La patronal ningunea el observatorio de márgenes del Gobierno mientras el BCE avisa de que tienen que bajar
La patronal está ninguneando el observatorio de márgenes que ha creado el Gobierno y que dará a conocer esta semana. El objetivo de este indicador es “arrojar más luz”, según aseguran fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos, sobre la evolución de los beneficios corporativos. Y que esta información, detallada por ramas de actividad, pueda ser utilizada en las negociaciones para mejorar los sueldos de los trabajadores.
Mientras, el Banco Central Europeo (BCE) avisa de que los márgenes de las empresas tienen que bajar, tras dos años de una intensa recuperación, para absorber las subidas de los salarios que se están produciendo para restaurar algo de poder adquisitivo, después del histórico 'mordisco' de la inflación desde 2021, y sobre todo en 2022.
“Debemos asegurarnos de que las empresas absorban los crecientes costes laborales [el aumento de los sueldos] en los márgenes [la rentabilidad de sus negocios o capacidad de convertir los ingresos en beneficios]”, avisó este martes Christine Lagarde, presidenta del BCE, en su discurso en el encuentro anual de bancos centrales que se celebra estos días en Sintra (Portugal).
El mismo martes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) apoyó la advertencia de Lagarde al constatar en un informe que “el crecimiento de las ganancias empresariales representa casi la mitad de la escalada de la inflación en Europa en los últimos dos años, ya que las empresas elevaron los precios más de lo que se incrementaron los costes de la energía importada”.
Es decir, el FMI, como ya han hecho múltiples instituciones en los últimos meses, admitió que las empresas han trasladado la mayor parte del aumento de los costes de producción (electricidad, y también materias primas, proveedores, transporte...) a los precios de venta, mejorando su capacidad de obtener beneficios de los ingresos.
Eso sí, con muchas diferencias entre tipos de empresas (entre grandes, con más poder de fijación de precios, y pequeñas) y sectores (con algunos muy destacados por sus características oligopolísticas, como la banca o precisamente la energía, o por su oscurantismo, como ocurre en la cadena alimentaria, y más en concreto en los supermercados).
Ahora, la presidenta del BCE señala que las empresas en la eurozona deberían cargar sobre sus márgenes las subidas de salarios que están afrontando o que tengan que afrontar. Es decir, que no sea otro coste más que trasladen a los precios de venta, alimentando todavía más la inflación, ahora que ya está moderándose.
Y el FMI lo resume en que, en este momento en “que los trabajadores están presionando por mayores sueldos para recuperar el poder adquisitivo perdido, es posible que las empresas deban aceptar una participación menor en las ganancias”.
La semana pasada, uno de los halcones del BCE, Isabel Schnabel, advirtió de que la inflación está siendo impulsada por los beneficios empresariales y por las subidas de salarios. Y en Estados Unidos se ha acuñado un nuevo palabro, “greedflation” (algo así como “avarinflación”), para ilustrar la correlación entre avaricia y beneficios empresariales récord.
Para facilitar esa actualización de los salarios en España, el Gobierno se comprometió a crear el Observatorio de Márgenes. Pero los representantes de los empresarios plantaron este lunes al secretario de estado de Economía, Gonzalo García Andrés, en la reunión que había convocado el Ministerio de Asuntos Económicos para explicar el nuevo cálculo, más transparente, de la evolución de los beneficios.
A la cita sí acudieron los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, y también el Banco de España y la Agencia Tributaria, que están aportando los datos.
Los empresarios, partidarios del 'apagón' estadístico
CEOE y Cepyme confirmaron a elDiario.es que no acudieron a la reunión, sin explicar motivos al respecto. “No vamos a comentar más sobre ese tema”, indican fuentes de CEOE. En el pasado, Antonio Garamendi ha criticado la medida por “intervencionista”.
El Ministerio de Asuntos Económicos, por su parte, viene resaltando que “hay sectores en los que ha habido un ensanchamiento de los márgenes empresariales, como el de la energía o el de los bancos, dos ámbitos en los que precisamente por ello hemos establecido un impuesto temporal sobre los beneficios extraordinarios con el fin de tener un reparto justo” del daño de la inflación, entre empresas y trabajadores.
Los sindicatos y también la candidata de Sumar a las próximas elecciones generales y vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, vienen pidiendo un observatorio de márgenes que “esté vinculado” a las subidas salariales de los trabajadores y trabajadoras, con las alzas retributivas como la principal utilidad de este futuro instrumento de transparencia.
En cambio, en su opinión, el enfoque de Economía es distinto, centrado en vigilar que existen mercados competitivos, “que no hay abusos de mercado” en ningún sector de actividad, con márgenes muy por encima de lo normal o de los promedios.
Crecimiento de los beneficios empresariales
Recientemente, en su última 'Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral de España', el Consejo Económico y Social observó que “desde el repunte inflacionista se ha producido un aumento de los beneficios por encima del nivel pre pandemia, según todas las fuentes disponibles”.
Este informe está consensuado por los sindicatos y por la patronal, la CEOE, y asegura que, “en el conjunto de 2022, el aumento del excedente bruto unitario de las empresas [una forma de medir los beneficios] explica el 90,7% del aumento del deflactor del PIB [las subidas de los precios internos, que excluye lo que se compra y se vende fuera de nuestras fronteras], frente a un 10,9% que aportan las rentas del trabajo unitarios [los salarios] y una contribución negativa del 1,6% de los impuestos unitarios sobre la producción”.
Estas cifras definen técnicamente la inflación por las ganancias excesivas de las empresas, o la inflación de los vendedores. Y supone que “las rentas laborales se sitúan [a cierre de 2022] un 2,9% por debajo del nivel que tenían en 2019 a pesar del aumento del empleo, frente a un aumento del 3,1% del excedente bruto”, según añade el Consejo Económico y Social.
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