El millonario Allen Sanginés-Krause, amigo del rey Juan Carlos que habría pagado gastos personales opacos al monarca y a algunos miembros de su familia, es socio del hermano de Esperanza Aguirre, el consultor y empresario inmobiliario Santiago Aguirre Gil de Biedma, en varias empresas españolas dedicadas a la inversión en inmuebles de lujo en las que participa a través de una sociedad domiciliada en Emiratos Árabes Unidos, que ofrece amplias ventajas fiscales y anonimato a los inversores.
De origen mexicano y afincado en Londres, Sanginés-Krause ha desarrollado la mayor parte de su carrera en el banco de inversión Goldman Sachs, donde fue su máximo responsable en México y Rusia. Es dueño del castillo de Killua, en Irlanda, donde el emérito se ha refugiado en algunas ocasiones. También fue presidente de la compañía de telecomunicaciones Millicom y controla varias empresas inmobiliarias. Está siendo investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo por los pagos a Juan Carlos I y a otros miembros de su familia, entre los que no están los actuales reyes ni sus hijas.
Sanginés-Krause abandonó hace unos días el consejo de administración de una de sus inmobiliarias en España, Boyton Invest SL. Según el Registro Mercantil, cesó como administrador el pasado 30 de diciembre. En esta empresa, que en 2018 adquirió un inmueble en el centro de San Sebastián por más de 10 millones de euros para su reforma y posterior explotación, permanece como presidente Santiago Aguirre Gil de Biedma, hermano de la expresidenta madrileña y presidente de la consultora inmobiliaria Savills Aguirre Newman.
Santiago Aguirre es, según las últimas cuentas disponibles de Boyton (de 2018), además de presidente de Boyton Invest, el accionista mayoritario de esta empresa a título personal. El otro socio es una firma vinculada al millonario mexicano. Según las últimas cuentas disponibles de Boyton Invest, de 2018, el 8 de junio de ese año la sociedad llevó a cabo una ampliación de capital de casi 7 millones de euros. Santiago Aguirre aportó 3,91 millones de euros y el resto, 3,08 millones, provino de una empresa española, Asiru Inversiones, de la que Sanginés Krause aparece como administrador solidario.
Sanginés controló de forma directa el 100% de Asiru en sus primeros meses de existencia, hasta que “con fecha 29 de enero de 2018, el Socio Único (persona física) vendió la totalidad de las participaciones sociales a la sociedad emiratí Alcazar Ventures FZE, convirtiéndose esta última en Socio Único de la Sociedad”, explica Asiru en sus cuentas.
Dedicada a actividades inmobiliarias, Asiru se constituyó el 27 de enero de 2017 y es dueña del 44% de Boyton Invest (la sociedad que preside y controla Santiago Aguirre) y del 90% de Global Endor SL, otra inmobiliaria que preside Sanginés y en la que también es consejero Santiago Aguirre.
Aguirre ejerce ese cargo como representante de la sociedad Global Bushveld SL, que administra junto a su socio de toda la vida, Stephen Newman, con el que montó la consultora Aguirre Newman y con quien participa en iniciativas como Altan Capital, un fondo de inversión que crearon en 2006 Aguirre Newman (adquirida en 2018 por la multinacional Savills) y Altamar, el fondo del financiero Claudio Aguirre Pemán, primo de Santiago y Esperanza Aguirre.
En sus cuentas de 2018, Asiru Inversiones explica que “en el ejercicio 2017, Global Endor llevó a cabo la adquisición de un inmueble sito en la calle Ayala número 63 de Madrid con el objeto de llevar a cabo la rehabilitación del mismo para su posterior explotación”.
Se trata de un edificio histórico en pleno barrio de Salamanca que fue adquirido el 31 de enero de 2017 por 8,1 millones de euros tras recibir Global Endor un préstamo de algo más de 9 millones de esa entidad emiratí. El edificio terminó de ser rehabilitado en 2020: “Cuenta con 17 viviendas de lujo y unas zonas comunes únicas facilitando el bienestar en una extensión del propio hogar”, según la web en la que se anuncia el alquiler de esas exclusivas viviendas para corta, media y larga estancia a precios de entre 175 y 390 euros por noche.
Un año después de la compra de ese inmueble en Madrid, y según las cuentas de Asiru Inversiones, su otra participada, Boyton Invest (presidida por Santiago Aguirre), “llevó a cabo la adquisición de un inmueble sito en la calle Prim número 10 de San Sebastián (Guipúzcoa)” con el mismo objeto.
Este inmueble pertenecía al Gobierno vasco, que lo sacó a subasta en 2017 por un precio base de 7.006.995 euros. El edificio de siete plantas, que había acogido la sede de la Cámara de la Propiedad Urbana, estaba en desuso desde 2011, por lo que era considerado un gasto innecesario para el Ejecutivo autonómico. La sociedad del empresario mexicano y Santiago Aguirre pagó por él 10,3 millones de euros y lo está transformando en 17 viviendas de lujo que empezaron a comercializarse el pasado verano, según El Diario Vasco. Un estudio previo de la Cámara de la Propiedad había estimado el valor del inmueble en unos 18 millones de euros.
Sanginés Krause, investigado por la Fiscalía
Sanginés Krause está supuestamente detrás del dinero que Juan Carlos I y otros miembros de su familia habrían utilizado para pagar gastos personales –cuentas de restaurantes, viajes en Uber, compras en El Corte Inglés y clases de piano, entre otros– a través de tarjetas que se nutrían de fondos no declarados a Hacienda en los ejercicios fiscales de 2016, 2017 y 2018, tal y como desveló elDiario.es. El pasado 9 de diciembre la defensa del emérito anunció que había abonado “una deuda tributaria” de 678.393,72 euros “incluyendo intereses y recargos” para regularizar las cantidades percibidas, gastadas y no declaradas por al anterior jefe del Estado en los citados años.
Este intento de regularización fiscal supone asumir el fraude que estaba persiguiendo la Fiscalía desde la primavera de 2019, pero no está claro que la confesión y el pago de la deuda evite la investigación por fraude fiscal, pues el emérito realizó el abono casi un mes después de que el Ministerio Público le informara formalmente de las pesquisas. La Fiscalía del Tribunal Supremo está analizando desde entonces el “alcance” de la declaración tributaria presentada por el monarca.
Hasta el momento, la investigación ha revelado que los pagos no se hicieron mediante tarjetas a nombre del emérito u otros miembros de su familia, sino a través del coronel del Ejército del Aire Nicolás Murga Mendoza, que fue su ayudante de campo desde mediados 2007 hasta diciembre de 2017 y que sería el testaferro del dinero que Sanginés-Krause puso presuntamente a disposición de miembros de la familia real para gastos personales.
La pasada primavera, en una declaración ante el fiscal anticorrupción Luis Pastor, Murga Mendoza sostuvo que esos pagos eran detalles y atenciones que él quería tener con el monarca, si bien algunas de las facturas abonadas por él se remitían directamente al Palacio de la Zarzuela, informó El Mundo. Sanginés Krause, por su parte, ha negado ante los investigadores haber pagado comisiones al emérito y ha calificado esos ingresos como “atenciones” que quiso tener con un amigo íntimo.