El balón de LaLiga de fútbol echó a rodar hace unas semanas con novedades para quienes lo siguen por televisión. La temporada se inició tras meses de rumores de fichajes, de contrataciones, de ventas, lo habitual en una campaña estival. Pero también trae cambios para los aficionados que pagan elevadas facturas a sus operadoras de telefonía para poder seguir a su equipo desde la grada improvisada que es el sofá de casa. Esta temporada —2022/2023— es la primera del nuevo modelo televisivo marcado con la última adjudicación y que supone culminar con la toma de control prácticamente total por parte de la patronal del fútbol sobre todo lo que se ve y se escucha durante la retransmisión de la principal competición nacional.
LaLiga, patronal que engloba a los equipos de primera y segunda división, realizó el año pasado la adjudicación de un nuevo contrato a cinco años para la retransmisión del fútbol en España. Telefónica y Dazn desembolsarán en este lustro 4.900 millones de euros para contar con estos derechos. La teleco española deja así de tener la exclusiva a cambio de rebajar la factura tras tres años en los que ha acaparado la emisión del fútbol. Estas empresas han revendido estos derechos a otras operadoras, como Orange, para obtener ingresos de esta inversión, además de los abonados.
El pliego de condiciones de esta adjudicación supone prácticamente el último de los pasos para que LaLiga controle todo el proceso, desde la organización del campeonato hasta la emisión que llega al seguidor. Ya ha quedado atrás en el tiempo la época en que los derechos audiovisuales estaban descentralizados y eran las distintas cadenas de televisión las que se encargaban de la producción.
Ahora, la patronal se encarga de la producción de todos los partidos que se retransmiten por televisión, que está subcontratada con Mediapro, la empresa de Jaume Roures. Esto incluye las imágenes que se ven durante el partido, las repeticiones o los resúmenes que se distribuyen. Todo gestionado por LaLiga, algo que ya ocurría en gran parte, pero cuyo coste asume ahora por completo la patronal. A ello se suma la principal novedad del nuevo contrato. Los comentaristas y narradores también dependerán de LaLiga, ya sea directamente o con un control indirecto que se garantiza en el pliego de condiciones.
Así, todo queda, al 100%, bajo la marca de LaLiga, y no de la televisión que lo retransmita. Esto ya se ha constatado en estas dos primeras jornadas de la competición liguera, especialmente en Movistar. La televisión de Telefónica ha asumido todo el “paquete” de LaLiga y prácticamente se limita a emitir el producto enviado por la organización que preside Javier Tebas. De hecho, fue la patronal y no la televisión la que anunció el equipo de comentaristas y narradores para esta temporada. Aunque se repiten algunos de los que ya estaban en Movistar la pasada campaña, hay rostros nuevos elegidos por LaLiga.
Por otro lado está Dazn. La plataforma británica de streaming deportivo debuta este año en la retransmisión de la competición española y ha optado por desmarcarse de LaLiga y Movistar y contar con su propia marca en la retransmisión, así como de su equipo de comentaristas y locutores. La imagen de los partidos, eso sí, sigue dependiendo por completo de la patronal del fútbol.
El pliego de la patronal sobre las condiciones de estas adjudicaciones contemplan el control de lo que se dice en las retransmisiones. Incluso cuando los periodistas tras los micrófonos no pertenecen a LaLiga, sino a Dazn. “El adjudicatario se comprometerá a que la personalización de la producción sea realizada de forma positiva, evitando dañar la imagen de las competiciones, clubes, jugadores y público”, reza el pliego de condiciones. Es decir, LaLiga se garantiza poder supervisar qué se dice durante las retransmisiones. En caso de “vulneración”, la patronal pedirá a la plataforma que “no reincida”. Se reserva, incluso, la capacidad de “solicitar el relevo de aquellos locutores, narradores, comentaristas y redactores que hayan incumplido los principios citados”.
Si bien es conocido que en el fútbol nunca se retransmite al gusto de todos los aficionados, el párrafo anterior entra en un peliagudo terreno en lo que se refiere a la información y opinión de quienes participan en estas emisiones. Por un lado, los locutores en los partidos de Movistar+ pertenecen a LaLiga, su empleador. Por otro lado, los que participan en las jornadas que emite Dazn, pueden verse interpelados por LaLiga si se considera que se incumple con el compromiso de informar “de forma positiva”.
En la práctica la adjudicación implica que la patronal del fútbol se garantiza retransmisiones amables y de acuerdo a sus intereses sin imágenes ni opiniones que puedan poner en entredicho a La Liga. No existen precedentes de un control de la información establecido por contrato sobre otras organizaciones empresariales.
Choque con la Constitución y la CNMC
La toma de control sobre la información en las retransmisiones ya levantó la preocupación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Tras abrirse el proceso en otoño del año pasado, el organismo tuvo que emitir un informe sobre el pliego de condiciones de la adjudicación, como marca la ley. Entre otras críticas, la CNMC advirtió sobre el apartado que otorga la previsión de control sobre lo que se dice, algo “no existente en previas ofertas”. Esta hipótesis, señalaba Competencia, “debe ser reconsiderada a la luz del artículo 20 de la Constitución y las libertades de expresión e información”.
La CNMC también criticaba que esa “personalización” que puede realizar la compañía que se adjudicó los derechos tenga que ser producida por LaLiga —en este caso Mediapro—. “Vuelve a ser una precisión no conforme con la ley”, aseguró la CNMC. Solo pueden añadir imágenes propias durante la previa del partido, en el descanso o tras finalizar el encuentro. Nunca durante.
Preguntados por este hecho, fuentes de LaLiga señalan que se trata de una hipótesis remota y que no casa con el funcionamiento de las retransmisiones. Restan gravedad a ese párrafo del pliego de condiciones y niegan que se vaya a limitar las opiniones o informaciones que se realicen. De hecho, apuntan que en las primeras jornadas ya se han vivido críticas a LaLiga entre los comentaristas.
Recuerdan desde LaLiga que en las temporadas anteriores, la patronal ya se encargaba de los equipos y comentaristas de buena parte de los partidos, ya que Movistar centraba sus esfuerzos y sus capacidades en los encuentros más destacados, fundamentalmente los de los equipos mejor posicionados en la competición. Apuntan que el cambio es, únicamente, asumir también estos partidos.
La patronal del fútbol marca no solo los límites de lo que se dice en las retransmisiones, también cómo se presenta. Un anexo del pliego apunta cómo deben hacerse las entrevistas a protagonistas, la distancia del periodista, del cámara, la iluminación o hasta la indumentaria del redactor. También impone límites al contenido de estas entrevistas. “Para evitar incomodar a los entrevistados antes de la entrevista se planteará abiertamente al entrevistado si éste quiere o no pronunciarse sobre algún tema sobre el que se tenga alguna duda de si querrá pronunciarse”, apunta el pliego. “Siempre que no sea necesario, no se preguntará por decisiones arbitrales”, añade sobre las preguntas a entrenadores.
Las dudas de la CNMC con el pliego de LaLiga van más allá de la supervisión sobre lo que se dice y cómo se expone. Competencia cargó contra el hecho de que se lanzara una licitación por cinco años y no por tres, como era hasta la fecha. LaLiga siguió con el plan establecido y mantuvo el lustro como duración del contrato. El dictamen de la CNMC también cargaba con la falta de concreción de algunos aspectos técnicos en las ofertas, la manera de valorarlos o la transparencia del proceso. Ninguna de las exigencias de Competencia se plasmó en un cambio en el pliego.
La propia presidenta del organismo supervisor cargó con dureza contra la falta de cumplimiento de los informes y recomendaciones de Competencia. “Con los medios que tengo, hacer informes para que luego no se sigan, pues casi mejor que me quiten esa competencia”, aseguró Cani Fernández durante un encuentro con prensa en primavera. “Voy a intentar hacer la petición de que liberen por favor a la CNMC de tener que informar cada vez que hay un concurso de derechos de fútbol, pues en el informe en el que decimos que no se concedan los derechos por más de 3 años no hacen caso nunca”, añadió, haciendo referencia también a la Real Federación Española de Fútbol, a quienes también ha criticado las adjudicaciones de los derechos de la Copa y de la Supercopa.
Las tres primeras jornadas de LaLiga han dejado un reguero de quejas entre aficionados en redes sociales sobre los nuevos modelos de retransmisión, que incluyen novedades como la repetición de goles enfocando a las cabinas radiofónicas. “¿Hay alguien por aquí que piensa que es interesante ver a los comentaristas de la radio cantando el gol de hace 10 minutos?”, ironizaba un perfil de Twitter en un mensaje muy repetido durante estas primeras semanas de competición. También se han reproducido mensajes contra la elección de determinados perfiles de comentaristas o profesionales cuya toma de partido por determinados clubes ha sido una constante en el pasado. “El haber decidido ceder a LaLiga la producción, así como la elección de comentaristas para tener que aguantar barbaridades a pie de campo de falta de conocerse el reglamento y otras impertinencias demuestran LaLiga que algunos desean”, señalaba un tuitero. “No hay nada mejor que comprobar cómo en un debut se cumplen absolutamente las expectativas”, apuntaba el periodista Antoni Daimiel sobre el arranque de narradores cuya elección ya había levantado polémica desde antes del inicio del campeonato.