El Comité de Redacción de El País se ha pronunciado sobre las palabras del exdirector del medio Antonio Caño, que, tras ser despedido este miércoles, emitió un comunicado en el que aseguraba que su destitución se debía a “razones ideológicas” y que suponía “un atropello” a su “libertad de expresión”. Los representantes de la redacción acusan a Caño de censor y aseguran en una nota que desconocen “las causas reales” de su destitución como asesor digital, puesto que ocupaba actualmente. No obstante, insisten, sí conocen sus “explicaciones autoexculpatorias” que, aseguran, están totalmente alejadas de la realidad.
En el comunicado, los miembros del Comité cuentan que, a lo largo de los años de Caño como director –entre 2014 y 2018–, un “amplio” número de profesionales tuvieron que marcharse “asfixiados por la censura constante de sus artículos o incómodos por la necesidad de seguir al pie de la letra sus consignas”. Pero no fue solo eso: también otros trabajadores del medio tuvieron que irse a otros departamentos y dejar las secciones y materias sobre las que informaban y otros directamente fueron “despedidos”.
Para hacer visible la situación que vivieron durante el mandato de Caño, los profesionales de El País cuentan en el comunicado como ejemplo que, en una ocasión, quisieron hacer una encuesta a la redacción sobre su gestión y que “Caño lo prohibió tajantemente”, a pesar de que es algo que “se efectúa en numerosas empresas”. No obstante, expresan, se saltaron esa orden y decidieron seguir adelante con esas preguntas a los trabajadores. Entre las cuestiones, una se refería a lo que más les molestaba de la redacción: “Aparecieron en los primeros lugares, por vez primera en las encuestas realizadas hasta el momento, las palabras ”autoritarismo“ y ”sectarismo“, espetan. ”Caño alcanzó una nota media de 2,14 sobre 10 entre los 218 profesionales que participaron, que equivalían al 71% de la redacción“.
Continúa el cierre de la 'era Cebrián' en el grupo
Prisa continúa cerrando la era Cebrián. Así, este miércoles despedía a Antonio Caño, que había dirigido El País durante cuatro años y actualmente, además de tener una columna mensual, era asesor digital del grupo –un puesto sin responsabilidad–. A pesar de que el exdirector del citado medio asegura que su despido se produjo “tras varios incidentes” con la dirección relacionados con sus columnas, fuentes de la compañía aseguran a que obedece a la reorganización de la empresa que se está llevando a cabo.
Desde hace unos meses, la compañía ha cesado a varios de sus históricos directivos, entre los que se encuentra el hasta ahora director editorial, Augusto Delkáder, o el ya ex consejero delegado de Prisa Radio, Pedro García Guillén.
El Comité de Redacción ha recibido numerosas quejas de compañeros ofendidos y molestos por declaraciones del exdirector Antonio Caño en redes sociales y otros medios, en las que pone en duda el desempeño profesional de los periodistas de EL PAÍS.
Desconocemos las causas reales de su destitución como “asesor digital”, que atañen a la empresa, pero sí sus explicaciones auto exculpatorias, a partir de las cuales describe su labor como director entre 2014 y 2018 como la de un garante de la libertad de expresión en la redacción, respetuoso con las firmas y el trabajo de los profesionales y colaboradores.
Nada más lejos de la realidad. El Comité Profesional de entonces propuso realizar una encuesta entre la redacción, tal y como se había venido realizando durante años con diferentes directores, al estilo de las que se efectúan en numerosas empresas, encuesta que Caño prohibió tajantemente. No obstante, el Comité incumplió esa decisión. Sus resultados reflejaban los efectos que sobre el clima de la Redacción estaba causando el mandato de Caño, quien alcanzó una nota media de 2,14 sobre 10 entre los 218 profesionales que participaron, que equivalían al 71% del censo. En la pregunta sobre “lo que más te molesta de la Redacción” aparecieron en los primeros lugares, por vez primera en las encuestas realizadas hasta el momento, las palabras “autoritarismo” y “sectarismo”. Por otra parte, la palabra que más resaltaba la Redacción en sentido positivo fue “compañerismo”.
El listado de profesionales que decidieron marcharse asfixiados por la censura constante de sus artículos o incómodos por la necesidad de seguir al pie de la letra sus consignas es amplio, además de los represaliados a otros departamentos, que debieron dejar las materias sobre las que informaban, y los despedidos por censuras insostenibles. Los ecos de aquella época llegaron hasta The New York Times y uno de los textos censurados terminaron publicándose en el Times londinense.