de Sebastián recriminan al banco que “la más elemental política de compliance obliga al actual equipo directivo del BBVA a ofrecer una mínima explicación a las personas cuya intimidad fue drásticamente vulnerada y a las que, como ocurre singularmente en el caso de mi patrocinado, se les ”fabricó“, por encargo, un falso relato acerca de su vida personal, con el solo propósito de desacreditarlo ante los demás y crear un contexto intimidatorio”.
Finalmente, Sebarián acusa al BBVA de “opacidad y pasividad” y de mantener a “aquellas personas presuntamente implicadas” en referencia al presidente de honor de la entidad Francisco González.