No eres consciente de lo poco que cobra la gente: por qué nos cuesta tanto ubicarnos en la escala salarial
De las 240.000 personas que consultaron anónimamente su posición en la escala salarial a través de la calculadora de salarios de elDiario.es, una de cada tres creía estar en el centro de la distribución. Es decir, entre los deciles 5 y 6, las divisiones del medio que encontramos si clasificamos a todos los asalariados del país en 10 grupos iguales según su sueldo, de menor a mayor.
La realidad, sin embargo, es que solo una de cada diez personas que usaron la herramienta estaban realmente en esa mediana salarial española, según los salarios brutos anuales que buscaron. La mitad de los sueldos que respondieron anónimamente los lectores correspondían a salarios del 20% que más cobra de España, tal y como se ve en el siguiente gráfico.
La distribución de los asalariados que usaron la calculadora de elDiario.es tiene un sesgo hacia los grupos que más cobran. Un 83% de los que respondieron están por encima de la mediana española y menos del 5%, en cambio, cobran el salario mínimo o inferior.
Este sesgo en la muestra tiene muchas posibles explicaciones. En primer lugar, por la sobrerrepresentación de comunidades más ricas como Madrid y Catalunya, que copan la mitad de las respuestas mientras solo representan un tercio de los asalariados en el mercado laboral.
También porque los lectores de medios digitales suelen tener un perfil más urbano y con rentas por encima de la media. Por ejemplo, el grado de interés informativo está muy vinculado a la renta, según el Digital News Report del Reuters Institute: “seis de cada diez internautas con renta alta dicen estar totalmente o muy interesados [en las noticias] frente a cinco de cada diez con renta media y baja”.
Otra posible explicación es simplemente el interés: los lectores con sueldos más altos se pueden haber interesado más en comparar su salario con los de perfiles similares.
¿Por qué tendemos a ubicarnos en la media?
De todas las respuestas anónimas de la calculadora, solo un 14% acertaron el decil en el que pertenecen realmente según el salario bruto anual que registraron. Si ampliamos un poco más, hasta los que se desviaron en su percepción del percentil un máximo de 15 puntos, vemos que un 39% se ubicó aproximadamente bien en su posición en la escala salarial. Un 7% se pensaban que estaban en un grupo con salario más alto y más de la mitad, que su salario se ubicaba más abajo de lo que lo hacía en realidad.
El motivo principal que explica que tantas personas se equivoquen es lo que se conoce como “sesgo de representatividad”. Como explican los investigadores Guillermo Cruces y Martín Tetaz en Percepciones subjetivas de la distribución del ingreso y preferencias por las políticas redistributivas, “las personas tienen tendencia a generalizar a partir de la experiencia de su entorno sin tener en cuenta el peso o representatividad de su ambiente en el total de la población”.
Según los investigadores, los que tienen mejor posición económica se juntan normalmente con personas similares mientras que los más pobres se rodean habitualmente de otras personas de rentas bajas. Un sesgo “que los lleva a sobrevalorar sus ambientes como si fueran muestras representativas de toda la población”, explican.
Por eso, si una persona sabe que tiene un salario similar al de su grupo de amigos y conocidos, o conoce a alguien que cobra más y alguien que está por debajo, tiende a pensar que está cerca del promedio de la sociedad.
Además, en la franja de salarios más altos, los importes que cobra cada individuo respecto al anterior crecen más rápido, como se ve en el siguiente gráfico. Por eso, uno puede pensar que está más cerca del centro. Por ejemplo, una persona que tiene un salario de 35.000 euros brutos al año se sitúa en el 20% que más cobra, igual que alguien que le duplique el sueldo. En cambio, está mucho más alejado de alguien que esté en la mediana, aunque en importes absolutos les separen 13.000 euros.
También hay que tener en cuenta que esta herramienta muestra la ubicación de los trabajadores según el salario y no tiene en cuenta todos los ingresos. Por ejemplo, una gran parte de los ingresos de los más ricos no provienen de los sueldos sino de otros procedentes de los rendimientos del capital como dividendos de acciones o ganancias patrimoniales. Estos representan casi un tercio de las rentas del 1% más rico de la población y más del 70% en el caso del 0,01% más rico.
Además, los datos en que se basa la calculadora corresponden a 2021, los más recientes publicados por la Agencia Tributaria en el momento de la publicación. Posiblemente los mismos percentiles del año en curso corresponden a sueldos ligeramente más altos, tras las subidas salariales del último año a causa de la inflación.
Si miramos el detalle de las respuestas vemos cómo en la mayoría de grupos una parte importante de las personas tienden a situarse en deciles más bajos de los que les corresponden. Especialmente en los grupos con salarios más altos la gente se equivoca más.
También influye el estigma social de no querer identificarse con las clases sociales más altas y más bajas. Por ejemplo, solo el 3% de los hogares que ingresan más de 5.000 euros mensuales se clasifican de clase alta, según el último barómetro del CIS. Entre los que ingresan menos de 1.100 cada mes, solo el 34% como clase baja o pobre.
Los resultados que se desprenden del análisis de las respuestas anónimas a la calculadora de elDiario.es son muy parecidos a los de algunos estudios que han realizado experimentos similares, como en Income Perception, Information, and Progressive Taxation: Evidence from a Survey Experiment. Los investigadores, a partir de las diferentes autoubicaciones en una escala de ingresos que recopilaron, llegaron a la conclusión que “los encuestados tienden a percibirse mucho más en la media de lo que realmente están”. Este fenómeno se da en los dos extremos de la distribución salarial. Los más pobres tienden a percibirse más ricos de lo que son, y los ricos, más pobres.
En su caso, un 15% de los encuestados se situaron correctamente en el decil que les correspondía. En cambio, en su caso obtuvieron un porcentaje similar de respuestas de los que se ubicaban mal por abajo y por arriba. Esto sucede porque su muestra era más representativa de la sociedad y se vio en más medida cómo el sesgo hacia la media se produce tanto en grupos ricos cómo pobres.
En las respuestas a la calculadora de salarios, se ve cómo el sesgo de percepción se repite en todas las comunidades autónomas. De norte a sur, más asalariados con salarios altos usaron la herramienta aunque la mayoría de ellos se percibían en los grupos de salarios intermedios, tal y como se observa en el siguiente gráfico.
El sesgo se repite en todas las comunidades
En cada CCAA, porcentaje de respuestas cuyo salario corresponde realmente a cada decil de la escala salarial en España, y en cada comunidad autónoma y porcentaje de ellas que se pensaban que estaban en cada decil de salarios
Fuente: Elaboración propia
Lo mismo pasa si observamos los datos por franja de edad. Los asalariados de todos los grupos tendieron a ubicarse en la mediana española, en vez de en los grupos con salarios más altos.
Los sesgos de percepción, por grupo de edad
En cada franja de edad, porcentaje de respuestas cuyo salario corresponde realmente a cada decil de la escala salarial en España y porcentaje de ellas que se pensaban que estaban en cada decil de salarios
Fuente: Elaboración propia
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