El paro registrado, es decir, las personas inscritas en los servicios públicos de empleo, bajó en 2.475 personas el mes pasado. Es la primera vez que el paro registrado desciende en un mes de noviembre, que suele ser malo para el mercado laboral, desde que comenzó la serie histórica. La bajada hizo que el número total de desempleados se situara en 4.808.908 personas. Sin embargo, la afiliación a la Seguridad Social arroja unos datos muy diferentes: el mes pasado se perdieron 66.829 afiliados, es decir, el mercado de trabajo siguió destruyendo empleo.
En términos desestacionalizados es el cuarto descenso consecutivo del paro y la bajada mensual es aún mayor, de 40.885 personas. Pero incluso descontando este efecto del calendario, la Seguridad Social también pierde afiliados: 2.828 personas.
Esta diferencia entre el comportamiento del paro y de la afiliación indica que, aunque descienden las personas que se registran en las oficinas, el empleo no crece y, por tanto, sus bajas pueden deberse a otros motivos. Una de las razones principales para inscribirse en los servicios públicos de empleo es la de acceder a una prestación social o subsidio, ya que el registro es un requisito indispensable. Los datos muestran, sin embargo, que el número de personas que perciben una prestación está cayendo.
Otra de las razones de esta diferencia entre paro y afiliciación está en la emigración: el mercado laboral no genera empleo neto, pero el paro registrado baja porque hay personas que abandonan su búsqueda en España. Volver a formarse es también motivo para darse de baja en el desempleo. No obstante, el mes pasado el paro entre el colectivo de personas que no han tenido un empleo antes, muchas de ellas jóvenes, subió en 889 personas.
La diferencia entre hombres y mujeres en sustancial: toda la bajada de noviembre se concentra en el paso masculino (3.535 menos), mientras que el femenino sube en 1.060 personas. Las mujeres suponen el 51,6% de todo el paro registrado, y los hombres, el 48,4%.
Más contratos, más precariedad
El número de contratos ha crecido respecto a hace un año, una subida que se ha hecho a costa de la temporalidad. En noviembre se registraron 1.241.479 contratos, un 7,8% más que en el mismo mes de 2012. De ellos, 1.147.465 (el 92,5% del total) fueron temporales, un 9,1% más que hace un año. Sin embargo, solo el 7,5% de los contratos nuevos fueron indefinidos o, lo que es lo mismo, 94.014, un 6,1% menos que en noviembre de 2012.
Entre los indefinidos, en el último año caen tantos los de jornada completa como los de jornada parcial, aunque en mayor medida estos últimos. Entre los contratos temporales, suben un 8,3% los de tiempo completo, pero aún más los de tiempo parcial, que lo hacen un 10,6%.
Menos prestaciones
El número de beneficiarios ha caído en octubre (este dato va con un mes de retraso): ese mes había 2.761.379 personas cobrando algún tipo de prestación por desempleo, un 5,3% menos que un año anterior. La tasa de cobertura del sistema lleva meses descendiendo y se sitúa ahora en el 60,51%, tres puntos menos que en octubre 2012.
Esta reducción se debe, por un lado, al agotamiento de las prestaciones y, por otro, al endurecimiento de las condiciones para cobrar algunos subsidios. De hecho, caen las solicitudes y beneficiarios de todas las prestaciones, excepto de la renta activa de inserción, que crece.
El efecto se nota en la nómina que paga el servicio público de empleo: el gasto en prestaciones no deja de caer desde febrero, y en octubre registró su mayor bajada interanual, del 11,9%.