En el día mundial de la lucha contra el Trabajo Infantil, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) subraya la “necesidad urgente de establecer políticas aceleradoras para que el ritmo de reducción del trabajo infantil también se acelere”, sostiene Joaquín Nieto, director de la OIT en España. La organización exige a los Gobiernos de los países de Naciones Unidas un compromiso mayor para llegar al objetivo de “erradicación del trabajo infantil en todas sus formas” fijado para el año 2025, ya que las últimas estimaciones prevén –si todo sigue igual– una cifra de 121 millones de niños y niñas en esta situación en 2025.
Los últimos estudios sitúan la cifra mundial de trabajo infantil sitúan en 152 millones de niñas y niños entre 5 y 17 años, de los cuales 73 millones llevan a cabo trabajos peligrosos que ponen en riesgo su salud, seguridad, moralidad o incluso su propia vida, constata la OIT.
Entre los datos, también figura que la mayor parte del trabajo infantil tiene lugar dentro de la unidad familiar. Más de dos tercios del porcentaje total de niños en esta situación son trabajadores familiares auxiliares, mientras que el empleo remunerado y por cuenta propia conforman el 27% y el 4% de la cifra total respectivamente.
El estudio también se detiene en las cifras de esclavitud moderna de 2016. Alrededor de 4,3 millones de niños menores de 18 años son víctimas de trabajo forzoso, según la OIT. Esto equivale a un 18% del total de víctimas del trabajo forzoso en todo el mundo. Esta estimación incluye 1 millón de niños víctimas de explotación sexual, 3 millones de niños en situación de trabajo forzoso para otras formas de explotación laboral, y 300.000 niños en trabajo forzoso impuesto por las autoridades del Estado, afirma la OIT.
La tendencia en la reducción del trabajo infantil muestra una disminución del 38% del año 2000 al 2016. Por períodos, de 2012 a 2016 la cifra de trabajo infantil se redujo solo un 1%, mientras que en el cuatrienio anterior (2008-2012) disminuyó un 3%. Por tanto, si todo siguiera igual, en 2025 todavía habría 121 millones de niños y niñas “atrapados en una situación de trabajo infantil y 52 millones de ellos en trabajos peligrosos”, constata Nieto.
De esos datos, los expertos deducen que no se conseguirá el objetivo fijado si el ritmo de reducción sigue la tendencia de los últimos años, “incluso el más rápido fijado no sería suficiente”, indica la OIT. Por ello, los estados miembros se han comprometido en la última Conferencia Mundial sobre Erradicación Sostenida del Trabajo Infantil de Buenos Aires a “acelerar los esfuerzos en esta materia hasta 2025”, mediante acciones “que fortalezcan los marcos jurídicos, alianzas entre países y políticas públicas”.
España mantiene la cooperación internacional
En este contexto, España se compromete a mantener su cooperación internacional en la lucha contra esta materia “a través de la Iniciativa Regional América Latina y Caribe Libre de Trabajo Infantil”, además ratifica el Protocolo de la OIT relativo al Convenio sobre Trabajo Forzoso, un instrumento jurídico vinculante que obliga a los países a adoptar medidas de erradicación de este tipo de trabajos.
Nieto también ha subrayado que “la recuperación social en España no va al mismo ritmo que la recuperación económica”, y aunque aplaude el compromiso del nuevo Gobierno de mantener la cooperación internacional en la lucha contra la pobreza y el trabajo infantil, señala que “queda mucho por hacer en nuestro país, los ingresos que llegan a las familias no son suficientes, por tanto habría que poner el foco en la mejora de los salarios y en la protección social”.