Suben los parados y caen los empleados. El paro aumenta en 29.400 personas en el primer trimestre de 2018, según los datos de la Encuesta de Población Activa, hechos públicos este jueves por el Instituto Nacional de Estadística. Aunque los tres primeros meses del año no son una buena fecha para el mercado laboral, el comienzo de 2018 ha sido peor que los últimos ejercicios: el incremento de desempleados es el mayor desde 2013. En el caso de la destrucción de empleo, el número de ocupados disminuyó en 124.100 personas, el peor dato desde 2014.
La tasa de paro sube hasta el 16,74%, lo que supone un incremento de dos décimas más que en el trimestre anterior. Al contrario que en el mismo periodo del año anterior, la mayor parte del aumento de desempleados corresponde a la subida del paro masculino. El número de hombres en paro subió en 20.100 este trimestre, mientras que entre las mujeres creció en 9.300. No obtante, en total hay más mujeres en situación de desempleo que hombres: 1.955.400 y 1.840.700, respectivamente.
En cuanto a la caída del empleo, el descenso se debe al desplome en el número de trabajadores en el sector privado. Caen en 155.200 personas, más del doble que el año pasado (57.600). Por el contrario, el aumento en el número de personas empleadas en el sector público (31.000) reduce en parte el descenso total en este primer trimestre. Por sexo, las más perjudicadas en este caso son las mujeres: las ocupadas disminuyen en 69.000 y los trabajadores hombres, en 55.200.
Desaceleración de la creación de empleo
En total, el número de ocupados –personas trabajando– se sitúa en los 18.874.200. En los 12 últimos meses, el empleo se ha incrementado en 304.000 personas en el sector privado y en 131.900 en el público. Sin embargo, las cifras evidencian una desaceleración en la creación de empleo: la tasa interanual se situó en el 2,36%, el dato más bajo en un año.
Respecto a la relación laboral, el número de asalariados disminuye este trimestre en 130.300 personas, mientras que los trabajadores autónomos suman a 5.900 personas. Dentro del recorte en los asalariados, la gran mayoría corresponde a una caída en aquellos que tenían un contrato temporal: 128.900. Este descenso es habitual en esta época del año, en la que las contrataciones por la temporada navideña, mayoritariamente temporales, terminan.
Aumento de la temporalidad
En el arranque de 2018, sin embargo, hay un aumento en los trabajadores temporales. Si atendemos a la tasa de temporalidad –el número de empleados con contratos temporales respecto al total de asalariados–, se sitúa en el 26,1%, cuatro décimas por encima del mismo periodo de 2017. El porcentaje es el más elevado en el primer trimestre desde el año 2008.
La elevada temporalidad es uno de los elementos de precariedad laboral que más inquieta a los sindicatos, que aseguran que en muchos casos no está justificada y esconde fraude en la contratación. Antes de la crisis, había niveles muy elevados de temporalidad (30% en 2008) y, aunque se redujo durante los años de crisis ecónomica por la mayor facilidad para destruir estos empleos, la recuperación está volviendo a fortalecer esta vía de contratación menos estable.
Otro de los datos más significativos en el trimestre es el descenso de la población activa, la que está en edad y disposición de trabajar, de 94.700 personas, que casi duplica el del mismo periodo de los dos años anteriores. Hay varios motivos por los que alguien puede dejar de ser activo, como por volver a los estudios, emigrar, o dejar de buscar empleo de forma activa. El resultado es una caída en la tasa de actividad hasta el 58,46%, el dato más bajo desde 2006.
Por regiones, se destruyó empleo en todas las regiones, menos en Canarias (con 7.600 personas ocupadas más) y Madrid (con 21.900). En términos interanuales, el paro registra descensos en todas las comunidades autónomas, menos en Baleares (+4.600), Asturias (+3.200) y Navarra (+1.000).