La nueva planificación hidrológica minimiza el impacto en el consumo de agua de los centros de datos

La nueva planificación hidrológica 2028-2033 que ha sacado a consulta pública el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico apenas menciona el consumo de agua de los centros de datos. En pleno boom de anuncios para instalarlos en España, solo los cita una confederación hidrográfica, la del Ebro, que no espera un impacto relevante.

Esta confederación señala en la memoria de los documentos iniciales del cuarto ciclo de planificación hidrológica que en ese periodo “la demanda de agua industrial es muy escasa para el conjunto de la cuenca y su ligero incremento, incluso por las necesidades de refrigeración de los centros de datos, tendrá efectos próximos a imperceptibles, salvo en casos muy locales”.

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), una de las más importantes de España, indica en ese documento que los factores que influyen en el consumo de agua para uso industrial “son tan complejos y los entornos tan cambiantes que es difícil presentar proyecciones creíbles”. Señala que tras las grandes inversiones industriales de los últimos años en esa demarcación del sector agroalimentario (fundamentalmente cárnico), “en el momento presente parecen centrarse en los centros de datos y los cambios en la movilidad, como la fabricación de baterías”.

La confederación explica, a preguntas sobre este asunto, que “en el caso de la cuenca del Ebro, los centros de datos existentes toman agua de las redes de abastecimiento de las localidades en las que se encuentran, caso por ejemplo de Villanueva de Gállego o Huesca”. “Forman parte del consumo de abastecimiento”, aspecto “controlado” por los municipios correspondientes “y no por la CHE”. 

“En todo caso, hoy por hoy”, el consumo de agua asociado a los centros de datos en el área del Ebro “no representa una cantidad importante en cuanto a utilización del recurso teniendo en cuenta además que no se consume más que un porcentaje del agua utilizada por evaporación”, dice la CHE.

En los últimos meses se han sucedido anuncios de inversiones multimillonarias en centros de datos en Aragón. En octubre fueron 7.500 millones del gigante del capital riesgo Blackstone en Calatorao (Zaragoza) para el mayor de los anunciados hasta ahora en España, con 300 megavatios (MW) de potencia. En Aragón Microsoft prevé invertir más de 6.600 millones en tres centros de datos y Amazon anunció en mayo que invertirá más de 15.700 millones hasta 2033 para construir cuatro centros adicionales a los tres que ya proyectaba allí.

Su filial Amazon Web Services empezará a construirlos en la segunda mitad de este año y, cuando estén a pleno rendimiento, la próxima década, tendrán un consumo eléctrico estimado de 10.800 gigavatios hora (GWh) anuales, más que todo el consumo actual de Aragón. Esta región prevé que para 2030 los centros de datos supongan la mitad de su demanda energética total. El consumo de agua para refrigerar los equipos de Amazon será de unos 755.000 metros cúbicos, aunque la empresa se ha comprometido a devolver más de la que use, según el Plan de Interés General sobre ese multimillonario proyecto que se acaba de sacar a exposición pública.

La ausencia de alusiones a data centers en la planificación hidrológica sorprende en el caso de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), competente en regiones como Madrid, donde Microsoft también ha anunciado importantes inversiones en centros de datos, o Castilla-La Mancha, donde Meta, dueña de Facebook, Whatsapp o Instagram, ha logrado ya Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable para empezar a construir este año un centro de datos en Talavera de la Reina (Toledo).

Declarado por la Junta de Castilla-La Mancha como de Singular Interés, categoría reservada a desarrollos estratégicos y que permite acelerar los trámites burocráticos y dedicar terrenos públicos a actividades privadas, la empresa pública SEPES culminó hace unos días la venta del suelo industrial para la infraestructura, que se alzará sobre una parcela de 190 hectáreas en un polígono a las afueras de esa localidad a orillas del Tajo. Meta recortó a finales de 2023 un 24% la previsión de consumo de agua del centro, a instancias de la CHT, que advirtió de la limitada disponibilidad de recursos en la región. Está previsto que el centro absorba un 8% de los recursos hídricos asignados a Talavera.

Fuentes de la CHT recuerdan que, una vez aprobado el proyecto por la Junta, el promotor debe presentar las solicitudes de autorización si afectan al Dominio Público Hidráulico, como recogen los informes que emitió en su momento, en los que fijó una serie de condiciones sobre aspectos como la existencia de recurso hídrico. Una vez recibidas las peticiones se estudiarán, en base a la documentación presentada, “si se ajusta a la normativa de aguas para proceder a autorizar la actuación”, indica la CHT.

La nueva planificación pasa de puntillas por la cuestión de los centros de datos tras un 2024 repleto de anuncios, con la revolución de la Inteligencia Artificial en ciernes. La patronal que aglutina al sector, Spain DC, asegura en su web que “si se dieran las condiciones apropiadas al sector en cuanto a fiscalidad, disponibilidad de energía y espacio, la inversión directa podría alcanzar los 14.400 millones de euros entre 2026 y 2030”.

DC Spain, formada por los grandes gigantes tecnológicos y a la que también están vinculadas grandes constructoras, inmobiliarias, consultoras del ladrillo y energéticas, asegura que “España se ha posicionado como el lugar ideal para acoger la nueva ola de Data Centers por su situación geográfica y por su capacidad logística para recibir y mantener las infraestructuras”, por su disponibilidad de suelo, recurso solar y eólico y buenas infraestructuras de fibra óptica y cables submarinos. 

La consultora noruega DNV estima que estos centros supusieron un consumo de 6TWh de electricidad en 2024 en España, en torno al 2,4% de la demanda. DNV cree que en 2030 consumirán el doble de energía y en 2050 podrían alcanzar los 26 TWh. “Supone un reto considerable para la red eléctrica española, que tendrá que garantizar un suministro constante y sostenible”.

Los centros de datos pueden ser un vector para reactivar la demanda de electricidad, cuestión clave para hacer viable el despliegue de las renovables. Ese repunte empieza a notarse en Estados Unidos, donde ese sector está mucho más desarrollado. Allí la consultora ICF espera que el consumo eléctrico se dispare un 20% hasta 2033 al calor de esta nueva industria.

En España, la última revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) remitida por Transición Ecológica a Bruselas en septiembre pronostica que la demanda eléctrica crecerá en 2030 un 34% respecto a 2019. Pero en sus más de 700 páginas el documento solo dedica a los centros de datos una línea. Señala que “se promoverá un marco regulatorio que impulse y ordene la instalación sostenible” de data centers, mientras empiezan a acumularse peticiones de enganche a la red de proyectos sin nada detrás, como ocurrió con la burbuja de reventa de permisos de renovables hace años.

Si las ingentes necesidades de energía de estos centros están claras, no ocurre lo mismo en el caso del agua. Un informe publicado en julio pasado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo lo resume así: “La falta de transparencia de los operadores de datos dificulta el acceso a información información actualizada y la evaluación del consumo de agua del sector a escala nacional o regional”.

Efecto del hidrógeno verde

Los borradores de la nueva planificación hidrológica sí creen “esperable” más demanda de agua para producir hidrógeno verde, gran apuesta del Gobierno para los próximos años. Así lo señalan los borradores redactados por dos de las principales confederaciones hidrográficas, las del Duero y el Ebro, que recuerdan que “el incremento de producción de energía renovable de los últimos años, que ocasiona situaciones de coste nulo o casi nulo en el mercado mayorista de energía los días soleados a las horas centrales del día, tiene como efecto secundario que se contemplen por las empresas energéticas proyectos de almacenamiento de energía en forma de hidrógeno gas o incluso amoniaco, utilizando energía renovable de plantas cercanas”. 

El PNIEC contempla nuevas plantas de producción de hidrogeno verde con 11 GW de capacidad para 2030. Plantas que “necesitan agua como materia prima de producción del hidrógeno o amoniaco, que supone el medio de almacenamiento de la energía para su posterior combustión”, recuerdan ambas confederaciones.

“Actualmente en la demarcación del Duero se están tramitando tres concesiones para uso de agua para producción de hidrógeno verde de cerca de 4 hm3/año, pero es esperable que en el futuro se presenten más”, dice el documento elaborado por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHT). La del Ebro indica que “existen varios proyectos todavía en estados iniciales” en la demarcación. “El que cuenta con tramitación más avanzada es Hysencia”, promovido por DH2 Energy, “de 35 MW de capacidad de electrólisis en La Sotonera (Huesca). Debe tenerse en cuenta que para producir 1 kg de hidrógeno mediante electrólisis se necesitan del orden de 50 Kwh y 35 kg de agua”, apunta la CHE.

Transición Ecológica arrancó el 21 de diciembre la consulta pública para esta planificación con los documentos iniciales de las demarcaciones de ámbito estatal. Las siguientes etapas clave serán los denominados Esquemas de Temas Importantes, que estarán a disposición pública antes de fin de año. El proyecto de plan hidrológico para el periodo 2028-2033 saldrá a consulta pública antes de que acabe 2026. El proceso deberá culminar antes del 31 de diciembre de 2027.