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Naturgy dispara un 50% los pagos a KPMG tras su frustrado troceo en dos compañías

Francisco Reynés, presidente de Naturgy.

Antonio M. Vélez

20 de marzo de 2023 21:51 h

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El frustrado troceo de Naturgy en dos compañías, anunciado hace algo más de un año por la energética y luego aplazado sin fecha, tiene por ahora como claro ganador a KPMG, auditor del grupo. El año pasado, la firma disparó un 50% sus honorarios a la compañía gracias en buena medida a esa operación de escisión que finalmente no se ha llevado a cabo.

En 2022, un año de beneficios récord para Naturgy por la subida exponencial del gas, la empresa pagó a su auditor más de 6 millones de euros, una cifra sin precedentes en la última década. En ello fue determinante el denominado proyecto Géminis, una escisión que se ha quedado de momento en el congelador, como consecuencia de la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania y las dudas del Gobierno sobre esta operación.

Tal y como explica Naturgy en sus últimas cuentas anuales, KPMG cobró el pasado ejercicio a la compañía energética 1,165 millones de euros “por la revisión /auditoría de los estados financieros intermedios resumidos consolidados a junio 2022, asociados al proyecto Géminis”.

Esto contribuyó a que los honorarios de KPMG se disparasen casi un 49,8%, hasta 6,166 millones, frente a los 4,114 millones de 2021, cuando esa firma empezó a auditar las cuentas de la energética. 

Naturgy ha incluido esos 1,165 millones por la revisión del proyecto Géminis en el epígrafe de trabajos “distintos a los de auditoría” realizados por el auditor del grupo. Esta partida, que las cotizadas deben desglosar en el informe de gobierno corporativo que remiten a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se disparó en 2022 hasta 2,317 millones, frente a los 1,296 millones de un año antes, cuando KPMG tomó el relevo de EY como auditor del grupo. 

Para encontrar una cifra de honorarios tan elevada en Naturgy, hay que remontarse a los 6,47 millones que la compañía (que entonces todavía se llamaba Gas Natural) se gastó en 2010 en pagar a su auditor (entonces, PwC), en plena resaca tras la adquisición de Unión Fenosa en 2008.



KPMG es la auditora tanto de Naturgy como de Endesa e Iberdrola. Y los cerca de 6,2 millones que cobró de la energética que preside Francisco Reynés superan con mucho los 1,723 millones que KPMG facturó a Endesa el pasado ejercicio. No obstante, están a años luz de los casi 30 millones que cobró de Iberdrola, cuyo tamaño multiplica al de Naturgy o Endesa.

KPMG, que asimismo audita las cuentas de Acciona Energía o Redeia (matriz de Red Eléctrica), entre otras energéticas, se ha consolidado en los últimos años como la dominadora en el Ibex dentro de las denominadas Big Four. En concreto, KPMG acapara el 37% del selectivo español, según un reciente análisis de Cinco Días. Esta firma se ha convertido en la gran beneficiada por la rotación obligatoria de estos servicios que implantó una normativa europea de 2014.

KPMG es también la auditora que dio el visto bueno sin ninguna salvedad a las cuentas anuales del Silicon Valley Bank (SVB) unas semanas antes de su caída. Y también hizo lo mismo con Signature Bank, también recién quebrado en la tormenta financiera que se ha desatado en los últimos días, que ha saltado a Europa por los problemas del banco helvético Credit Suisse.

“Racional estratégico”

El proyecto de escisión de Naturgy se anunció el 10 de febrero de 2022, apenas dos semanas antes de la invasión de Ucrania. El grupo planteó su escisión en una compañía centrada en las infraestructuras reguladas (transporte y distribución de energía) y otra en los negocios liberalizados, entre ellos el de renovables.

De llevarse a cabo, daría lugar a dos grandes grupos cotizados en las Bolsas de Valores españolas con perfiles de negocio claramente diferenciados y con una misma composición accionarial, “al menos inicialmente”, según señala Naturgy en sus últimas cuentas.

En la última presentación de resultados Reynés insistió en que “el racional estratégico de Géminis es correcto”, pero la operación se hará “cuando toque desde el punto de vista de la coyuntura”. El presidente de Naturgy apeló a la “prudencia” y a que la coyuntura actual es la “más compleja y poco previsible de la historia reciente”. Se refirió al “desgraciado conflicto bélico” en Ucrania, pero obvió el rechazo manifestado en público por el Gobierno al troceo de la empresa.

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, advirtió en octubre de que ese troceo “no es una operación que, en estos momentos, sea conveniente desde el punto de vista de la templanza, la estabilidad y las garantías para determinadas actividades reguladas, así como el aprovisionamiento en condiciones y precios razonables”.

Naturgy señala que el proyecto “ha sido pospuesto sin que se pueda proporcionar visibilidad en relación a su calendario”, pero insiste en su “idoneidad y sentido estratégico”. “Su calendario de ejecución debe ser reajustado al actual entorno de mercado y su volatilidad a la evolución del contexto energético europeo y a sus incertidumbres regulatorias, muchas de las cuales se encuentran todavía en vías de ser definidas”.

En cualquier caso, el consejo del grupo ya “no considera que a 31 de diciembre de 2022 se den las condiciones para que la materialización del proyecto Géminis sea altamente probable como requiere la normativa contable para clasificar los activos netos afectos a la escisión como mantenidos para la venta y para distribuir a los accionistas”.

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