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Las multas de la Inspección de Trabajo por acoso sexual aumentan un 75%: “Se está denunciando más”

Cartel de "Se acabó" en una manifestación feminista en Las Palmas de Gran Canaria.

Laura Olías

23 de marzo de 2025 21:24 h

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La Inspección de Trabajo detectó el año pasado “92 infracciones” en materia de acoso sexual y protocolos de acoso sexual, que sancionó con multas de un total de “388.822 euros”, un 75% más que las impuestas el año anterior, según los datos solicitados al Ministerio de Trabajo por elDiario.es. Detrás de las cifras hay un contexto con plantillas más concienciadas, más denuncias y aún muchas empresas que incumplen la obligación de prevención y protección frente al acoso sexual, explican varias fuentes consultadas.

El acoso sexual se define en la Ley de Igualdad como “cualquier comportamiento, verbal o físico, de naturaleza sexual que tenga el propósito o produzca el efecto de atentar contra la dignidad de una persona, en particular cuando se crea un entorno intimidatorio, degradante u ofensivo”. Desde comentarios a tocamientos o contacto físico no deseado.

Puede llegar a ser un delito, recogido en el Código Penal, en caso de solicitar “favores de naturaleza sexual” y que con tal comportamiento se provoque “a la víctima una situación objetiva y gravemente intimidatoria, hostil o humillante”.

En 2024, la Inspección de Trabajo realizó “1.327 actuaciones” en materia de acoso sexual y protocolos de acoso sexual, una cifra algo inferior al año previo, pero que ha dejado un mayor número de infracciones y multas. En 2023, alcanzaron las 67 infracciones y fueron castigadas con sanciones por valor de 221.495 euros, según el informe anual del organismo público vigilante de la legalidad laboral. En esta memoria, la Inspección ya advirtió de un aumento considerable de infracciones (86%) respecto a 2022.

Fuentes de la Inspección de Trabajo destacan a elDiario.es que “falta conocimiento o concienciación sobre la necesidad de que todas las empresas cuenten con un protocolo de acoso sexual, uno de los epígrafes donde se han incrementado las infracciones” en 2024.

Mientras los planes de igualdad son obligatorios para las compañías a partir de 50 empleados, todas las empresas deben tener protocolos contra el acoso sexual. Todas ellas, sea cual sea su tamaño.

Así lo obliga la Ley de Igualdad desde 2007. “Sin embargo, hay un error bastante extendido que no sé de dónde viene, por el que muchas empresas creen que no tienen por qué tener protocolo contra el acoso, que solo es para las de más de 50 trabajadores. Y no es así, han de tenerlos todas”, explica María José Díaz, portavoz de la Unión Progresista de Inspectores de Trabajo (UPIT).

Hace unos años, una encuesta de igualdad de Adecco visibilizó esta situación. Un 30% de las compañías respondía que no tenía protocolo frente al acoso pese a ser una infracción laboral grave. No obstante, “las multas son muy pequeñas”, sostiene la portavoz de UPIT, ya que van de los 751 a los 7.500 euros.

Más conciencia tras el 'Me too' y 'Se acabó'

La Inspección de Trabajo actúa en campañas planificadas, para controlar el cumplimiento de la legalidad por iniciativa propia de la autoridad laboral, pero también investiga las denuncias que llegan al organismo público. “Ahora se denuncia más, las denuncias por acoso sexual han aumentado de manera exponencial. Investigo esto desde 2007 y ahora hay muchas más denuncias, también de discriminación en general”, valora la portavoz de UPIT.

En los últimos años, ha habido varios casos mediáticos que han arrojado luz y atención sobre el acoso sexual. Movimientos como el 'Me too' sacaron a la palestra violencias machistas que sufren millones de mujeres en el mundo, entre ellas el acoso sexual en el trabajo, después de que The New York Times desvelase las numerosas denuncias contra el poderoso productor estadounidense Harvey Weisntein.

En España, entre los casos más conocidos destacan el del tenor Plácido Domingo y, más recientemente, el beso de Luis Rubiales a la futbolista Jenni Hermoso, que desató el movimiento 'Se acabó', y que situó el acoso sexual y las conductas machistas de jefes a empleadas en el centro del debate público. No solo sobre su existencia, sino que al ser un acto realizado en público, también se expuso la normalización del acoso sexual y su infradeclaración.

Se estima el 28% de las mujeres en España entre 16 y 74 años que ha trabajado alguna vez en su vida (más de 4,4 millones de mujeres) ha sufrido acoso sexual en el trabajo

Porque el acoso sexual es un problema muy extendido en los centros de trabajo, aunque a menudo muy invisibilizado y difícil de probar, al suceder en la intimidad entre el agresor y la víctima. Según la Encuesta Europea de Violencia de Género de 2022 de Eurostat, se estima que el 28,4% del total de mujeres residentes en España entre 16 y 74 años que ha trabajado alguna vez en su vida ha sufrido acoso sexual en el trabajo. Se trata de más de 4,4 millones de mujeres.

“Creo que el acoso sexual ha dejado de ser invisible. Hay más interés en las plantillas, en las trabajadoras afectadas y en el activo sindical. Personas que acuden a nuestro Observatorio y que pretende ayudar para acabar con estas conductas”, sostiene Carolina Vidal, secretaria Confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO, que lanzó un observatorio sobre acoso sexual en 2022. “Y hay más denuncias, eso sin lugar a dudas”, añade.

Vidal cree que la visibilidad mediática crea conciencia. “Hemos tenido dos picos de visitas al observatorio contra el acoso sexual. Uno fue con el caso Rubiales y el otro con el caso Errejón, de manera muy clara”, explica la sindicalista.

Los protocolos y el clima de “tolerancia cero”

Medea Gracia, responsable de Mujer del sindicato UGT, también considera que “las propias mujeres están visibilizando estas conductas de acoso en los centros de trabajo a través de denuncias, dejando atrás el miedo y el estigma, alzando la voz sobre que estas situaciones existen”. El hecho de revelar estos casos dentro de las compañías “propicia que haya una política de tolerancia cero” a estas situaciones, considera Gracia.

No obstante, las sindicalistas señalan la importancia de que las víctimas tengan un procedimiento garantista para tramitar sus denuncias. Esta es una de las claves de la obligación de los protocolos contra el acoso sexual en las empresas, que deben “dar cauce a las denuncias o reclamaciones que puedan formular quienes hayan sido víctimas de estas conductas”.

La Inspección de Trabajo no solo comprueba que la empresa tenga un protocolo, sino cómo es este. “Cómo es el formulario para las denuncias, si existen personas designadas para recibir esas denuncias que son conocidas por la plantilla, si hay asesores confidenciales o miembros de las comisiones instructoras de este acoso, etc.”, explica María José Díaz, que subraya también la utilidad de los requerimientos de los inspectores para que las empresas cumplan la ley. En 2024, hubo 337 requerimientos para que se subsanaran irregularidades en esta materia, según los datos facilitados por el Ministerio de Trabajo.

En CCOO consideran que también es clave el “clima” que se genere en los centros de trabajo. “Muchas veces el acoso se ha invisibilizado. Plantillas en las que se rumoreaba o sabía lo que había, pero que nadie apoyaba ni daba la cara por la víctima. Como abogada, vi multitud de bajas laborales de trabajadoras que parecían inexplicables, en buenos puestos, bien situadas... Y detrás tenían la huida de acosos sexuales”, sostiene Carolina Vidal.

La reciente película Soy Nevenka de Icíar Bollaín recupera el calvario que sufrió hace veinte años la concejala Nevenka Fernández, que denunció a su jefe, el entonces alcalde de Ponferrada, por acoso sexual a comienzos de los 2000. “Debe existir el consenso social en las empresas, en las plantillas, sobre que el acoso no es tolerable. Que las persona acosadora sienta un clima asfixiante de que eso no se puede hacer”, considera Vidal.

Medea Gracia coincide en la necesidad de que “los protocolos contra el acoso no se queden en un papel”, sino que “se cumplan, que haya conciencia social en la empresa de que son necesarios y que tengan utilidad”. Y, para ello, la responsable de UGT destaca también la labor de la Inspección de Trabajo, como mecanismo de control y de disuasión a la hora de ignorar esta problemática.

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