La tecnológica Oracle lleva a la Audiencia Nacional litigios fiscales de 66 millones en España

La filial española de Oracle, el gigante estadounidense del software para empresas, sigue acumulando pleitos fiscales en España. Oracle Ibérica acaba de llevar hasta la Audiencia Nacional reclamaciones de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) que superan los 66 millones de euros entre liquidaciones y sanciones por el Impuesto sobre la Renta de No Residentes (IRNR) de los ejercicios 2009 a 2012. De esa suma, que incluye casi 30 millones en multas, la empresa ha pagado ya al menos 35 millones que espera recuperar por orden judicial.

El pasado 6 de noviembre, la sección 2 de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional acordó, tras examinar “la abundante documentación aportada por la entidad actora, la situación de tesorería y el grado de endeudamiento” de Oracle Ibérica, suspender, previa aportación de la correspondiente garantía por un importe equivalente en un plazo de 30 días, la ejecución de una sanción de 24.828.944,36 euros que la Delegación de Grandes Contribuyentes de la AEAT impuso a la filial española de Oracle tras una inspección relativa al IRNR de los ejercicios 2009, 2010 y 2011 del IRNR.

Esas actuaciones de la AEAT derivaron en la citada multa y en una liquidación de más de 35 millones que ya “ha sido satisfecha” por la empresa, según el auto de la Audiencia, que emana de un recurso de la empresa contra una resolución del Tribunal Económico-Administrativo Central (TEAC) del pasado 5 de abril. Oracle Ibérica, que no ha querido hacer comentarios, ha decidido llevar este contencioso ante la justicia para reclamar “la declaración de nulidad de las liquidaciones impugnadas”, refleja el auto.

La filial también ha recurrido en la Audiencia una resolución del TEAC del pasado 7 de junio, pese a que ese órgano dependiente de Hacienda anuló una liquidación de 1.516.947,55 euros por el IRNR del ejercicio 2012 y una sanción de 4.791.466 euros impuesta por la AEAT en enero de 2016. El pasado 4 de noviembre, la Audiencia rechazó la pretensión de Oracle de suspender la ejecución de la liquidación y la sanción “dado que la Agencia Tributaria no puede iniciar vía ejecutiva alguna sin dictar nuevo acuerdo liquidatorio, por lo que no se justifica la suspensión de la resolución impugnada”, según el auto.

Oracle, que en sus últimos resultados trimestrales indicaba, sin dar más detalles, que España es uno de los seis países en los que tiene litigios con sus autoridades tributarias “donde las cantidades en controversia son significativas”, viene acumulando reclamaciones millonarias de la AEAT desde hace años.

Como contó El País, en 2015 el grupo estadounidense ya pagó al Fisco español 54 millones tras una inspección que comprendía el impuesto sobre sociedades (2008-2010) y el impuesto sobre la renta de no residentes (2009-2011). De esta última acta emana la citada sanción de 24,8 millones que ahora ha recurrido en la Audiencia.

La compañía obtiene contratos millonarios de empresas y Administraciones públicas españolas, pero su filial Oracle Ibérica, que el año pasado presentó un expediente de regulación de empleo (ERE) que se saldó con el despido de 124 empleados, solo factura una pequeña parte de esa cifra. El grueso de los ingresos es para la dueña del 75% de las acciones de la filial, la irlandesa Oracle EMEA Holdings LTD, propietaria de los derechos del software que la compañía vende a sus clientes.

Por las ventas realizadas en España, Oracle EMEA abona a Oracle Ibérica una pequeña parte en concepto de comisión de venta por las licencias y el soporte y los servicios prestados y se beneficia del ventajoso marco fiscal de Irlanda.

Gracias a ese esquema, habitual en las empresas tecnológicas, la filial española de Oracle (compañía que en su último ejercicio fiscal rozó los 40.000 millones de dólares de facturación a escala mundial) declaró en sus últimas cuentas anuales presentadas (las del ejercicio cerrado en mayo de 2017) unas ventas de algo más de 200 millones de euros.

Descontando los correspondientes gastos (las nóminas y cotizaciones de los 1.700 empleados que tenía entonces la filial supusieron más de 165 millones), la filial declaró un resultado antes de impuestos de 5,7 millones. El resultado fue un pago por Impuesto de Sociedades de apenas 1,549 millones, según reflejan las cuentas accesibles a través de la plataforma Insight View.